Pedofilia

INTRODUCCIÓN

La paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente a través de actividades o fantasías sexuales con niños de generalmente 8 y 12 años.

Etimológicamente la palabra pedofilia deriva del termino griego páis-paidos <<muchacho>> y filia <<amistad>>. A la persona que padece pedofilia se le denomina pedófilo, un individuo que se entretiene sexualmente con menores respecto de los que mantiene una diferencia de edad, por lo menos, cinco años.

Ahora bien, existen diferentes tipos o grupos de personas que son pedófilas; las que son sexualmente inexpertas o con retraso mental, las cuales no se hallan en condiciones de mantener una relación de igual a igual con adultos. En sus relaciones de pareja han podido experimentar frustraciones y humillaciones y buscan una especie de compensación en los niños. Esto mismo se aplica a la pedofilia senil, esto es, la que se presenta en hombres que, a causa de la senilidad o por una decreciente potencia sexual, se concentran en sujetos que son fácilmente impresionables: los niños. A esta clase de pedófilos reactivos también se incluyen a aquellas personas que tienen profesionalmente un intenso contacto con niños. De esta manera, se crea una atmósfera o un ambiente propenso para el abuso de los niños de los que se rodean.

Después testa el grupo de agresivos o del tipo asocial. Desde el punto de vista sexual y al contrario que el grupo anteriormente comentado, busca a sus víctimas al azar, y entre ellas se encuentran niños indefensos ante los abusos. Muchas veces se trata de individuos que sufren trastornos de relación y que simplemente buscan satisfacer, sin más, sus necesidades sexuales. Siguen la norma de la mínima oposición (los niños no tienen la fuerza necesaria para oponerse a los abusos) y utilizan el sexo para compensar una fase de frustraciones personales.

Es entonces, cuando notamos que la mente del “pedófilo” está enferma y debe de ser estudiada y analizada ya que, se dice que está enferma porque comienza a tener pensamientos que no debe y lo peor de todo es que las consecuencias las pagan siempre “los niños inocentes”, es por eso que se analizan las posibles causas de lo que lleva a un “sujeto” a convertirse en pedófilo, pues bien dichas causas siempre tienen una reacción, es decir, cuando una persona adulta reacciona con excitación ante la presencia del “niño”, las causas, que pueden ser muy diversas pero principalmente remiten a una infancia y una juventud complicadas, muchos pedófilos, en determinadas fases de sus vidas, fueron víctimas de abusos sexuales por parte de adultos.

Principalmente es este factor el que los lleva a convertir en pedófilos, que hayan abusado de ellos de pequeños, los llena de venganza y resentimiento, y la manera más fácil de vengarse es abusar de otros, hacer sentir lo que ellos sintieron de pequeños, pero esto no es más que traumas psicológicos que comienzan en la etapa de la niñez y trágicamente terminan con una mente trastornada y que en la mayoría de los casos se convierten en pedófilos o bien pederastas.

LA PEDOFILIA ES UN TEMA DE ACTUALIDAD

Todos los días podemos ver en las noticias de la televisión o de los periódicos casos sobre abusos sexuales a niños, hombres que almacenan fotos de niños y niñas desnudos o sufriendo las caricias de estas personas, su acercamiento a los niños suele ser físico, sin embargo su primer contacto no es físico pues el pedófilo tiene que ser cuidadoso para no asustar ni levantar sospechas, aun así comienzan con el menor a abrazarlo y mimarlo, les invitan e incluso les llenan de atenciones y regalos para generar en ellos un sentimiento de deuda, ya que les enseñan a los niños a ser agradecidos y corresponder a los adultos por educación y claro los pedófilos se aprovechan de esta circunstancia para tener contacto con el menor.

Los pedófilos y pederastas actúan de diversas maneras para conseguir niños y niñas, con la finalidad de abusar de ellos, integrarlos en una red de prostitución infantil o para elaborar pornografía. Conocer su forma de actuar es fundamental para mejorar la seguridad de los menores.

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