Personalidades Psicopaticas

PERSONALIDADES PSICOPATCAS

Las personalidades psicopáticas constituyen el núcleo central de las neurosis del carácter, las cuales pueden ir acompañadas con los otros dos tipos de neurosis del carácter que son las perversiones sexuales y las toxicomanías.

Un psicópata es una persona cuyo comportamiento es predominantemente amoral y antisocial. Sus acciones son fundamentalmente impulsivas, irresponsables y dirigidas únicamente a satisfacer sus inmediatos y narcisistas intereses, sin ninguna preocupación por las obvias e implícitas consecuencias sociales, con ausencia de manifestaciones externas de ansiedad o remordimientos por su conducta.

Las características en un psicópata son muy varias pero muy bien marcadas las cuales son que el psicópata es superficial y tiene una capacidad intelectual muy alta, carece de ideas delirantes u otros trastornos de pensamiento como además existe la ausencia de manifestaciones psiconeuróticas, presentan inconstancia e insinceridad en su vida personal, también la falta de vergüenza o remordimiento, tiene una conducta social inadecuadamente motivada, tiene falta de ponderación e incapacidad para aprender con experiencia, presenta un egocentrismo e incapacidad de amar, en si pobreza general en las reacciones afectivas, falta especifica de previsión y presenta irresponsabilidad en las relaciones interpersonales, tienen la tendencia a la conducta fantástica y chocante, con o sin libaciones, rara vez realiza el suicidio, su vida sexual es impersonal, trivial y pobremente integrada como también no consigue persistir en un plan de vida. Aquí se excluyen las características propias de las neurosis y de las psicosis.

Uno de los componentes de la conducta psicópata que más contribuyen a dar a esta su peculiar matiz, consiste en la especial cualidad de sus pautas de reacción. Ante la situación de estimulo, el psicópata reacciona de forma inesperada y parcialmente incomprensible para el observador. Debe diferenciarse la personalidad psicopática a la del delincuente habitual.

Psicodinamia.

Este tipo de enfermos ofrecen gravísimas dificultades para la realización del trabajo analítico. En este sentido las más importantes son: falta de conciencia de la enfermedad y, por tanto, de deseos de cambio; incapacidad para esfuerzos sostenidos; insuficiente habilidad para programar un comportamiento a largo plazo; tendencia a la realización inmediata de los impulsos; elección de objetivos inadecuados, alejados de la realidad y constantemente variables, etc.

Entre los diferentes autores psicoanalíticos que han hablado al respecto coinciden en que en el psicópata existe una notable debilidad del yo; mecanismos graves en los mecanismos de disociación; que originan una insuficiente discriminación entre buenos y malos objetos, así como entre el self y los objetos; existencia de un súper yo primitivo; predominio de la acción sobre el pensamiento por déficit de la simbolización, del sentido de realidad; supeditación del principio de la realidad al principio del placer, de forma que las capacidades del yo se utilizan para librarse instantáneamente del sufrimiento ocasionado por la más pequeña frustración; manejo de las personas, a las que se convierte en depositadora de los conflictos internos; utilización de defensas maniacas frente al dolor y la culpa perdida del objeto; como también una organización narcisista de la personalidad.

Trastornos de la disociación.

El yo infantil disocia al objeto en bueno y malo. La agresividad provocada por las inevitables frustraciones es dirigida contra el objeto malo y perseguidor, y, dado que las fantasías agresivas de la primera época de vida se centran alrededor de los impulsos sádico-orales y canibalísticos, este objeto malo es mentalmente introyectado hecho pedazos. Los impulsos libidinosos, en cambio, están representados por la actividad de succión

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