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¿Por Qué Las Mujeres Prefieren Al Macho Cabrío?


Enviado por   •  3 de Febrero de 2014  •  1.240 Palabras (5 Páginas)  •  234 Visitas

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¿Por qué las mujeres prefieren al macho cabrío?

Muchas personas se pueden sentir inferiores en un momento dado, cuando decimos que alguien tiene sentimientos de inferioridad nos referimos a una persona que se siente inferior ante los demás de un modo más o menos permanente, no sólo en determinadas situaciones en las que su sensación de inferioridad puede deberse a algún motivo circunstancial y pasajero. Un complejo de inferioridad es algo más complicado: las personas que lo padecen son sujetos que, aun sintiéndose profundamente inferiores a los demás en uno o varios terrenos, no son capaces de admitirlo, y rechazan la idea de su inferioridad, relegándola, desde la esfera de lo consciente, a la del inconsciente, donde permanece la mayor parte del tiempo para volver al mundo consciente de forma más o menos esporádica.

Para que se establezca un sentimiento o un complejo de inferioridad no es necesario que esa persona tenga un defecto real, sino tan sólo que crea tenerlo. Con frecuencia, la causa es que en alguna ocasión se sintió rechazado por los demás, pensó, acertadamente o no, que se estaban burlando de él y la experiencia marcó decisivamente su personalidad. Los defectos se suelen adscribir a uno de estos tres ámbitos fundamentales: el terreno físico (defecto corporal, fealdad, obesidad, talla demasiado baja o alta, impotencia sexual, características propias del sexo contrario, etc.), el intelectual (inteligencia mediocre, poca cultura, etc.); y el social (falta de simpatía, desconocimiento de normas de cortesía, procedencia de un nivel social más modesto, nacimiento ilegítimo, poca facilidad de palabra, familia que provoca vergüenza, etcétera).

Los sentimientos de inferioridad pueden provocar inhibición y retraimiento, dando lugar a que se vaya constituyendo una personalidad tímida e insegura, dentro de un marco de escasa actividad social.

Sin embargo, si el sentimiento de inferioridad no es demasiado intenso puede llegar a estimular el afán de superación desde la misma infancia.

Cuando alguien se siente inferior, puede optar por la «resignación», lo que da lugar a una actitud de modestia y timidez exageradas, inseguridad e inhibición, con lo que esta persona parece actuar como si se disculpase constantemente por el mero hecho de su propia presencia. Pero si no se resigna, intenta compensar su defecto de tres modos que no se excluyen totalmente entre sí, y que serían las compensaciones psicológicas.

El problema principal surge como consecuencia de su falta de adaptación al medio social que los rodea, ya que ante fracasos o críticas severas de los demás, se rompe este esquema compensatorio y surge de nuevo la inferioridad de fondo, lo que constituye una intensa fuente de angustia y sufrimiento, que imposibilita el amor y las relaciones interpersonales francas y sinceras.

Adler estudió a fondo este problema, proponiendo un enfoque del mismo basado en el sistema de compensaciones psicológicas. Él lo definió como un complejo de inferioridad que era más bien un profundo sentimiento de sentirse inferior, que conduce a formas exageradas de compensación y lucha de superioridad; como un componente que forma parte del estilo de vida de la persona.

Según Adler, hay incluso, más personas con inferioridades psicológicas. A algunos de nosotros nos han dicho que somos tontos, o feos o débiles. Algunos llegamos a creer que sencillamente no somos buenos. No es aquí una cuestión de inferioridad orgánica la que está en juego (realmente ni somos deformes, ni somos retardados o débiles) pero nos inclinamos a creer que lo somos.

Una vez más, algunos compensamos nuestra inferioridad siendo mejores en el particular o nos hacemos mejores en otros aspectos, aún a pesar de mantener nuestra sensación de inferioridad. Y existen algunos que nunca desarrollarán para nada una autoestima mínima.

Si nos sentimos abrumados por las fuerzas de la inferioridad, ya sean fijadas en nuestro cuerpo, o a través de la sensación de estar en minusvalía con respecto

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