Prejuicio: causas, efectos y formas de contrarrestarlo

Robert A. Baron – Donn Byrne

CAPÍTULO 6. Prejuicio: causas, efectos y formas de contrarrestarlo

Introducción

Existen un sinnúmero de problemas ligados a los prejuicios. Casi a diario, se pueden leer en los periódicos o ver y escuchar en los noticieros televisivos notas relativas a conflictos, enfrentamientos o disputas que tienen un origen común: la presencia de prejuicios en los protagonistas de estos acontecimientos.

Sin ir más lejos, se puede aseverar sin ningún tipo de reserva que los prejuicios fungen como una de las causas primordiales de los actos terroristas que asolan a la mayor parte del continente europeo. También es acertado responsabilizar a los prejuicios de la discriminación que existe dentro de sociedades como la mexicana. Para muestra un botón: el rechazo y desacreditación que han sufrido diversas iniciativas de ley que aspiran a defender los derechos de personas con orientaciones sexuales que se desvían de lo que vulgarmente se entiende como “normal”. Hay que decir que este rechazo se basa únicamente en prejuicios religiosos y morales, y nada tiene que ver con datos científicos.

Ahora bien, si sabemos que los prejuicios actúan como causa de una gran variedad de problemas, es indispensable conocer la naturaleza de aquellos, para así dar lugar al surgimiento de alternativas que permitan eliminarlos en el mejor de los casos, y atenuarlos en el peor.

En el ensayo que se presenta a continuación se tratarán de elucidar dos temas que, a mi consideración, son medulares si se está aspirando a comprender cómo surgen y cómo nos afectan los prejuicios. Estos dos tópicos son: Discriminación: prejuicio en acción y Fuentes cognitivas del prejuicio: estereotipos explícitos e implícitos.

Aunque los dos temas anteriores aparecen en partes diferentes del capítulo, me parece que el ligarlos puede ser una estrategia práctica y rápida para bosquejar la estructura del prejuicio. Además, son dos temas que suelen discutirse en el debate público y que, por otro lado, tienen grandes implicaciones a nivel social. Sin más que decir, espero que este ensayo tenga alguna utilidad y que su análisis sea ameno para el lector.

Desarrollo

Antes de decir por qué la discriminación es el prejuicio en acción, es necesario decir qué se entiende por prejuicio. Al hablar de un prejuicio, estamos hablando de una actitud (usualmente negativa) hacia los miembros de algún grupo, que se basa exclusivamente en la pertenencia a dicho grupo. Nótese que se está hablando de grupos y no de individuos. Es por esto que el análisis de los prejuicios corresponde a la psicología social.

Ahora bien, ya que se ha dicho que el prejuicio es una actitud, hay que decir que la discriminación es una acción que surge o tiene su origen en aquella. Por ello, sería posible, aunque extraño, que una persona que poseyera muchos prejuicios no cometiera acciones encaminadas a discriminar a individuos pertenecientes a otros grupos sociales. Sin embargo, toda persona que discrimina, necesaria y efectivamente posee prejuicios.

La discriminación, a diferencia del prejuicio, puede ser identificada fácilmente por otros individuos. No obstante, en muchos casos, quienes mantienen actitudes negativas hacia miembros de otros grupos no manifiestan su prejuicio de forma directa. Lo que sucede es que en estas personas los prejuicios han sido reprimidos para que no se manifiesten en forma de discriminación. Sin embargo, esta es una solución parcial e ineficaz, ya que se puede decir que la discriminación no desaparece, sino que se mantiene en estado latente.

¿Y cómo es que se logra bloquear o reprimir a los prejuicios para que no devengan en acciones destinadas a discriminar? Pues bien, en la actualidad la existencia de leyes, normas y diversas restricciones, no permiten que el trato hacia las personas se dé de manera diferenciada por motivos de su pertenencia a diversos grupos. Por ejemplo, hoy en día difícilmente se puede negar un empleo a una persona por el simple hecho de ser homosexual en cualquiera de los países desarrollados. En países en vías de desarrollo, como México, la incidencia de la discriminación aún es mayor que en Europa o el norte de América, sin embargo, se han hecho grandes avances en materia de protección de los derechos de las minorías.

Otro motivo por el que no se discrimina a las personas de una manera explícita es que la presión social actual sirve para disuadir a las personas a que lleven sus visiones prejuiciadas a la práctica. Es decir, ahora, una persona que discrimina abiertamente a otros es mal vista por el resto de la sociedad. Esto no ocurría con tanta fuerza antaño. Recuérdese, para ejemplificar este punto, que hace apenas poco más de medio siglo no se le permitía a la mujer votar en la República Mexicana.

Ahora cabe preguntar: ¿quiénes son los blancos de la discriminación? En realidad, cualquier grupo, sin importar su tamaño, puede padecer a causa de la discriminación proveniente del resto de los grupos. No obstante, hay que decir que los prejuicios y la discriminación normalmente se enfocan hacia grupos que se constituyen como minorías, a saber: diversas razas, etnias, religiones, pueblos, etc.

En este punto, me parece oportuno sacar a colación dos definiciones que se hallan en el libro del cual se desprende este ensayo. La primera de ellas es la de endogrupo. El endogrupo es un grupo social en el cual un individuo se percibe a sí mismo como miembro (“nosotros”). En contraposición, el exogrupo es cualquier otro grupo distinto a aquel al que el individuo siente que pertenece (“ellos”).

Con las anteriores definiciones, podemos hacer una aseveración valiosa: tanto los prejuicios como la discriminación, se dirigen a los exogrupos antes que al endogrupo. Esto es totalmente lógico, ya que si alguien atacara al endogrupo, se estaría, por así decir, atacando a sí mismo.

Estos ataques contra los exogrupos se han venido atenuando y tornándose implícitos a medida que la sociedad avanza para erradicar los prejuicios y la discriminación. Sin embargo, sería un error afirmar que las expresiones extremas del prejuicio se han extinguido. Todo lo contrario. Es preocupante el aumento de los crímenes por odio, crímenes basados en prejuicios de tipo racial, étnico, religioso, etc. Cualquiera que vea las noticias o lea el periódico podrá confirmar este hecho.

Los tiempos actuales, aunque parecen caracterizarse por dar lugar a un mundo más tolerante y abierto a la diversidad, muy a menudo ven surgir los peores infiernos. Algo interesante es que el vertiginoso desarrollo tecnológico de las sociedades actuales, al concatenarse con actitudes negativas que producen discriminación, puede desembocar en efectos devastadores para un gran número de personas.

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