Principios Para La Conduccion
Maikol88829 de Septiembre de 2013
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1. Introducción
a. Consideraciones generales
El presente trabajo de gabinete, desarrollado por orden del Jefe del Curso Auxiliar de Estado Mayor y profesor de la materia Táctica II, reúne la enumeración de los principios de la conducción, análisis y comparaciones de los mismos, como así también la descripción de acontecimientos bélicos en los cuales los principios tuvieron crucial participación.
Partiendo de esto y a través del análisis detallado de cada uno de dichos principios de la conducción, de uso en el Ejército Argentino, se busca dar respuestas válidas a los interrogantes que la aplicación de los mismos puedan presentar a la conducción de Gendarmería Nacional, estableciendo como punto de partida para ello la naturaleza específica de la Fuerza, sus operaciones, actividades, quehaceres normales, como así también, los distintos ambientes geográficos y sociales donde le toca llevar a cabo las mismas.
Para tal objetivo se recurrió a la compilación de distintas doctrinas y publicaciones de tratamiento en temas particularmente militares.
b. Marco de referencia
Para aspirar al éxito en las operaciones es necesario el mutuo entendimiento entre todos los conductores en términos de un pensamiento y acción militar común. Ello da lugar a la doctrina de la conducción que comprende un conjunto de prescripciones reglamentarias de comando y control, bases legales, reglas normativas de apreciación y objetivos comunes de educación e instrucción, todo eso expresado con un lenguaje comprensible usando términos, definiciones, signos convencionales y dibujos que sean claros y que no estén sujetos a malas interpretaciones.
La conducción se ejecuta de acuerdo con los principios de la táctica. Esta puede definirse como la teoría de conducción de las fuerzas militares y de su cooperación en el combate, tanto como la aplicación práctica de esta teoría. La conducción táctica se realiza en todos los niveles de comando, a partir del comandante de las fuerzas terrestres hacia los escalones inferiores.
Pero debido a las múltiples e imprevisibles variaciones de las operaciones es imposible en táctica dar fórmulas rígidas o instrucciones muy precisas de como deben ser conducidas. La táctica puede expresar principios generales y reglas que se expresan como resultado de experiencias anteriores en forma de prescripciones reglamentarias de conducción. Y la experiencia militar es mucha y amplia a través de siglos de historia. Así de los últimos 3438 años de historia conocida sólo 268 han estado exentos de guerras. De hecho, durante las 2340 semanas transcurridas entre 1945 y 1990, la Tierra disfrutó únicamente de tres en las que verdaderamente no hubo guerra. Antes del nacimiento de Jesucristo, ejércitos encabezados por soldados profesionales, combatían en los campos de batalla de todo el mundo. Como resultado de los innumerables choques entre ejércitos contrarios, los principios de la estrategia militar se han refinado y perfeccionado.
Y solo es posible asegurar el éxito con la libre acción de conductores capaces, que actúen dentro del marco de sus responsabilidades y misiones.
Por otro lado, es importante destacar, que así como en todas las Academias e institutos militares de todo el mundo se aprenden estos principios, y los Oficiales militares dominan las estrategias y tácticas fundamentales de la guerra y la conducción, para los sectores corporativos, el mejor libro sobre marketing no es obra de un profesor de Harvard, ni tampoco de ningún colaborador distinguido de alguna empresa multinacional, sino que la mejor obra al respecto, al decir de AL RIES y JACK TROUT en su libro “Marketing de Guerra”, es el escrito en 1832 por Karl Von Clausewitz titulado “De la Guerra”, donde se describen justamente todos los principios estratégicos en los que se han basado todas las guerras triunfales. Hoy esos principios tienen plena aplicación en la conducción corporativa y los conocimientos militares resultan válidos en la toma de decisiones comerciales. La intención del marketing de guerra es aplicar el pensamiento militar a los problemas de marketing.
2. Concepto y enumeración de los principios para la conducción
Según el “Reglamento de Conducción para el Instrumento Militar Terrestre” (ROB 00-01, de uso en el Ejercito Argentino, “los principios para conducir las operaciones constituyen verdaderos axiomas surgidos de experiencias de guerra, tanto propias como ajenas, y del estudio de los procedimientos empleados por los grandes conductores de la historia. Dichos principios, interrelacionados, servirán de guía al conductor y lo auxiliaran en la correcta aplicación del poder de combate y si bien es cierto que la aplicación de estos principios no asegurará el éxito al conductor si se puede certificar que la omisión del o de los que correspondan a un caso particular lo conducirán normalmente al fracaso o dificultarán el accionar”.
A tal efecto los principios para la conducción son los siguientes:
Voluntad de Vencer.
Objetivo.
Ofensiva.
Maniobra.
Masa.
Economía de Fuerzas.
Unidad de Comando.
Sorpresa.
Seguridad.
Simplicidad.
Libertad de Acción.
a. Concepto
Consiste en la disposición para empeñar todos los recursos disponibles en la búsqueda del éxito.
Constituye el resultado de una acción formativa, constante y permanente, tanto de los individuos como de los conjuntos.
Las operaciones militares, cualquiera sea su naturaleza, deberán ser llevadas a cabo por tropas imbuidas de una elevada moral, la que les permitirá enfrentar cualquier circunstancia, aún las más adversas, con voluntad de vencer.
El mas brillante planeamiento, la disponibilidad de los medios más modernos, no asegurarán de por si el éxito si el soldado no esta dispuesto al mayor sacrificio en el cumplimiento de la misión.
b. Extremo esfuerzo
Tomando como paralelo la doctrina americana, el presente principio no es mencionado como tal en la misma, al igual que en otros países de gran tradición bélica, como Inglaterra, Francia o Rusia, por lo que remontándonos a la historia, elemento sobre el cual se apoya la elaboración de las doctrinas militares de todo el mundo, la “fuerza de voluntad”, o designada como se quiera que sea, se apoyo en lo que Clausewitz denominó “extremo esfuerzo”, expresado como idea de no reconocer límites.
“Si queremos derribar al contrario necesitamos medir nuestro esfuerzo con su resistencia; esta se expresa en un producto cuyos factores no pueden separse, y son la magnitud de los medios existentes y la firmeza de la voluntad.
La magnitud de los recursos existentes podría precisarse, ya que (aunque no por completo) es cosa de números; no así la firmeza de voluntad que se deja precisar mucho menos, y que únicamente podremos apreciar de algún modo por la fuerza del motivo. Establecido que por estos medios consigamos una aceptable probabilidad para expresión de la resistencia del contrario, podremos medir por ella nuestro esfuerzo y hacer éste tan grande que la supere, o lo mayor posible, en el caso de que no alcancen nuestros recursos de toda clase. Mas lo mismo hace el contrario; nueva puja que en el extremo especulativo debe llevar el intento hasta el ultimo extremo”.
c. Experiencias
A la luz del conflicto de Malvinas debemos poner énfasis en la necesidad que la instrucción y las misiones pueden ser cumplidas con las fuerzas y medios disponibles. Por eso debe insistirse en la vieja escuela de la apreciación de situación y la resolución de temas de conducción en situaciones de crísis. Es necesario tener en cuenta que el cumplimiento de las propias ordenes y la imposición de la propia voluntad, se encontrará con la oposición de la voluntad del enemigo.
a. Concepto
Cada operación militar cualquiera sea su nivel deberá encaminarse hacia un objetivo, el cual constituirá el propósito o finalidad que se persigue alcanzar.
Tras él se encauzarán todos los esfuerzos y se orientará la acción.
Ser claramente definido desde el punto de vista material y/o de los efectos a lograr.
Características Ser decisivo. Su adquisición debe ser esencial para el cumplimiento de la misión.
Ser obtenible con lo medios disponibles y en los límites de tiempo y espacio impuestos.
b. El principio de objetivo en otras doctrinas
Tomando como base los manuales militares americanos, en razón de la influencia que tarde o temprano reciben los ejércitos, de parte de la doctrina militar estadounidense y de la que el Ejercito Argentino, no ha sido excepción; el principio rector de la guerra es el principio de objetivo. El objetivo es el fin que se pretende obtener por medio de la fuerza militar. Desde un punto de vista estrictamente militar, el objetivo militar primordial es la destrucción de las fuerzas armadas del enemigo y, en consecuencia, de la voluntad y capacidades del mismo para
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