Psicologia Clinica

SEGUNDA ACTIVIDAD

1. La fórmula lacaniana del SSS está compuesta por tres términos que se anudan para referirse a un solo concepto. El término “supuesto”, se extenderá a lo largo de toda la formula. Es decir, se supone un “sujeto” y se supone un “saber”. El sujeto supuesto saber es el analista, se dice supuesto porque el paciente le supone un saber que en realidad no es del analista, sino que le es propio.

Es la significación lo que se supone saber, y es el deseo del analizante el que dirige esa significación al analista, adjudicándole así el lugar del SSS. Se supone en el analista un sujeto que puede ayudarnos a saber aquello que ignoramos, la significación.

SSS es un sintagma, una conjunción sintáctica gramatical enunciada por Lacan que instituye un neologismo, ya que es un término que no estaba en la lengua: “Sujeto-Supuesto-Saber”- así escrito entre guiones, es un significante inventado por Lacan, que anuda tres términos, haciéndolos solidarios de un solo concepto.

1. el SSS es una equivocación necesaria. Necesaria porque marca el inicio de la transferencia, que no podría ser pensada de otro modo, al decir de Lacan. La fórmula lacaniana antecede al concepto freudiano de transferencia. Como mencionábamos antes, se supone en el analista un sujeto supuesto saber por ser sujeto del deseo del analizante, y a partir de aquí sucede lo que se llama efecto de transferencia, que no es otra cosa que el amor. El SSS que se erige como sujeto del engaño, despliega un saber que no le es propio, sino que toma prestado del inconsciente. Así vislumbra el análisis que hay Uno, pero no hay nada de Otro.

Para argumentar el título “El sujeto supuesto saber, una equivocación necesaria”, podemos decir que hablamos de supuesto saber por qué no es un saber absoluto, sino un saber que puede ejercer efectos de verdad sobre el sujeto. La equivocación es necesaria porque “la verdad no es otra cosa sino aquello de lo cual el saber no puede enterarse de que lo sabe sino haciendo actuar su ignorancia”.

Esta “equivocación” se evidencia en el término del análisis, cuando se produce la caída del SSS, develándose así el ropaje que ha debido sostener en el trayecto del análisis. De este modo, el brillo inicial del SSS queda opacado hacia el final del análisis, siendo reducido el analista a “ese resto de la cosa sabida que se llama el objeto (a)”, al decir de Lacan. Finalmente observa Sinatra los dos efectos de la equivocación del SSS: el analista estaba ocupando el lugar del objeto (a), y a la vez el lugar del Otro, que no era más que el inconsciente.

3) teniendo en cuenta la fórmula del Sujeto-supuesto-Saber, el clínico debe operar haciéndose destinatario del síntoma, condición que posibilita sostener el análisis. El analista opera desde el lugar de sujeto supuesto saber. Ya que es necesario para que sea posible el análisis que el sujeto lo ponga en ese lugar, deberá sostener el análisis desde ese lugar del SSS, pero teniendo siempre presente que él no lo es, y que no puede serlo.

4) este párrafo se desprende de la teorización que emprende Lacan a partir del concepto de “saber absoluto” planteado por Hegel, para llegar a la formulación del SSS. El sujeto del saber absoluto, de Hegel, queda excluido del discurso psicoanalítico. La hipótesis de un saber absoluto invalidaría la hipótesis del inconsciente, y viceversa. Aferrarse a una falsa certeza de saber absoluto es cerrar los caminos que permitan vislumbrar lo novedoso y lo singular de cada caso. “dejarse tomar por la ignorancia” es reconciliarse con ese punto de incertidumbre que implica todo análisis, y la vida misma. Es abrazar la posibilidad de construir algo nuevo, de “saber algo de lo que al otro le aflige”. En términos de transferencia, uno podría pensar que esa ilusión de saber absoluto goza de cierto amor, y “el que ama no quiere saber”, como dice Lacan. Dejar actuar la propia ignorancia, reconciliarse con esa ignorancia, implica un trabajo que el analista deberá asumir.

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