Psicología Clínica
Cesar PazTarea14 de Octubre de 2020
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INFORME SOBRE UN CASO Y EVALUACION BAJO EL MODELO CONDUCTUAL
PRESENTADO POR:
Cesar Augusto Paz Congo ID: 634352
TUTOR
Claudia Patricia Rodríguez
ASIGNATURA
Psicología Clínica
NRC:
189
Colombia, Ciudad Santiago de Cali 27 Septiembre del 2020
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN 3
OBJETIVO GENERAL 4
OBJETIVOS ESPECÍFICOS 4
Motivo de consulta 5
Descripción clínica del caso - etiología 6
Antecedentes: 6
Posibles hipótesis 7
Que se va a evaluar 8
MÉTODOS DE EVALUACIÓN ¡Error! Marcador no definido.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO (DSMV) 8
Conclusiones……………………………………………………………………………………………..12
Referencias………………………………………………………………………………………………13
INTRODUCCIÓN
Con el presente trabajo se pretende analizar un caso e intervenirlo desde un enfoque total mente conductual con el fin de reconocer la fortaleza y las falencias que presenta este modelo al momento de realizar cualquier tipo de práctica durante un proceso terapéutico, es importante reconocer que el modelo conductual es la que permite por medio de la teoría de estímulo y respuesta eliminar o o modificar la conducta de cualquier ser humano
- OBJETIVO GENERAL
Determinar los factores clave que permiten eliminar o modificar cual quier conducta del individuo
- OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Determinar la presencia, frecuencia y alcance de la sintomatología.
Desarrollar un proceso de evaluación con el paciente
Datos personales:
Nombre de la paciente: Jennifer Lorena Pineda.
Sexo: Masculino
Edad: 15 años.
Estado Civil: Soltero.
Ocupación: Estudiante de sexto grado.
Cuidad de residencia: Cali, valle del cauca
Contextualización del caso presentado
- Motivo de consulta
Raúl, paciente varón, con 15 años en la fecha de inicio de la intervención. Cursa
6 grado de bachillerato. en un Instituto de Educación Secundaria. Es el segundo de 4 hermanos, cuyas edades son 17, 15, 12 y 7 años, respectivamente. El paciente pertenece a una familia de un nivel sociocultural/económico medio. Su padre es mecánico y su madre dependienta. Son originarios del lugar en el que residen, nunca han cambiado su localidad de residencia. La madre es la persona con la que se ha mantenido el contacto durante el proceso terapéutico. Se trata de una persona colaboradora, muy preocupada por su hijo y dispuesta a hacer todo lo posible por mejorar la situación. El sujeto cuenta con una capacidad intelectual limitada, con serias dificultades para relacionarse. Reacciona negativamente ante los refuerzos que se le proporcionan en público y con frustración ante los fracasos. Habitualmente no presenta una mala conducta, pero en ocasiones es capaz de explotar si alguien se mete con él o si él cree que lo hacen. Raúl tiene una relación especial con su hermano de 12 años. Cuando sale, es con éste y con su grupo de amigos con quienes lo hace.
- Descripción clínica del caso - etiología
El sujeto presenta conductas de agresividad extrema contra sus compañeros de clase. La
Frecuencia de dichas conductas es variable, aunque no ha habido períodos superiores a
Un mes sin su aparición, habiéndose incrementado significativamente en los meses
Previos a la intervención. Durante los 4 primeros meses del curso presentó episodios violentos en, al menos, 5 ocasiones. La intensidad de las conductas es siempre bastante fuerte y su duración es de aproximadamente 10 minutos en sus momentos más violentos. Pese a que el centro académico realizó distintas actuaciones con el fin de reconducir la situación, éstas no tuvieron éxito. Al contrario, la conducta problema empeoró, mostrándose incluso más violento y amenazando de muerte a sus compañeros. Raúl no muestra culpabilidad tras sus conductas. No parece consciente de que éstas no son adecuadas ni desproporcionadas. Según verbaliza, “es lo que se merecen”. Su respuesta no es inmediata a una provocación. Está un buen rato rumiando lo que le han hecho y lo que él va a hacer y, cuando le parece más oportuno, arremete contra el compañero en cuestión. El paciente está siempre a la defensiva y ve enemigos en todas las personas. Se imagina o presupone lo que están pensando los demás. Cuando cree que algunos compañeros meten, o quiere meterse con él, reacciona con mucha agresividad.
- Antecedentes:
El paciente tuvo problemas al nacer, con sufrimiento fetal. Empezó a andar a los 18 meses y a esa misma edad empezó a hablar. Raúl es 2 años mayor que su hermano, el tercer hijo del matrimonio. Su madre cuenta que cuando éste era pequeño, sus primos se lo llevaban a su casa y a Raúl siempre se lo dejaban. Esto ocurría día tras día, hasta el punto que a veces le cerraban la puerta para que no pudiese ir con ellos. Al salir de la guardería, Raúl solía permanecer solo
Con su abuelo. Según nos cuenta su madre, los problemas de Raúl empezaron a los 7 años, concretamente indica la fecha del 16 de enero de 2001, día en que sufrió una parálisis facial severa, que le dejó el ojo derecho completamente abierto y la boca torcida. A raíz de esta afección, el niño empieza a presentar problemas, tanto adaptativos como de aprendizaje. En el mes de marzo de ese mismo año, araña la cara a una niña, de la cual era muy buen amigo hasta entonces. Tras varias semanas, la madre se entera, a través de su hijo menor, de que los niños se
Burlan del paciente. Esto hace que los padres empiecen a buscar ayuda: - Acudieron a la Unidad de Salud Mental de Castellón, a cuyo tratamiento psicológico el paciente no respondía, porque “se encerraba en sí mismo, pues no confiaba en nadie”, según manifiesta la madre. - Acudían mensualmente al Hospital Provincial de Castellón, donde se le realizaron numerosas pruebas y un TAC en el que se apreció una “pequeña obturación de una vena que riega el cerebro”. Cabe destacar que desde esta prueba, realizada en el año 2001, no se le ha realizado ninguna otra prueba neurológica. - Acudieron a un osteópata que le realizaba masajes en la cabeza. A medida que pasaba el tiempo, su conducta en el colegio iba a peor. También su rendimiento escolar se vio afectado y tuvo que repetir curso. Un día, en clase, insultó a unas niñas y tiró todas las mesas y las sillas del aula. Avisada la madre, se presentó en el colegio y vio cómo había quedado la clase, regañó a su hijo delante de todos sus compañeros y le pidió que le ayudara a recogerlo todo. Él obedeció y se avergonzó de lo que había hecho, según cuenta su madre. Tras este episodio, el paciente fue expulsado del centro durante 3 días, lo que provocó que acudiera a disgusto al colegio y que su comportamiento fuera cada vez peor. La evolución de la conducta de Raúl llevó a sus padres a acudir a la Unidad de Salud Mental de Vinaròs, donde recibió atención psicológica y donde le fue prescrito “Risperdal”, medicación que estuvo tomando durante 3 años. Dicha medicación hacía que estuviera tranquilo en clase, pero le adormecía y le mantenía ausente. Ya no pegaba a nadie, pero no seguía el ritmo de la clase ni avanzaba a nivel socio-afectivo. “Mientras esté tranquilo…”, afirma la madre que le decían en el colegio. Sus padres decidieron entonces llevarle a Instituto Médico del Desarrollo Infantil de Barcelona, donde fue atendido durante 5 años, y hasta dos meses antes del inicio de la intervención del SAPE. También en Barcelona, estuvo asistiendo a la consulta de un médico homeópata. La madre valora positivamente la intervención llevada a cabo en Barcelona; dice que evolucionó bien, pero que el chico “está resentido por el pasado y no puede controlar sus impulsos ante las provocaciones”. Durante los meses anteriores a la derivación al SAPE, va aumentando la agresividad y cambios en las conductas de Raúl. Insulta a sus compañeros, raya la mochila de uno de ellos, no obedece a las órdenes de sus profesores, raya la pared del aula, cruza todo el patio del Instituto para acercarse a un grupo de alumnos y les dice que un día les matará... Los profesores de Raúl coinciden en que durante las clases verbaliza para sí mismo con mucha frecuencia. No tolera trabajar en pareja ni en grupo con sus compañeros, ni leer en voz alta, ni compartir su libro con ningún compañero. En el transcurso de una clase, Raúl indicó gestualmente a un compañero del otro lado del aula que le iba a pegar. La profesora se da cuenta, les insta a dejar el tema y pide a toda la clase que preste atención a la pizarra. Dicha profesora no aprecia que en ningún momento nadie se haya metido con Raúl. Él parece tranquilo en su sitio, pero está hablando bajito consigo mismo (rumiando algo). Al cabo de un rato, se levanta y se dirige hacia un chico y le tira al suelo, cayéndole la mesa encima. Seguidamente se dirige hacia otro compañero y le tira la mesa, le coge las hojas de la carpeta y se las rompe. Está totalmente fuera de sí y sigue tirando mesas y sillas. Tras controlar la situación provocada en el aula, la psicopedagoga del centro permanece junto a él y observa cómo sigue hablando para sí mismo; no para de decir: “siempre igual, siempre igual…”. Al plantearle el daño que hubiese podido causar a sus compañeros, él responde: “Mejor, una pierna rota, es lo que se merecen”. El profesor de la clase anterior afirma que Raúl se había comportado perfectamente y había participado sin ningún problema. Más tarde, tras el mencionado episodio, le volvió a ver y le saludó con absoluta normalidad, como si nada hubiese pasado. Dos semanas más tarde, en el transcurso de un examen, empieza a mostrarse inquieto, a doblar su examen y hacer tachones en él, a sacar apuntes de su mochila, sin hacer
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