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Psicologia Psicoanalitica


Enviado por   •  20 de Mayo de 2014  •  766 Palabras (4 Páginas)  •  278 Visitas

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En estos y otros proyectos curriculares se pretende

• Conceptualice las características de la sexualidad infantil

La sexualidad infantil es aquella que, de acuerdo con una idea de tiempo cronológico, sitúa al niño en el primer peldaño de una escala evolutiva que madura hasta llegar a la edad adulta y que se constituye definitivamente en el encuentro de un objeto apropiado a su sexo. Más allá del reconocimiento de una sexualidad infantil, Freud nos propone, como ocurriera con la mujer, una idea diferente para pensar lo que es un niño y, en definitiva, para pensar lo que es la constitución psíquica del sujeto.

Freud estudia la sexualidad humana y observa a los niños determinando la verdadera existencia de la sexualidad infantil, algo impensado y demasiado trasgresor para la época ya que choca con el concepto de inocencia infantil debido a que la sexualidad era considerada actividad genital.

Mediante su estudio determina que durante la infancia, los niños llevan a cabo una investigación sexual impulsada por sus intereses sexuales. Esta exploración los lleva a construir teorías sexuales acerca del origen de los niños, la diferencia sexual, etc., pero confusas, que no logran resolver los enigmas infantiles de la vida sexual. El período de la sexualidad infantil se ve fuertemente afectado por la represión provocando la amnesia acerca de la infancia en los adultos.

A partir de la pubertad se reaniman las aspiraciones sexuales y la búsqueda del objeto de la temprana infancia.

• ¿Cuál es el carácter principal de la organización genital infantil?

El carácter principal de esta «organización genital infantil» es, al mismo tiempo, su diferencia respecto de la organización genital definitiva del adulto. Reside en que, para ambos sexos, sólo desempeña un papel un genital, el masculino. Por tanto, no hay un primado genital, sino un primado del falo.

• Explique el sentido doble activo y pasivo del varón en el complejo de Edipo

La situación del complejo de Edipo es en el varón la primera etapa que se puede reconocer con seguridad. Es fácil comprenderla, porque el niño retiene en dicha fase el mismo objeto que ya catectizó con su libido aún pregenital en el curso del período precedente de la lactancia y la crianza. También el hecho de que en dicha situación perciba al padre como un molesto rival a quien quisiera eliminar y sustituir es una consecuencia directa de las circunstancias reales. En otra ocasión ya he señalado que la actitud edípica del varón forma parte de la fase fálica y sucumbe ante la angustia de castración, es decir, ante el interés narcisístico por los propios genitales. La comprensión de estas condiciones es dificultada por la complicación de que aun en el niño varón el complejo de Edipo está dispuesto en doble sentido, activo y pasivo, de acuerdo con la disposición bisexual: el varón quiere sustituir también a la madre como objeto amoroso del padre, hecho que calificamos de actitud femenina. En cuanto a la prehistoria del complejo de Edipo en el varón, estamos todavía muy lejos de haber alcanzado una total claridad. Sabemos que dicho período incluye una identificación de índole cariñosa con el padre, identificación que aún se halla libre de todo matiz de rivalidad con respecto a la madre. Otro elemento de esta fase prehistórica es -según creo, invariablemente- la estimulación masturbatoria de los genitales, o sea, la masturbación de la primera infancia, cuya supresión más o menos violenta por parte de las personas que intervienen en la crianza pone en actividad el complejo de castración. Suponemos que dicha masturbación está vinculada con el complejo de Edipo y que equivale a la descarga de sus excitaciones sexuales.

• Explique la Tesis psicoanalítica “la organización genital fálica del niño se va al fundamento”

Cuando el niño (varón) ha volcado su interés a los genitales, después tiene que hacer la experiencia de que los adultos no están de acuerdo con ese obrar. Sobreviene la amenaza de que se le arrebatará esta parte tan estimada por él. Las mujeres mismas proceden a una mitigación simbólica de la amenaza, pero con el corte de la mano. Acontece que al varoncito no se lo amenaza con la castración por jugar con la mano en el pene, sino por mojar todas las noches su cama.

Ahora bien, la tesis es que la organización genital fálica del niño se va al fundamento a raíz de esta amenaza de castración. En efecto, al principio el varoncito no presta creencia ni obediencia algunas a la amenaza. El niño ya ha perdido partes muy apreciadas de su cuerpo: el retiro del pecho materno, primero temporario y definitivo después, y la separación del contenido de los intestinos, diariamente exigido. Pero nada se advierte

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