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Psicologia social: entrevista

Andy Atzin MacedoTrabajo27 de Septiembre de 2015

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La entrevista[1]*

Frederick Nils y Bernard Rimé[2]**

Introducción

 Desde la antigüedad, el método de la entrevista ha sido comúnmente utilizado por filósofos, médicos, curas, abogados. Sin embargo, en el transcurso de la segunda mitad del siglo XIX, una palabra inglesa –que era en realidad una traducción literal del francés “entrevue”- ha adquirido un significado técnico privativo del contexto periodístico. Se ha designado como “entrevista” (“interview”) al encuentro por medio del cual un representante de la prensa interroga a una persona de la cual se espera obtener ciertas declaraciones, con el fin de publicarlas. Debido a esta connotación mediática, la palabra inglesa de orígenes franceses advirtió enseguida un éxito inmediato dentro muchos otros idiomas. Por consiguiente, la entrevista ha venido a ser el nombre otorgado a un método de recopilación de información. A partir éste método, dos personas mantienen una conversación. Una de ellas asume la iniciativa asegurándose dirigirla con sus preguntas en vista de un objetivo preciso. La otra persona, generalmente acepta ayudar a ese objetivo, así que desarrolla sus respuestas de acuerdo a las preguntas expuestas. Aún en nuestros días, ésta técnica es utilizada con fines de simple compilación de datos desde una innumerable cantidad de profesiones: economistas, trabajadores sociales, médicos, jueces, abogados, detectives, orientadores educativos, psicólogos en áreas de contratación, psiquiatras y muchas otras más que le han dado un uso cotidiano. Desde su práctica profesional, ésta se enfoca frecuentemente más a trabajos caso por caso. Pero, en cuanto sobrepasa el caso por caso, y son planteadas preguntas semejantes a diferentes personas en vista de integrar sus declaraciones, entonces el método de la entrevista pasa al rango de método científico.

 Freud fue uno de los pioneros de la entrevista. El objetivo que él pretendía era la exploración de los impulsos inconscientes. En un inicio, aplicó la entrevista bajo hipnosis. Pero, enseguida optó por un método por el que el paciente estaba invitado a expresarse de modo libre, el mismo Freud no intervenía mas que con el propósito de una interpretación de lo que había sido dicho (Breuer et Freud, 1895). El discurso desarrollado en esas condiciones debía servir a las finalidades de la Psicoterapia de cada paciente. Sin embargo, el discurso de todos los pacientes juntos ha igualmente constituido el material a partir del cual Freud pudo desarrollar sus teorías generales referentes a las motivaciones inconscientes y, sobre la dinámica de la personalidad.

 Otro pionero del método de la entrevista fue Jean Piaget. Él exponía sucesivamente diferentes niños a una misma situación problemática. Enseguida escuchaba sus comentarios sobre la manera de enfrentar la situación y resolverla. Les preguntaba con mayor profundidad sobre tal o cual aspecto de sus reflexiones. Bajo ese hecho, disponía de un material que le permitió llevar a cabo una teoría sobre aspectos del pensamiento infantil y su evolución a través de las diferentes edades.

Actualmente, numerosos son las áreas de las Ciencias Sociales que pueden ser auxiliadas por la utilización del método de la entrevista. Así, por ejemplo, éste método es una herramienta que puede elegir la Antropología cuando consulta a sus informantes. Ésta (disciplina ) toma generalmente por objeto un elemento cultural, como una creencias, una costumbre o un mito. Establece las preguntas escrupulosamente preparadas sobre diferentes matices del objeto, y, las respuestas que obtiene motivan de su parte a nuevas interrogantes. De esta manera obtiene los elementos que le permitirán construir un resultado a su problema de investigación.

Frecuentemente los sociólogos también han recurrido a la entrevista desde la óptica de sus marcos de investigación científica. Asimismo, desde esferas diversas como la propagación de los rumores, o el estudio de los problemas vividos por los jóvenes-adultos en la obtención del primer empleo, o la creación de relaciones entre la percepción de la violencia urbana y el voto extremista; la entrevista se revela a menudo como un instrumento poderoso que recoge un material rico y oportuno hacia un buen número de objetos de investigación.

En éste capítulo, examinaremos las características prioritarias del método de la entrevista (tema 1), posteriormente nos enfocaremos a la relación de los distintos tipos de información que ésta nos permite obtener (tema 2), y las diferentes formas que éste método puede asumir (tema 3). En seguida profundizaremos de modo muy concreto los diferentes momentos de su preparación (tema 4) y de la ejecución (tema 5) de la entrevista. Por último, terminaremos con una discusión sobre las actitudes pertinentes de parte del entrevistador si desea asegurar una óptima cooperación de parte de sus interrogados.

  1. Características fundamentales de las técnicas de entrevista

 Podríamos definir a la entrevista como un diálogo cuya finalidad es recolectar información a propósito de un tema determinado. El entrevistador aplica las preguntas ya preparadas. Su interlocutor reacciona a ello. Durante éste intercambio, la persona entrevistada produce un discurso que le es libre, según el caso, sobre la significación que da a sus prácticas, su percepción sobre algún evento o una situación, su interpretación sobre alguna experiencia, o quizá, la representación que hace de su entorno. Desde su posición, el entrevistador, por sus preguntas y reacciones persigue dos objetivos inmediatos: por un lado, se esfuerza por reflejar una expresión muy grata en su discurso y de llevar al interlocutor a sus reflexiones más profundas. Y por otro lado, tiene la necesidad de mantener la conversación en la línea temática de su investigación.

 La entrevista se inscribe por tanto dentro de un marco interactivo: está constituida por una secuencia de acciones recíprocas entre dos personas (o más). No se trata, entonces de una situación en el transcurso de la cual alguna de las dos partes transmite simplemente a la otra su información “completamente”, como su tuviera esa disposición antes de su encuentro. La dinámica de la entrevista reproduce en gran medida la información que se obtendrá. A partir de ese hecho, todos los elementos que pudieran afectar el desenvolvimiento de la entrevista, son igualmente susceptibles de tener un impacto sobre los datos que resurgirán. Éstos elementos son innumerables; tienen la característica de la presencia de las dos partes en la medida en la que éstas se integran a un contexto

 Es así que, tanto el entrevistador como su interlocutor poseen características que les son propias. Los aspectos físicos (tipo de vestimenta, corte de pelo, cámara a la vista…), ciertas maneras en sus rasgos de personalidad (seguridad, ansiedad, extraversión...), su estatus (investigador de una Universidad, , estudiante, sindicalista, director de una empresa…), su escolaridad, edad, género, orígenes étnicos, son también ingredientes que le caracterizan y que pueden ser motivo de inhibiciones o de tendencias de respuesta particulares de la otra parte.

 Del mismo modo, el contexto dentro del cual se realiza una entrevista puede influir sobre su desarrollo. El contexto, es básicamente el entorno físico. La presencia de terceras personas, el ruido alrededor, la distribución de las cosas en una habitación, son en sí mismos distractores potenciales que es necesario controlar. Sin embargo, el contexto debe igualmente ser considerado desde un punto de vista cultural e institucional. Es a éste nivel en que se definen la s posiciones, el estatus, los roles y los ritos de interacción que predominarán durante la entrevista. Una persona entrevistada en los espacios de una Universidad prestigiosa, ¿nos dará respuestas semejantes a aquellas que podría manifestar de haber sido interrogada en la calle, en su lugar de trabajo o en su domicilio?. Es muy probable que no. Partiendo de la misma lógica, una entrevista sobre las prácticas literarias posiblemente suscitará actitudes distintas dependiendo del cometido de la entrevista que se introduzca, ya sea como eje de investigación en sociología de la cultura o como dato para el departamento de marketing de una importante casa de edición.

Finalmente, el contexto de una entrevista debe aprehenderse en tanto su marco semiótico, es decir, como un universo de significaciones dentro del que el entrevistador y el entrevistado se situarán para presentar su discurso. Desde ésta perspectiva, el mayor escollo será la inexistencia de un referente común entre los dos protagonistas de una entrevista. Los términos utilizados serán por tanto equivocados y, en el peor de los casos, ambos interlocutores tendrán la impresión de hablar idiomas diferentes.

 La entrevista, no se encuentra únicamente, como ya lo hemos visto, en un marco interactivo. Ésta se inscribe en otro, en un encuadre discursivo, con la mesura desde la que pone en juego un proceso dinámico que descansa principalmente en el lenguaje hablado. Es la naturaleza discursiva en el método de la entrevista, lo que le confiere su riqueza y su profundidad únicas en los dominios que dispone. Las preguntas directas, las preguntas más vagas, los requerimientos aclaratorios, las reformulaciones son tanto estrategias de las que dispone un entrevistador para plegarse mejor al sentido que su interlocutor otorga al tema de la investigación. En función de ese tema, la flexibilidad en las técnicas de entrevista, ofrecen igualmente al investigador la facultad de proceder de forma estructurada y estandarizada o, en caso contrario, adoptar una actitud no directiva que permita a la persona entrevistada expresarse libremente. No obstante, considerando lo que sea su margen de libertad acordada con el participante de la entrevista, en última instancia ,es exclusivo del investigador orientar el diálogo en función de su hipótesis de trabajo. Por esta razón, hay lugar a que maneje un conjunto de prácticas conversacionales. Por tal dominio de la situación es que el entrevistador tendrá el tacto para motivar al entrevistado a interactuar, y de guiar adecuadamente el discurso hacia las finalidades que persigue.

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