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Psicología de la orientación

lorenita1977Monografía22 de Mayo de 2023

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MAESTRÍA EN PSICOLOGÍA EDUCACIONAL

 

Nombre completo del curso: PSICOLOGÍA DE LA ORIENTACIÓN

 

Docentes responsables: Dra. Gabriela Aisenson

Docente colaborador: Magister Leandro Legaspi

Maestranda: Prof. y Lic. María Lorena Fernandez.

DNI 25.895.179 .Mail:loretafernandez77@hotmail. com

Consigna para el Trabajo final

El trabajo final deberá realizar un acercamiento a perspectivas teóricas y conceptos abordados durante el Seminario Psicología de la Orientación, y reflejar un proceso de reflexión sobre la bibliografía del curso, a partir del análisis de un material empírico que permita comprender la importancia que tiene para los jóvenes acceder a posibilidades de desarrollo personal y social en una sociedad que los incluya, para avanzar en el análisis de los procesos psicológicos y los factores sociales que movilizan los jóvenes en situaciones de transición, y en las prácticas para ayudarlos a orientarse.

Podrá analizarse, por ejemplo: una entrevista cualitativa a un joven; o un grupo de jóvenes; o intervenciones en el marco de un programa, un servicio, una institución o una comunidad dirigidos a los jóvenes, a los maestros/profesores/padres o a los profesionales orientadores (psicólogos, psicopedagogos, pedagogos, etc.); o una nota periodística o una película o una novela, u otra situación.

Quienes no cuenten con material propio para analizar, en el Aula Virtual encontrarán entrevistas de orientación que pueden tomar como insumos para este trabajo.

El trabajo tendrá

 a) la formulación inicial del objetivo planteado para el trabajo (máximo 1 página);

b) la síntesis de los textos de la bibliografía seleccionados (mínimo 3 textos) a modo de marco analítico (máximo 3 páginas), referida a las cuestiones que las sociedades actuales les plantean a los jóvenes en su orientación y c) un análisis del material empírico (máximo 4 páginas), a partir de las dimensiones de análisis planteadas en el punto anterior. Para este análisis se irán comentando/comparando/examinando viñetas del material empírico con los textos seleccionados.

Máximo de páginas del trabajo: 8, en Times New Roman 12, interlineado 1 y medio. El material empírico deberá anexarse al final del trabajo.

Fecha de Entrega: 28/02/2023

  …..y volvió a pensar que no debía seguir en la cama

  y que lo más lógico era arriesgarlo todo,

aunque sólo quedase una ínfima esperanza.

Pero de inmediato recordó que, mejor que tomar

decisiones extremas, era meditar serenamente.[1]

“Bizarrap y la sessión de Orientación vocacional”

Introducción:

Todo cambio es una crisis. Una transición implica un quiebre donde el sujeto comienza a replantearse un nuevo orden. Los efectos del cambio son duraderos y esto pone en tensión las representaciones sociales del individuo. Ya sea la elección de una carrera, el lugar dónde estudiar, un posgrado a seguir, estudiar un idioma o cambiar de trabajo. Cualquiera sea ese movimiento, implica un nuevo rol. En este sentido, este nuevo rol viene acompañado de la toma de decisiones: ¿La elección será la correcta? Generalmente, aparecen miedos y ansiedades; ¿Estoy a tiempo de elegir? ¿Y si me equivoco? Lo cierto es que, tanto la elección de una carrera, vocación o trabajo resulta algo significativo ya que permite a que las personas puedan dar propósito a su vida. Asimismo, el advenimiento de un proyecto, puede ser una fuente fundamental de autoestima y realización personal. Puede, a su vez, propiciar la posibilidad de interacción social y ser una fuente de oportunidad para desarrollar habilidades y destrezas como así también satisfacer necesidades económicas. Debido a la fluidez contextual, en la actualidad, es necesario pensar la elección vocacional como una serie de elecciones y ya no como una decisión única y  definitiva, de una vez y para siempre.

La fluidez contextual da cuenta de una era cambiante e inestable, en la cual lo único certero es el cambio. Un mercado laboral generalmente imprevisible y que no deja realizar elecciones a largo plazo, a no ser que el sujeto disponga de un poder de análisis y de previsión. (Pelletier; Dumora  p10) Consigo, la época trae la necesidad de ajuste social en los individuos, a los que se les reclama cada día más volatilidad y capacidad,  cualquiera sea el área de inserción. El siguiente trabajo se propondrá abordar las perspectivas teóricas y los conceptos relevantes de la Psicología de la Orientación a partir del análisis de la nota periodística: “Dominar el mundo desde la habitación”. La idea es poder reflexionar, en clave compleja, la importancia que tiene para la juventud el poder acceder a condiciones de posibilidades de desarrollo personal y social en una sociedad que los incluya, para avanzar en el análisis de los procesos psicológicos y los factores sociales que movilizan los jóvenes en situaciones de transición, y en las prácticas para ayudarlos a orientarse. Primando el objeto principal en la toma decisiones conscientes que los acerquen a sus intereses, desplegando al máximo sus  fortalezas  para así, desplazarse cómodamente.

Un orientador en la era líquida:

Si bien la orientación vocacional como práctica social, en sus comienzos, se ocupaba exclusivamente de  la problemática de la elección de los jóvenes en su transición hacia estudios superiores, o bien, en la elección de un trabajo;  en la actualidad, su campo fue ampliando sus horizontes a diferentes momentos vitales de un individuo. Este campo abocado a la  transición adolescente, comienza a preocuparse por todas aquellas personas que atraviesan, en diversos momentos de la vida, la necesidad o el deseo de re-orientarse,  reconvertirse y/o re -proyectarse (Aisenson, 2007).

La vida hoy es un devenir constante. Si en épocas pasadas, todo era previsible, en el presente, desaparecieron las seguridades de antes, todo es efímero, evanescente y volátil.  En el pasaje de una modernidad sólida, estable y repetitiva a una modernidad líquida, exigible e inestable que provoca el borramiento de los modelos y estructuras sociales en los que las personas podían afianzar sus prácticas cotidianas. En la actualidad,  el peso de la construcción de pautas y la responsabilidad del éxito como así también del fracaso caen, primordialmente,  sobre los hombros del individuo (Aisenson, 2015):

“Y además, si se enferman, se presupone que es porque no han sido lo suficientemente constantes y voluntariosos en su programa de salud; si no consiguen trabajo, es porque no han sabido aprender las técnicas para pasar las entrevistas con éxito, o porque les ha faltado resolución o porque son, lisa y llanamente, vagos; si se sienten inseguros respecto del horizonte de sus carreras y los atormenta su futuro, es porque no saben ganar amigos e influencias y han fracasado en el arte de seducir e impresionar a los otros. Esto es, en todo caso, lo que se les dice en estos días y lo que han llegado a creer, de forma tal que se comportan como si fuera de hecho así.”(Bauman, 2000, p.40)”

          El sujeto es considerado como único responsable de su devenir, quedando opacada la trama colectiva y el peso que tienen los contextos en los que las personas desarrollan su existencia. El deber de gestionar la vida y de construir un proyecto se transforma en condición obligatoria del ser sujeto, más que un atributo que permite entender una aspiración y un compromiso personal. (Aisenson, 2015 p.84) En nuestro país, muchos jóvenes en situación de vulnerabilidad padecen, debido a los vaivenes socioeconómicos, una profunda desigualdad, marginación, discriminación, problemas para la inclusión social y son blancos de transmisión intergeneracional de la pobreza (Aisenson, 2015). Por ello se hace necesario, que el orientador, atendiendo a la subjetividad de la época,  se sirva de enfoques pluridisciplinarios en los cuales se prioricen, y pongan en consideración, las interacciones del sujeto con su contexto. (Aisenson, 2007)

El objetivo del Orientador, de la era fluida, será la de colaborar con los individuos para que puedan ellos adquirir herramientas simbólicas con el objeto de ampliar su horizonte  y así construir su proyecto de vida armando estrategias para futuras transiciones. “La orientación de las jóvenes generaciones ya no puede ser más ese trabajo artesanal de emparejamiento entre las capacidades de un individuo y las necesidades de una sociedad, como se realizaba hace algunas décadas, para cuyo fin se utilizaban las prácticas diagnósticas y evaluativas, que se apoyaban en el modelo psicométrico. Sin embargo, estas prácticas se siguen utilizando todavía en nuestra profesión de consejeros de orientación.”(Pelletier; Dumora p. 7).

La actividad de orientación, según Pelletier y Dumora (1984) consiste en implicar al individuo en su elección restituyendo el análisis de los términos de su propio problema para que pueda participar activamente en la búsqueda de soluciones. A diferencia de los paradigmas anteriores, donde el rol de orientador-experto se basaba en la evaluación de rasgos personales (aptitudes) para luego aconsejar un oficio o profesión y colaborar con las demandas de ese contacto. El rol del orientador en la teoría de los rasgos y factores tenía un papel preponderante transformándose en un “Experto Psicotécnico". El dispositivo es análogo a una consulta médica. Se interroga al consultante de determinada manera sometiéndolo luego a una investigación utilizando instrumentos normalizados (Tests) con el fin de establecer un diagnóstico y proponer finalmente una resolución : oficios adaptados. (Guichard, 2002 p.45) quedando así el sujeto de la orientación pasivo en el proceso de la búsqueda del desarrollo profesional. Luego, en el segundo paradigma, durante el siglo XX, las normas sociales y las aspiraciones circunscribían las carreras profesionales. El orden social proporcionaba trayectorias predeterminadas, en las que los individuos realizaban las elecciones que les convenían.  La función del orientador puso el acento en el desarrollo de los sujetos para lograr la madurez  vocacional y planeamiento de una carrera. Con el objetivo de preparar al sujeto para hacer frente a las numerosas transiciones de su carrera personal y profesional, el orientador aparece a veces como una suerte de educador.(Aisenson, 2017).

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