Psicoterapia Para La Nurosis

"Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos." Es una de mis frases favoritas en el libro de Julio Cortázar en su libro de Rayuela y me parece que aterrizado en este contexto se asemeja al contexto del psicoanálisis con el que se enfrentaba Sigmund Freud en sus orígenes, porque así como él lo veía,es el ideal de ayudar al paciente a encontrar aquello que no existe en su interior, es decir descubrir ese “inconsciente” que se niega a salir a la conciencia mediante las diversas funciones psíquicas y mecanismos de defensa y por medio de las diversas técnicas utilizadas en la terapia, interpretar y destruir estas barreras hasta lograr ayudar a la psique a emerger completamente al plano consciente.

Sin embargo un punto importante es el hecho de que el hecho de que un impulso se o no consciente nada tiene que ver con su valor dinámico, es decir, los fenómenos conscientes no son necesariamente más fuertes que los inconscientes, ni estos últimos son el “verdadero motor” de la mente.

Las huellas mnémicas (recuerdos) pueden hacerse consientes por un simple acto sin aparente importancia, mientras que algunos fenómenos pueden mantenerse al margen por ciertas resistencias que generan conflictos con nuestras otras estructuras psíquicas, lo que es un desencadenante de tensión, en el proceso primario esta energía se encuentra libre, mientras que en el secundario , es condensada, desplazada, de acuerdo a las exigencias de la realidad tiempo y orden lógicos, es decir se adecúa a las posibilidades de descarga.

Partiendo, de ésta teoría o escuela del psicoanálisis, es que Otto Fenichel, en su libro Teoría de Psicoanalítica de las Neurosis, nos trata de explicar la naturaleza de dicho fenómeno y la diversidad de manifestaciones que tiene. Es así que comienza con explicando que la importancia del estudio de las funciones psíquicas radica en sí en la pugna existente entre las fuerzas opuestas de descarga y las inhibidoras, ya que en la regulación de esta lucha es en dónde se origina la neurosis.

Un individuo con una personalidad “normal” tendrá una tendencia a la homeostasis es decir a conservar el equilibrio, esto no implica que se mantenga sin una lucha interna, si no que su estructura yoica es lo suficientemente estructurada como para equilibrar las pulsiones mediante mecanismos adecuados que no generen tensiones innecesarias ni fugas de energías y mantengan el control de la energía, de lo contrario, podríamos encontrarnos con una persona relativamente tranquila pero extremadamente cansada, lo que denotaría una puga interna excesiva, es decir un consumo interno de energías que se demostrará de manera somática. Es a esto a lo que se le denomina “economía psíquica”, asimismo, existen dos periodos en la vida de los seres humanos en los que es frecuente observar desórdenes en la administración de la economía psíquica: la pubertad y el climaterio.

Sin embargo durante la neurosis es natural observar una carencia en la capacidad para administrar dichas pulsiones psíquicas. Hay dos tipos de neurosis que aunque parecieran ser diferentes, tienen en común la manera “normal y racional de manejar, tanto las exigencias del mundo externo, como los impulsos internos que han sido sustituidos por algún fenómeno irracional, que parece extraño pero es controlado voluntariamente”.

Estos son la neurosis sintomática en la que el paciente percibe algo como extraño e inteligible, movimientos, cambios en de las funciones corporales, sensaciones (histerias), emociones o estados de ánimo abrumadores, pensamientos, compulsiones y obsesiones, síntomas que parecieran asaltar la personalidad desde una fuente desconocida, perturbando a ésta y a la voluntad del consciente; mientras que en las neurosis de carácter la personalidad parece no ser uniforme y estar perturbada por un suceso que deforma y afecta de tal manera que evita dilucidar dónde termina la enfermedad y dónde comienza la personalidad.

Es así, que nos encontramos

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