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Psicoterapia

kmekme26 de Marzo de 2013

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ÍNDICE

PRÓLOGO 3

PRÓLOGO A LA NUEVA EDICIÓN 4

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO" 4

EXTRAVÍOS DEL PENSAMIENTO PSIQUIÁTRICO* 10

EN LA FRONTERA ENTRE LA PSICOTERAPIA Y LA FILOSOFÍA 17

1. Fundamentos filosóficos de la teoría psicoterapéutica 17

2. Cuestiones filosóficas de la práctica terapéutica 20

MONANTROPISMO* 22

EL DEPORTE COMO FENÓMENO HUMANO ¿CATARSIS MODERNA O ASCÉTICA SECULAR?* 23

AMOR Y SEXO 26

ARGUMENTOS EN FAVOR DE UN OPTIMISMO TRÁGICO" 28

EL HOMBRE INCONDICIONADO Lecciones metaclínicas 37

PRÓLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN 37

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN 38

INTRODUCCIÓN 38

I. EL PROBLEMA CUERPO-ALMA 41

II. EL PROBLEMA DEL ESPÍRITU 46

1. La esencia del espíritu 46

2. El devenir del espíritu 53

III. EL PROBLEMA DE LA MORTALIDAD 74

IV. EL PROBLEMA DE LA VOLUNTAD LIBRE 81

Nota a la segunda edición 92

HOMO PATIENS Ensayo de una patodicea 93

PROLOGO A LA PRIMERA EDICIÓN 94

A. DEL AUTOMATISMO A LA EXISTENCIA: CRÍTICA DEL NIHILISMO 94

I. EL PSICOLOGISMO 95

II. SOCIOLOGISMO 109

B. DE LA NEGACIÓN DEL SENTIDO A LA INTERPRETACIÓN DEL SENTIDO 117

Interpretación metaclínica del sentido del sufrimiento 120

Apéndice a la segunda edición. ¿Qué es el hombre? 129

C. DE LA AUTONOMÍA A LA TRASCENDENCIA: CRISIS DEL HUMANISMO 131

Preámbulo a la segunda edición 131

I. Antropocentrismo 133

II. Antropomorfismo 140

PRÓLOGO

El núcleo de la presente obra está formado por dos libros ya agotados: El hombre incondiaonado (lecciones metaclínicas) y Homo patiens (ensayo de una patodicea). Ambos nacieron de lecciones destinadas a elucidar los fundamentos de la logoterapia. Aquellas lecciones fueron dictadas en la Facultad de Medicina de la Universidad de Viena en los años 1949 y 1950. Remontan, pues, no menos de 35 años atrás. Me he arriesgado, no obstante, a reimprimirlas sin apenas modificaciones por sugerencia de la editorial Huber. Entendí, en efecto, que los puntos eventualmente desfasados pueden conservar un interés histórico y lo que pueda estar superado por el propio desarrollo de la logoterapia sólo necesitaba ser actualizado y complementado con una serie de textos y trabajos más recientes.

Con este fin se han agregado las conferencias y artículos siguientes:

Como introducción, la conferencia pronunciada por mí a invitación del Congreso Internacional de Filosofía de 1968;

mi artículo Irrwege seelendrztlichen Denkens (Extravíos del pensamiento psiquiátrico), publicado en la revista «Nervenarzt» (1960);

mi artículo Aus dem Grenzgebiet zwischen Psychotherapie und Philosophie (En la frontera de la psicoterapia y la filosofía) aparecido en «Forschungen und Fortschritte» por encargo de las Academias de las Ciencias de Berlín, Gotinga, Leipzig, Munich y Viena (1961);

la traducción alemana de una ponencia que presenté en la conferencia mundial sobre El papel de la universidad en la lucha por la paz (1969); mi conferencia Zur Anthropologie des Sports (Antropología del deporte) pronunciada en un simposio científico internacional, a invitación del Comité de la Organización Olímpica (1972);

mi contribución Liebe und Sex (Amor y sexo) a una obra colectiva japonesa, editada por Sadayo Ishikawa (Seishin Shobo) y a otro volumen también colectivo danés, editado por Knud Simón Christensen (Pro Publikationer; 1973);

como nota a El hombre incondicionado, extractos de una conferencia encargada por el Akademischer Senat con ocasión del VI centenario de la Universidad de Viena (1965);

como apéndice a Homo patiens, un discurso conmemorativo que pronuncié a invitación de la Sociedad de Médicos de Viena en honor de los miembros fallecidos en los años 1938-1945 (1949).

San Diego, California Viktor E. Frankl

Enero de 1975

PRÓLOGO A LA NUEVA EDICIÓN

Esta nueva edición, que recupera el título de uno de mis libros anteriores, aparece ampliada con un nuevo capítulo: la conferencia que pronuncié en el III Congreso Mundial de Logoterapia, celebrado el año 1983 en la Universidad de Ratisbona. De ese modo el presente volumen recoge trabajos que abarcan un tercio de siglo.

El capítulo Antropología del deporte ha sido sustancialmente re-elaborado, lo cual aconsejó también un cambio de título.

Viena, San Silvestre 1983 Viktor E. Frankl

EL HOMBRE EN BUSCA DEL SENTIDO"

El título esboza algo más que un tema: encierra una definición o, al menos, una interpretación del hombre. Del hombre como un ser que busca en definitiva el sentido. El hombre está siempre orientado y ordenado a algo que no es él mismo; ya sea un sentido que ha de cumplir ya sea otro ser humano con el que se encuentra. En una u otra forma, el hecho de ser hombre apunta siempre más allá de uno mismo, y esta trascendencia constituye la esencia de la existencia humana.

¿No es cierto que el hombre aspira propia y radicalmente a ser feliz? ¿No lo reconoció ya el propio Kant, añadiendo únicamente que el hombre debe aspirar también a hacerse digno de la felicidad? Yo diría que lo que el ser humano quiere realmente no es la felicidad en sí, sino un fundamento para ser feliz. Una vez sentado este fundamento, la felicidad o el placer surgen espontáneamente. Kant afirma en la segunda parte de su Metafísica de las costumbres titulada «Principios metafísicos del tratado de las virtudes» (Kónigsberg, bey Friedrich Nicolovius, 1797, p. VIIIs), que «la felicidad es la consecuencia del cumplimiento del deber» y que «la ley debe preceder al placer para que éste pueda sentirse». Pero lo que Kant dice sobre el cumplimiento del deber y la ley tiene, a mi juicio, un alcance mucho mayor y se puede transferir del ámbito de la moralidad al de la sensualidad. Los neurólogos podemos aportar muchos testimonios en este sentido. La práctica clínica demuestra constantemente que el desvío del «fundamento para ser feliz» es lo que impide ser felices a los neuróticos sexuales: al varón impotente o a la mujer frígida. Pero, ¿cómo se produce este desvío patógeno del «fundamento de la felicidad»? Por una búsqueda forzada de la felicidad misma, del placer mismo. Cuánta razón tenía Kierkegaard al afirmar que la puerta de la felicidad se abre hacia fuera y al que intenta «derribarla» se le cierra.

¿Cómo podemos explicar este hecho? Diciendo que lo más profundo del hombre no es el deseo de poder ni el deseo de placer, sino el deseo de sentido.

Mis ideas sobre la motivación humana y el concepto de un deseo de sentido se han visto confirmados recientemente por las investigaciones llevadas a cabo en el Instituto de Psicología Experimental de la Universidad de Viena por Elisabeth Lukas; las investigaciones se basaban en las declaraciones de 1340 personas, y los miles de datos fueron elaborados mediante ordenador. La psicóloga Lukas introdujo un nuevo test a modo de complemento y para una detección más precisa de la frustración del deseo de sentido (sin excluir las posibilidades de intervención, no sólo a nivel terapéutico, sino también profiláctico): el logo-test (cf. Viktor E. Frankl, Der Wille zurn Sinn. Con una colaboración de Elisabeth S. Lukas, Berna/Stuttgart/Viena 1972).

En virtud de su deseo de sentido, el hombre aspira encontrar y realizar un sentido, pero también a encontrarse con otro ser humano en forma de un tú. Ambas cosas, la realización de un sentido y el encuentro humano, ofrecen al hombre un fundamento para la felicidad y el placer. Pero en el neurótico esta aspiración primaria se desvía hacia una búsqueda directa de la felicidad, hacia un deseo de placer. En lugar de ser el placer lo que debe ser: un efecto (el efecto secundario de un sentido realizado o del encuentro con otro ser), se convierte en el objetivo de una intención forzada, de una hiperintención. La hiperintención va acompañada de una híp erre flexión. El placer pasa a ser el contenido y el objeto de la atención humana. Pero cuando la persona neurótica se preocupa por el placer, pierde de vista el fundamento del mismo... y no puede producirse ya el efecto deseado. Cuanto más busca el placer, más se le sustrae.

Es fácil calcular cómo la hiperintención e hiperreflexión, o su influencia deletérea en la potencia y el orgasmo, se refuerzan cuando el hombre condenado a fracasar en su deseo de placer intenta salvar lo que puede recurriendo a una técnica del amor. La industria de la ilustración sexual le despoja de los últimos restos de esa espontaneidad que es una condición y supuesto del funcionamiento sexual normal. La obsesión del consumo sexual produce una hiperreflexión, especialmente en los jóvenes; de ahí el incremento del índice de neurosis sexuales en nuestras clínicas.

El hombre actual tiende a la hiperreflexión. La profesora Edith Joelson, de la Universidad de Georgia, ha demostrado que la autointerpretación (self-interpretation) y la autorrealización (self-actualiza-tiori) ocupan estadísticamente el lugar más elevado en la jerarquía de valores de los estudiantes americanos. Es obvio que se trata de una comprensión de sí mismo influida por un psicologismo analítico y dinámico, que impulsa al americano culto a sospechar siempre detrás de la conducta consciente unos móviles inconscientes. Pero yo me atrevo a afirmar, en lo concerniente a la autorrealización, que el hombre sólo es capaz de realizarse en la medida en que realiza un sentido. El imperativo de Píndaro, según el

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