¿Qué Consejería Usted En El Siguiente Caso?

¿Qué consejería usted en el siguiente caso?

La hermana FRUNA viene un día a usted como pastor y le dice lo siguiente: `tengo 40 años de edad. Que huérfana de madre a mis 13 años; mi papa me toma a mi como su mujer y quedo embarazada, sufrió un aborto y para evitar que mi papa siga abusando de mi huyo de mi casa.

Me case, pero no he podido disfrutar de lo que me dicen que es una relación sexual porque cada vez que estoy con mi esposo recuerdo es el rostro de mi papa y siento repulsión. Han pasado 27 años y ahora mi papa viene a mi casa; viejo, enfermo y acabado y me dice que lo reciba porque yo Soy su hija. ¿Qué debo hacer?

Rta: Teniendo en cuenta que la violación es un acto de violencia que atenta contra el individuo afectando su "yo", físico y mental, puedo notar que la hermana fruna, no ha logrado superar este agravio, para ella fue y es una experiencia traumática, por lo que puedo señalar que ella tiene en su mente y en su corazón la violación causada por parte de su padre a lo largo de los años, por consiguiente teniendo en cuenta que ella debe tomar la seria decisión de acoger a su padre o no , le hablaría un poco sobre el perdón, siendo este el elemento central para la comprensión del misterio de la salvación humana, este se constituye como el núcleo de intersección del diálogo entre el hombre pecador y el Dios que ofrece su perdón. El hombre es un ser que, aunque creado a imagen y semejanza de Dios, es limitado, frágil y susceptible al error y a los malos actos. El pecado, así, aparece en el horizonte del hombre como algo inevitable, "ninguno es inocente, ni uno solo", nos dice san Pablo, recogiendo el pensamiento del Salmo 13. Es por ello que Jesús nos ensena que tenemos que perdonar 70 veces 7, ¡siempre! ¡Vez tras vez!, Mt.18:21-35. Porque si no perdonamos "siempre", el Señor no nos va a perdonar "siempre", ¡y el justo peca 7 veces al día! ¡Tú y yo pecamos, al menos, 7 veces cada día!: (Prov. 24:16).

Quien no perdona, ¡o perdona, pero no olvida!, y guarda rencores o resentimientos. No le está haciendo daño al que le hizo el mal, sino a sí mismo, ¡está corroyendo, y amontonando basura en su propio corazón!

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