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Recluta A Amigos


Enviado por   •  22 de Octubre de 2014  •  1.767 Palabras (8 Páginas)  •  110 Visitas

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La amistad

La amistad es una forma de enriquecimiento personal. Aprendemos a dar y recibir cariño, a ser más generosos, pero además aprendemos de las experiencias del amigo o de la amiga, de sus conocimientos y vivencias. ¿Qué es realmente lo que caracteriza de manera especial y lo que define mejor la esencia de este tipo privilegiado de relación? De esto y de otras interesantes reflexiones sobre el tema se habla a lo largo de estas páginas.

La amistad es una de las relaciones que los seres humanos estimamos más. Con cuanto orgullo se le oye decir a una persona: “Yo tengo millones de amistades.” Sin dudas, las alegrías y las tristezas de nuestras amigas y amigos las compartimos muchas veces como algo propio. No dejan de preocuparnos; no dejan de entusiasmarnos. A este vínculo tan especial se han referido, en todas las épocas, poetas músicos y filósofos. Sobre tal asunto, una de las teorías más viejas y conocidas es la del célebre Aristóteles.

Decía el genial pensador de la antigüedad que existen tres tipos de amistades: de utilidad, de placer y de virtud. Las primeras --refiere-- están basadas en nuestra propia necesidad e interés. Son relaciones útiles de las cuales se obtiene algún beneficio. Y, por tanto, funcionan mientras el vínculo que las sostiene se mantenga intacto. Si recordamos la vieja canción de Julio Iglesias, “La vida sigue igual”, veremos que recoge este rasgo en unas de sus estrofas cuando sostiene que, ante el fracaso, solo quedan a nuestro lado los buenos amigos. Y afirma: “Los demás, se van.”

El segundo tipo, la amistad por placer, según el filosofo, está basada en la cantidad de goce y alegría que se recibe de ella, es decir, los amigos y amigas que únicamente se reúnen para pasarla bien, compartir fiestas y actividades recreativas. Por último, el tercer tipo, es aquella que Aristóteles le daba verdadera connotación: Personas que comparten en las buenas y en las malas, que se quieren y están unidas por un vínculo fuerte de lealtad, honestidad y desinterés. Esta amistad de virtud, al decir del eminente pensador, es realmente difícil de hallar en la vida y por ello también sentenciaba: ¡Oh, amigos míos, no hay ningún amigo!

Al margen de tan manifiesto pesimismo, el filósofo planteaba que la amistad de virtud ennoblece a la gente: las personas aprenden a ser buenas. Decía: “Cuando los amigos comparten tiempo juntos, no tardarán en comprender que ven con los mismos ojos, sienten con un mismo corazón y piensan con una misma mente.”

No obstante la vertiginosa revolución tecnológica que ha cambiado al planeta, de Aristóteles para acá, el humano y la humana siguen necesitando de “ese otro corazón” para hacer de su existencia un lugar más grato en este mundo. Sigue siendo esencialmente cierto el proverbio chino antiquísimo que sentencia: “Si al morir, cuentas con cinco buenos y verdaderos amigos, significa que tuviste una vida hermosa.”

Para el antropólogo argentino Ricardo Yepes, la verdadera amistad surge del compañerismo que es compartir una tarea o un trabajo y se convierte en ocasión de conocerse y comentar las incidencias del caso. Este argumento, que me parece muy válido, puede hacer recordar, a quienes están leyendo este artículo, parte de sus buenos amigos y amigas que se han creado al calor de años de trabajar juntos y casi sin darse cuenta, ha nacido una verdadera amistad basada no solo en lo agradable de la compañía sino en el respeto, incluso la admiración y en la extraordinaria confianza. Como dice el antropólogo: ¿Qué cosa más dulce que el tener con quien te atrevas a hablar como contigo mismo?

Añade el experto que el trabajar juntos sobre los mismos proyectos o metas, suele darse como un caminar hacia un objetivo común, que es el fin de la tarea que se comparte. Es lógico que en ese marchar juntos surjan discrepancias. Pero la amistad tiene como características especiales que, durante una discusión dialogada, se puede obtener un enriquecimiento de los propios puntos de vista, a base de integrar los de los demás. Las divergencias de los amigos y amigas son amistosas y enriquecedoras para la tarea común; unen y no separan, sirven para transmitir y ganar en experiencias personales.

Otro rasgo importante de la amistad es que tarda en crecer, expresa el antropólogo Yepes. La amistad necesita tiempo. Esgrime que una de las razones por lo que esto es así, es que no empieza a crecer hasta que abrimos el mundo interior al que comienza a ser nuestro amigo o amiga. Si esta apertura no se llega a dar --porque no se quiere o no se sabe-- la amistad nunca deja de ser superficial y a veces se deja de creer en ella.

El vínculo de la amistad

Al margen de las argumentaciones teóricas al respecto, en Cuba, amigos, compañeros, camaradas, colegas constituyen parte de una constelación de términos que poseen determinados rasgos en común, pero donde las diferencias pueden ser muy significativas. En nuestro medio, la gente suele tener muchísimos amigos y amigas de estos tipos. Nos viene por herencia e idiosincrasia. La motivación por las relaciones interpersonales es un eslabón fuerte dentro de nuestra cadena de identidad cultural.

Históricamente, hay muchas pruebas de grandes y hermosas amistades. Dar la vida por un amigo o por una amiga no es en nuestro país una simple frase hecha. En otras sociedades, donde la ley del dinero es lo que vale, cuesta cada vez más hallar amigos desprendidos. Acá, por la manera en que hemos sido educados, la cubana y el cubano tienen en sitio

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