Reflexión: Fiestas Patrias y Psicología Social

Reflexión: Fiestas Patrias y Psicología Social

Retomando las ideas del sociólogo Charles Horton Cooley de su teoría del yo espejo, sobre la intersubjetiva identidad, en la que sostiene que la imagen que los demás tienen de nosotros termina formando parte de nuestra identidad.

Podríamos decir que esta teoría se ve reflejada y magnificada en cada celebración de las fiestas patrias en México, ya que al ser una sociedad globalizada, estamos en un contacto  cotidiano por medio de las redes de comunicación con las personas de nuestro país y con las que son ajenas a él, así vamos construyendo una idea “generalizada” de lo que significa ser mexicano en cada uno de sus aspectos, es decir, en la manera en la que un mexicano come, viste, celebra, actúa y luce. Por lo tanto en estas celebraciones reflejamos y maximizamos  nuestros propios estereotipos, las personas se ponen bigotes falsos y sombreros, se come comida típica con especial entusiasmo, se celebra de la forma más excesiva posible, se usan atuendos y peinados típicos de cada región o estado y se engrandece un orgullo por ser mexicano, aunque el resto del año ese orgullo sea inexistente.

Si bien, Cooley menciona que a través de la interacción entre los individuos se da lugar al desarrollo de la conciencia, el pensamiento, la identidad y la personalidad, siendo el lenguaje y la comunicación los principales mecanismos a través de los cuales las personas tienen la capacidad de de ponerse en el lugar del otro e imaginar lo que piensan. Pero… ¿Qué pasa cuando esto no sucede de forma directa, es decir “cara a cara”?. Como se menciona anteriormente, las ideas que tienen ciudadanos de cierto país sobre otro están ligadas estrechamente a lo que se muestra o se quiere mostrar en las redes, por lo tanto si tomamos en cuenta que fuera de México lo único que se muestra de nuestro país son comunidades indígenas, tradiciones “ancestrales” idealizadas, telenovelas y películas que no representan ni a un número considerable de la sociedad en la que muchas veces está implícito el machismo, la violencia o el narcotráfico y se muestra únicamente  un entorno rural en el que las personas usan sombreros y se transportan en caballos, nos da como resultado una concepción errona de la sociedad de un país.  

Si bien la metodología introspectiva de Cooley ha sido criticada por la forma en la que concibe a la sociedad y a la interacción social considero que de cierta manera explica cómo actualmente las sociedades del mundo conciben a otras a través de la poca interacción o información que tienen sobre ellas aunque al mismo tiempo regresan imágenes mal interpretadas que se proyectan cuando hay la necesidad de resaltar y expresar el significado de ser mexicano. Por tanto, actualmente la forma en que nos vemos como mexicanos no proviene de lo que realmente somos, sino más bien de cómo creemos que somos y de lo que los demás ven,  formando un  auto-concepto basado ​​en evaluaciones de otros.

También podemos notar que durante estas fechas existe un gran empeño por fijar en la sociedad la idea de una nación unida por una historia común; usando símbolos y rituales en torno a la existencia de una patria que  empieza a dar formar al imaginario nacional. Las fiestas patrias constituyen la celebración pública más importante en la creación y consolidación  de un sentimiento de amor y veneración por la independencia y por los héroes que lucharon en ella. Con esto podemos tomar en cuenta una de las premisas del interaccionismo simbólico en la que nos plantea que las personas actúan en base al significado que le atribuyen a los objetos y situaciones que nos rodean. Por lo tanto, desde el momento en que los mexicanos le llamamos a Septiembre “el mes patrio” ya estamos determinando nuestro comportamiento a situaciones que exacerben nuestra mexicanidad y adoptando los roles que nos enseñaron que debemos cumplir en esta época del año, es decir, enaltecer a México y olvidarnos de todos los problemas sociales a los que nos enfrentamos todos los días. Los mexicanos tenemos la tendencia  a seguir tradiciones durante largos periodos, privándonos de la capacidad de salir de nuestros esquemas habituales y  no nos damos a la tarea de reflexionar, por tanto cada 15 y 16 de septiembre celebramos el inicio de la independencia y jamás de una verdadera consumación, y en la actualidad no nos sentimos completamente independientes e históricamente el pueblo de México ha tenido que luchar y seguir luchando por independencia y libertad,

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