Regresion Curvilinea

Capitulo 4: Historia de un príncipe azul, aunque él todavía no sabe que es el príncipe azul de esta historia

Resumen: Inés al ir a su segundo día de clases ve a un chico; éste estaba sentado en la cuarta fila. Inés se sentía en el aire y no podía moverse ni articular ninguna palabra, porque se enamoró de inmediato. Cuando la maestra de castellano empezó a pasar la lista, Inés descubrió que aquel chico que estaba sentado a su lado se apellidaba Montenegro. Inés aseguraba que él era su príncipe azul, pero que ella era todo lo contrario a una princesa. Para colmo de Inés, La Nena se sentaba detrás de Montenegro. La Nena le pregunta si tenía una borra y Montenegro responde que no, entonces se dirige a Inés y le pregunta que si ella tenía, ella sacó una borra de su cartuchera y se la entregó a Montenegro e Inés sentía que iba a desmayarse.

La profesora de castellano comenzó un dictado de versos, el salón empezaba a copiar y Montenegro le pregunta sobre ortografía a Inés ya que tenía problemas con la <<b>> ella corrigió sus errores y la clase continuó. Llegó el profesor “Olafo” e Inés notó que Montenegro era muy bueno en las matemáticas. En esa misma clase La Nena le pregunta a Montenegro si tenía un grupo de rock, Montenegro le contestó con desinterés y siguió haciendo sus ejercicios de matemática.

Inés se sentía aterrada ya que sufría de pánico escénico y ella pedía a un científico para que le hiciera una poción o invento para que más nunca se ponga roja cuando Montenegro le hable.

Capitulo 5: Los científicos me obligaron a buscar palabras raras en el diccionario

“Los Monstruos Verdes” se llamaba la banda de rock de Montenegro y en la banda se encontraban los Tres Mosqueteros, que según Inés eran los Tres Jalamecates: Pérez, Ríos y Zapata. La nena ya había sido novia de Ríos y Zapata. Montenegro era popular y sin embargo muy buen alumno ya que siempre sacaba buenas calificaciones, y además, era muy bueno en los deportes. Inés no compartía eso, ya que odia los deportes y sobre todo hacer la vuelta canela. En los otros colegios siempre la obligaban a hacerla y ella siempre se excusaba, lloraba e incluso pataleaba, pero de igual forma terminaba haciéndola. Inés no le veía el sentido a las vueltas canela. Dorín también odia la vuelta canela e Inés pensó que sería una perfecta mejor amiga. Dorín e Inés se dirigieron al salón y escucharon detrás de la puerta algunas voces. Lograron ver un libro viejo y algunos alumnos haciendo algún tipo de pacto. Francisco Armanda comenzó el ritual mostrando un frasquito con un líquido violeta y dijo que era una pócima para que las personas no murieran nunca. Luego Barazarte que mostró un tubo de ensayo con una sustancia verde y dijo que era una emulsión para enmudecer a ciertos compañeros del salón que se metían con él.

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