Relaciones Objetales
belladelamar24 de Abril de 2013
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Está representado por todo lo que está fuera de nuestro ser, (Todo lo que nos rodea)
El Mundo Externo, está constantemente afectado por todos los procesos externos que sufre el ser humano está condicionado por lo que escucha, ve, palpa, huele, saborea, etc.
Motivaciones que emanan del Mundo Interior o del Mundo Exterior?
- Hay personas que viven controlados por las Motivaciones Internas,
- Hay personas que viven controladas por las Motivaciones Externas,
- Hay personas que saben equilibrarse entre las motivaciones internas y externas,
- Hay personas que se dejan llevar por ambas motivaciones, pero a veces se confunden y no saben cuál tomar.
Lo ideal, es siempre estar en control, y aprender a conocernos acerca de cuáles son nuestras prioridades, a que aspecto de la vida le damos más importancia, si a lo físico, lo espiritual, o a las necesidades del alma, o somos equilibrados, o si por el contrario tenemos constantemente muchas confusiones acerca de que debemos elegir, sentir, pensar, creer, o experimentar.
Sigmund Freud
EL MUNDO INTERIOR
La noción de un yo que media entre el ello y el mundo exterior, que asume las demandas instintuales del ello para conducirlas a su satisfacción, que recoge percepciones en el segundo y las utiliza como recuerdos, que, preocupado por su propia conservación, se defiende contra demandas excesivas de ambas partes, guiándose en todas sus decisiones por los consejos de un principio del placer modificado;
Una parte del mundo exterior es abandonada, por lo menos parcialmente, como objeto, y en cambio es incorporada al yo mediante la identificación; es decir, se convierte en parte integrante del mundo interior.
Esta nueva instancia psíquica continúa las funciones que anteriormente desempeñaron las personas correspondientes del mundo exterior: observa al yo, le imparte órdenes, lo corrige y lo amenaza con castigos, tal como lo hicieron los padres, cuya plaza ha venido a ocupar. A esta instancia la llamamos súper-yo, y en sus funciones la sentimos como conciencia.
El súper-yo es, en efecto, el heredero del complejo de Edipo y sólo queda establecido una vez liquidado éste.
No es fácil discernir las manifestaciones de ambos, pero las tensiones y las discrepancias entre ellos se expresan con gran claridad.
El súper-yo continúa desempeñando ante el yo el papel de un mundo exterior, por más que se haya convertido en parte integrante del mundo interior.
De tal manera, el súper-yo asume una especie de posición intermedia entre el ello y el mundo exterior, reúne en sí las influencias del presente y del pasado. En el establecimiento del súper-yo vemos, en cierta manera, un ejemplo de cómo el presente se convierte en el pasado.
EL APARATO PSÍQUICO Y EL MUNDO EXTERIOR
El estudio de un trastorno psíquico fugaz, inofensivo y aun útil, que ocurre durante el reposo, nos ha suministrado la clave de las enfermedades anímicas permanentes y nocivas para la existencia. Ahora nos permitimos afirmar que la psicología de la consciencia no fue capaz de comprender la función psíquica normal mejor que el sueño. Los datos de la autopercepción consciente, los únicos de que disponía, se han revelado en todo respecto insuficientes para penetrar la plenitud y la complejidad de los procesos psíquicos, para revelar sus conexiones y para reconocer así las causas determinantes de su perturbación.
La elaboración intelectual de nuestras percepciones sensoriales primarias nos permite reconocer en el mundo exterior relaciones y dependencias que pueden ser reproducidas o reflejadas fielmente en el mundo interior de nuestro pensamiento, poniéndonos su conocimiento en situación de «comprender» algo en el mundo exterior, de preverlo y, posiblemente, modificarlo.
Así procedemos también en psicoanálisis. Hemos
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