SOBRE LA FELICIDAD.

Sobre la felicidad

Hay muchas cosas que se han dicho sobre la felicidad. Pero me gustaría centrarme en el aspecto, que a mi modo de ver, es el más específicamente humano: Para ser felices, tenemos que desenrollar una visión positiva de la existencia. Creo que estaremos de acuerdo que con una visión pesimista, o nihilista de la vida, difícilmente podemos ser felices.

Tal vez hay tantos caminos como personas, pero seguramente la mayoría tiene trazos comunes basados en la religión, la filosofía, la ciencia y, por supuesto, su propio pensamiento y experiencias. Lo más importante es que cada trayecto sea útil para cada uno, y a poder ser para los que le rodean, y que resista bien su confrontación con la realidad.

Para mí, el valor básico es la existencia, teniendo claro que todo lo que llega a existir se salva de la no existencia, y es por tanto absolutamente diferente de lo que nunca ha sido ni será.

Con la aparición de vida, aparecen los valores: la voluntad para perseverar en el ser, en la reproducción, en mejorar las propias circunstancias, etc. Algunas personas pueden decir que antes de la aparición de vida, no habían valores, bien, siempre podemos decirles que existía la potencialidad de los valores, puesto que han aparecido después por evolución y no de la nada.

Todos estos valores que llegan a existir quedan salvados del no ser, y además para siempre. Esta forma de verlo puede proporcionarnos optimismo respecto del pasado, de todos los valores alcanzados, de la vida y todas las cosas positivas logradas, y en su defecto de todos los esfuerzos efectuados con ese buen fin; y puede proporcionarnos también la voluntad de trabajo para el futuro en base a ser capaz de lograr salvar los valores que se libraran de la no existencia.

Evidentemente, siempre será importante para concretar nuestros objetivos de valor, el sentido de la realidad de nuestras capacidades y posibilidades,. Tal nuestro conocimiento nunca será completo "a priori", y muchas veces será necesario probar por nosotros mismos la bondad de lo que nos hemos propuesto. Pero el tiempo y esfuerzo que empleemos para apreciar mejor la realidad, nunca debemos darlo por perdido.

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