Según Piaget

En la etapa deambulatoria tiene sus propias características: se completa la transición de la posición cuadrúpeda a la bípeda, se desarrolla la autonomía psíquica, se comienza a hablar y a controlar los esfínteres.

Según Piaget, el desarrollo del nivel senso-motor del niño (de 0 a 18 meses), comienza de tener movimientos espontáneos a ser capaces de formar un esquema de asimilación, construir lo real, crear los primeros hábitos, buscar estímulos positivos y agradables, lograr una coordinación entre visión y aprehensión (toma todo lo que ve), y encontrar nuevos medios para poder conseguir ese objeto deseado (conducta “soporte” y conducta del “bastón”). En cambio, según Stone y Church (a partir de los dos años), es cuando comienza el paso del gateo a la posición erguida (utiliza los brazos para mantener el equilibrio), al tener las manos libre el niño puede llevar consigo mismo objetos, en esta etapa necesita ponerse en movimiento de “balanceo” (se mueve de atrás hacia adelante, pone un pie adelante y otro atrás), al poco tiempo empieza a trotar, a de alguna forma a “bailar”, a subirse a las escaleras (primero en cuatro patas y alrededor de los dos años y medio, comienza a bajarse tomándose de la baranda o de un adulto), también al principio de la etapa deambulatoria comienza a treparse de la silla para poder subirse.

Con respecto al logro de la autonomía y del lenguaje (alrededor de los dos años), el niño a partir de la experiencia, el intercambio social (lenguaje), y la asimilación (copia todas las actitudes que el adulto hace), adquiere una conciencia cada vez mas intensa de si mismo. En esta etapa, el niño de esta edad tiene ciertas habilidades y limitaciones.

Se produce un conflicto entre la autonomía, el deseo y la capacidad de ser independiente y los sentimientos de vergüenza y duda, ya que en este periodo el niño es muy extremista y hace que pierda el control de esfínteres (que contribuyen al autoestima del niño), logrando así una lesión en los sentimientos, provocando la vergüenza y la duda en el pequeño. Según Stone y Church, en el control de esfínteres cumple un gran papel los padres, ya que es mas importante la actitud que tienen cuando les enseñan, y no el método que utilizan para que aprendan. Para que se de un resultado positivo, una actitud despreocupada y alegre hace que el niño se sienta cómodo, en cambio si es negativa puede que cueste mucho mas en que aprenda. Freud, caracteriza las zonas erógenas, y una de las que trata es la zona anal, durante este proceso los niños que retienen la excreción, lo hacen para que se les produzcan grandes contracciones musculares y, lograr una sensación de excitación.

El lenguaje del bebe comienza, en forma de parloteo, luego dice una palabra, mas adelante la asocia con otra, y ya siendo mas grande arma una frase pero desordenada, ya que no sabe diferenciar claramente sus extremos y puede que confunda el termino que tiene una palabra; las primeras palabras tiene que ver con los estados de necesidad del niño; luego el lenguaje se vuelve gratificante a la hora de socializarse.

El deambulador dispone de varias horas de actividades a la que solemos denominar juego, comienza siendo afectivo-social; el juego lo inicia el adulto cuando le habla o le canta al bebe, o de cualquier manera donde la respuesta afectiva del niño sea positiva.

Siendo bebe, quiere encontrar una estimulación a través de los juegos de placer sensorial, donde la contextura y la consistencia de un objeto atraen la atención del bebe y le causa placer. Luego cuando el bebe comienza a manipular los objetos, aparecen los juegos de aptitudes donde ejercitan las aptitudes recientemente adquiridas. El juego dramático, cumple un gran rol en el proceso de identificación por la que pasa el niño, cuando aprende a ser un miembro de una sociedad. El deambulador, aprende juegos formales que al principio

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