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TECNICAS DE ORATORIAS

VALENTINA421 de Octubre de 2011

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TECNICAS ORATORIAS

GENERALIDADES.

Los jefes militares que pueden hablar con claridad y lógica poseen un arte que siempre les servirá bien. La actitud para hablar con eficacia es esencial, no solo para ejercer el mando personal militar sino también para una instrucción eficiente. Gran parte de nuestro adiestramiento y educación militar toma la forma de instrucción oral.

A menos que la instrucción oral se presente con buenas técnicas oratorias, el interés sucumbe ante el tedio, la comprensión es reemplazada por la confusión y los soldados, se desalientan en su deseo de aprender. El instructor puede conocer su materia por completo, puede tener una personalidad de enseñanza eficaz y puede tener una preparación completa para la presentación de una lección; sin embargo, la calidad de su instrucción oral dependerá en gran parte de su grado de habilidad en las técnicas específicas de disertación.

Este capítulo trata de ciertas técnicas específicas de oratoria. Se hace hincapié sobre los puntos fundamentales. El instructor que no tenga ningún defecto grave del discurso debe poder mejorar, significativamente, su expresión si hace un genuino esfuerzo por aplicar estos fundamentos.

CONTACTO INSTRUCTOR Y ALUMNO.

Los instructores deben darse cuenta de que no están haciendo discursos ni hablándoles a los estudiantes, sino en realidad hablando con ellos. El propósito del habla es comunicar ideas. El instructor debe establecer contacto personal con la clase y mantener este contacto

Algunas sugerencias que pueden ser de utilidad son:

a. Obtenga primero la atención de la clase. No empiece la clase hasta que haya obtenido la atención de los alumnos. En algunos casos, acercarse hasta el centro de la plataforma hace que los individuos se calmen y oigan más a menudo, será necesario pedir su atención. La simple expresión “su atención por favor" producirá el efecto deseado.

b. Mire a los alumnos hábleles. Si Ud. Observa a varias personas que estén en conversación seria, notara' que el que esté hablando no está mirando por la ventana, ni al piso ni al techo. Mira a sus oyentes en los ojos. Probablemente, no está consciente de lo que esté haciendo, pero la seriedad de su propósito encuentra naturalmente su expresión en el contacto personal. Diríjase hacia sus alumnos y no hacia las ayudas de enseñanza o el panorama distante. De a cada alumno la sensación de que lo esta mirando a él y le está hablando directamente a él. Mantenga el contacto visual.

c. Hable como si estuviera conversando. No permita que su voz deje ver una actitud impersonal e indiferente. No haga el orador o el recitador. Haga uso frecuente del pronombre "Ustedes” identifíquese con los alumnos como “ustedes y yo" o "nosotros”. Deje la impresión de que Ud. y ellos tienen algo en común.

d. Manténgase alerta. Parezca alerta. Sepa lo que ocurre en su clase. Ponga mucha atención a las reacciones y respuestas de los alumnos. Oiga cuidadosamente y evalúe sus comentarios y

respuestas a sus preguntas. Sea pronto en descubrir al alumno que no pone atención. Mírelo directamente. De un paso hacia él o hágale una pregunta. Pregúntese continuamente, “¿Me comprenden los alumnos?".

CONTROLANDO EL NERVIOSISMO..

Casi todos los instructores experimentan nerviosidad hasta cierto punto antes de su aparición inicial en la clase. El nerviosismo simplemente indica que el instructor está consciente de la clase y se preocupa por la reacción ante su instrucción. Los instructores que carecen de nerviosismo son individuos estólidos, sin imaginación, que probablemente no pasarán de un trabajo mediocre de instrucción bajo control, el nerviosismo usualmente resulta en una disertación más entusiasta y expresiva. Los buenos instructores usualmente desarrollan sus propias técnicas particulares para poner el nerviosismo a su favor más bien que en contra. Algunas de estas técnicas son:

a. Estar perfectamente preparado. E1 primer paso que puede dar el instructor para vencer el nerviosismo excesivo es el completo dominio de la materia y el plan para enseñarla. Luego debe tener en cuenta que los estudiantes están ahí para aprender y que están más interesados en la materia que en el instructor, Piense en la materia que está enseñando y en el aprendizaje que resultará de la instrucción y el nerviosismo desaparecerá por sí mismo.

b. Asumir la actitud mental apropiada. El arma más segura que tiene el instructor para vencer el nerviosismo es mantener la actitud mental apropiada hacia él mismo, sus alumnos y todo lo relacionado con la instrucción. Para tener la actitud mental apropiada debe hacer un análisis inteligente y razonado de la situación.

Debe darse cuenta de que la base de la muy desagradable reacción mental y física que experimenta ante su clase es el temor, no de daño físico sino de lo que los alumnos pensarán de él y de su instrucción. Los alumnos esperan que su instructor tenga pleno conocimiento de la materia y pueda enseñarla con eficacia. Aunque los alumnos enfoquen su atención en los instructores, no los ponen inmediatamente a prueba. El instructor que domine su materia y se prepare perfectamente elimina el verdadero motivo para temer la reacción de los alumnos, tiene todo el derecho a tener confianza en sí mismo, lo que contribuye al éxito de su presentación.

c. Tenga muy en cuenta lo primero que va a decir. Los primeros momentos son los más difíciles; páselos y las cosas irán bien. Es aconsejable saberse tan de memoria la lección que no se necesiten notas.

d. Repase la instrucción anterior. Empezando con una referencia a una fase de adiestramiento cumplida previamente, el instructor de inmediato hace que los alumnos enfoquen su atención en algo con que están familiarizados. El instructor se pone así a pie igual con los alumnos.

e. Cuente un cuento. Nada alivia la atención tan rápidamente un poco de humor inyectado al principio de la introducción, Recuerde que el cuento debe tener un chiste relacionado con la materia Cuando vaya a hacer reír, trate bien de hacerlo, pero no se desaliente si los alumnos no se revientan a carcajadas; la próxima clase puede reaccionar más vigorosamente. No hay daño en que un chiste salga follón de vez en cuando.

f. Sea acompasado No se vaya de bruces. Cuando una persona está nerviosa, las actividades físicas tienden a acelerarse. Los instructores deben recordar esto cuando tengan que vérselas con el nerviosismo. Deben ser acompasados en Sus movimientos y tener cuidado de no hablar demasiado rápido. A los pocos momentos de control deliberado el temor escénico desaparecerá dando paso al porte y pose normales del instructor.

MANTENIENDO EL PORTE

Como los alumnos reaccionan tanto a lo que ven como a lo que oyen y entienden, los instructores deben asegurarse de satisfacer las normas militares de apariencia, porte y control corporal.

La postura, los movimientos corporales y los gestos pueden ser altamente expresivos. Pueden hacer la diferencia entre una presentación excelente y entusiasta, que estimule a los a1umnos a un aprendizaje eficaz, y una lección tediosa y falta de interés, a que los alumnos reaccionan débilmente. Toda actitud física que se asuma, todo movimiento corporal o todo gesto que atraiga la atención distrae, y por lo tanto es impedimento más bien que ayuda. Los movimientos deben aparecer libres, naturales y espontáneos.

Recuerde, sea natural en todo momento.

a. Mantenga la buena postura. Tome una posición desde la que toda la clase pueda verlo y Ud. Pueda ver toda la clase. Manténgase recto, con el peso uniformemente distribuido sobre

los pies. Aparezca física y mentalmente alerta, pero evite la rigidez de la posición de atención. Desapriétese. Deje que las manos y brazos cuelguen libremente a los lados. Las manos no les parecen tan grandes y desmañadas a los estudiantes como puedan parecerle a Ud. si simplemente no las puede dejar descansando a los lados hasta el momento de usarlas, ábraselas a la espalda o deje descansar una temporalmente en la tarima del instructor. No las tuerza y estruje nerviosamente La regla básica que debe recordar es la moderación. No se clave en un solo lugar ni este cambiando de lugar en todo momento. Cuando cambie de lugar, hágalo vivamente y con propósito. Al ir recogiendo habilidad y experiencia, encontrará que sus movimientos se harán menos obvios y más significativos.

b. Use gestos. Un gesto es el movimiento de cualquier parte del cuerpo para dar a entender un pensamiento o una emoción, o para reforzar una expresión oral las manos, los brazos y el cuerpo son los instrumentos principales del gesto. Al dar la instrucción, deje que sus gestos sean naturales no ensaye nunca gestos determinados para usarlos en puntos determinados de su presentación. Los gestos deben salir espontáneamente del entusiasmo, la convicción y la emoción. No trate de reforzar

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