TERAPIA LUZ H.T.P.A. (Guía para padres y maestros)

TERAPIA LUZ H.T.P.A.

(Guía para padres y maestros)

INTRODUCCIÓN

El lenguaje intuitivo como forma de comunicación existió hace muchos siglos, sin embargo en la actualidad sólo existe a través de los dibujos y los sueños. El análisis de los sueños data de las primeras muestras de lenguaje escrito hace unos 6000 años. A pesar de ello, la simbología de los sueños como ciencia tiene su renacimiento en 1900 cuando Sigmund Freud hizo su gran descubrimiento de esta antigua ciencia, a partir de su obra titulada “Interpretación de los sueños”, obra en la que  señala que los sueños son la puerta entre el conciente e inconsciente (Salas, 1987).

Por su parte, Jung demostró que los sueños son una espontánea representación del inconsciente y define el “inconsciente colectivo” como la acumulación de las experiencias de la humanidad. A partir de él, de Adler y demás discípulos han creado el conocimiento de nuestro mundo interior (Salas, 1987).

Los dibujos de la Casa- Árbol- Persona (H-T-P por sus siglas en inglés) se han utilizado durante más de 60 años por los clínicos para obtener información acerca de la manera en que un individuo experimenta su yo en relación con los demás y con su ambiente familiar, facilitando la proyección de elementos de la personalidad para su valoración (Back y Warren, 1995).

El H-T-P, inicialmente se empleó para propósitos de diagnóstico, pues proporciona información que, una vez relacionada con otros instrumentos de valoración y  de entrevista, revela los conflictos y preocupaciones generales del individuo así como aspectos específicos del ambiente en el que se encuentra y además se observó que durante la terapia, los dibujos proyectivos podían reflejar cambios generales en el estado psicológico del individuo (Back y Warren, 1995).

Por lo tanto cuando el individuo se percibe como el creador de sus proyecciones plasmadas en sus dibujos, es capaz de establecer contacto con su entorno y adquirir poder sobre él.

Este taller está dirigido a presentar un diseño terapéutico que incluye un proceso de cuarto etapas (árbol, casa, persona, animal), fundamentado por un lado de algunos aspectos del “Manual y guía de interpretación de la técnica de dibujo proyectivo H-T-P” y por otro lado en algunos simbolismos del “Gran libro de los sueños”, se incluye una lista de los significados del animal cuyo simbolismo está relacionado con algunas partes de la personalidad. Además se reflexiona sobre los glifos mayas como muestra de que los simbolismos se han empleado en culturas anteriores.

Este diseño incluye ejercicios de hipnosis Ericksoniana en el que se visualiza la figura a trabajar. Dirigido a niños con el apoyo de sus padres, aunque también es perfectamente posible trabajar con adultos y obtener buenos resultados.

LENGUAJE DE IMAGENES

La comunicación que usamos en la vida cotidiana se basa en el pensamiento lógico o racional, el cual discurre linealmente, formula todo en palabras, se divide en sílabas y pretende comunicarnos con otros.

La comunicación a través de imágenes se basa en el pensamiento intuitivo, emplea un lenguaje global y poseen una amplitud mucho mayor que el lenguaje formado solo por palabras y pretende comunicarnos con nosotros mismos.

Tres aspectos son los que caracterizan al lenguaje intuitivo o de imágenes:

• Es simbólico, ya que es representativo de un modelo preformado que contiene una carga afectiva y dinámica de la que carecen las palabras.
• Condensa, es decir, que una sola imagen representar varias cosas o todo un proceso.
• Desplaza, al transmitir los sentimientos y emociones que se siente por una persona, objeto o situación a una imagen (Salas, 1987).

Jung señala que los simbolismos están tan profundamente inscritos en el inconsciente que llegan constituir una estructura a la cual llama “imagen guía ancestral”, que existe independientemente de la persona, y se funda en un orden determinado por la “ley de la correspondencia”, la cual señala que: “Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como lo que está abajo, para hacer el milagro de una sola cosa”, por lo que  el símbolo representa un concepto general como una viva revelación (Salas, 1987).

En el pensamiento intuitivo, el cerebro codifica las percepciones a través de la imagen (en donde se archivan los conocimientos relacionados con esta percepción) y permanecen latente en el fondo de la memoria, al realizar un dibujo estos conocimientos surgen a la superficie de la conciencia y se hallan al alcance de la mente lógica. Es decir, al conocer el significado de los dibujos la persona tiene la posibilidad de analizar sus simbolismos y reestructurar su contenido (Salas, 1987).

TERAPIA DE IMÁGENES O DIBUJOS

La terapia con imágenes es una terapia creativa, ya que tiene como instrumento metodológico básico el ser un experimento. En donde el niño es concebido como el creador y transformador de su mundo. Quien realiza experimentos que van desde cambiar la forma de su dibujo hasta ponerle una historia y cambiar. En este proceso, el niño, lo que hace es mover al sistema existente hacia una visión renovada de sí mismo. La terapia con imágenes incluye, la proyección y expresión de necesidades, la solución de problemas.

Como proyección, la terapia con dibujos implica un diálogo con el propio sí mismo que se concreta en un dibujo o una historia. Zinker, (2002) señala que la proyección patológica es una forma de escapismo ya que a través de ella el sujeto niega su propio talento y todo aquello que le resulta displacentero, en lugar de mirar hacia dentro para lograr un insight de sí mismo. En la proyección creativas el creador establece contacto con su entorno y adquiere poder sobre él, pues en ese proceso el niño establece un dialogo con sus proyecciones logrando así adueñarse de ellas, lo cual le posibilita ser capaz de transformarlas en creativas.

La proyección se vuelve creativa en tres pasos. 1) El niño toma conciencia de un aspecto de sí mismo. 2) establece un diálogo con alguna polaridad dentro de sí mismo. 3) Finalmente transforma su dilema en un producto concreto (Zinker, 2002).

En este proceso, el niño no sólo ilumina e ilustra su vida interior, sino que se coloca más allá de la expresión personal para realizar algo significativo por sí mismo. En esta forma el trabajo adquiere su propia validez interna, pues en este proceso, el niño toma contacto con una realidad concreta fuera de su vida subjetiva (Zinker, 2002).

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