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Taller De Educacion Sexual


Enviado por   •  25 de Agosto de 2013  •  4.621 Palabras (19 Páginas)  •  713 Visitas

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INTRODUCCIÓN

La adolescencia es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el periodo de vida que se da entre los 10 y 19 años de edad, se caracteriza por una serie de cambios orgánicos (pubertad) así como por la integración de funciones de carácter reproductivo (ciclo menstrual en las mujeres y ciclo espermático en los hombres), acompañados de profundos cambios psicosociales de ajuste a un ambiente sociocultural cambiante y en ocasiones hostil. Muchos adolescentes, sobre todo en países en vías de desarrollo como el nuestro, encuentran múltiples dificultades para ajustarse a esta etapa de su vida, en particular en lo relativo a su sexualidad.

Datos obtenidos de algunas encuestas sobre el comportamiento sexual y reproductivo en los/las adolescentes muestran que estos(as) tienden al inicio de relaciones sexogenitales a más temprana edad y en la mayoría de los casos lo hacen desprovistos de información objetiva, oportuna, clara y veraz acerca del manejo de la sexualidad, de las responsabilidades que implican la maternidad y la paternidad y del uso correcto y sistemático de métodos anticonceptivos modernos. Estas situaciones exponen a los/las jóvenes a mayores riesgos de que se produzca un embarazo no planeado, un aborto provocado o una infección de transmisión sexual, incluyendo el

VIH/SIDA.

El embarazo durante la adolescencia es considerado por la OMS como un embarazo de riesgo, debido a las repercusiones que tiene sobre la salud de la madre y el producto, además de las secuelas psicosociales, particularmente sobre el proyecto de vida de los/ las jóvenes. Dar respuesta a la pregunta ¿cómo satisfacer las diversas necesidades de los/las adolescentes?, es un problema que enfrentan padres, prestadores de servicios, educadores y sociedad en general. Pese a la urgente necesidad de satisfacer las demandas de los/las jóvenes, los programas se enfrentan con controversias y barreras sociales que limitan la efectividad de los resultados.

La ayuda que necesitan los adolescentes varía de acuerdo a sus características particulares, recordando que existen adolescentes tempranos, intermedios y tardíos; adolescentes urbanos, rurales e indígenas; escolarizados y no escolarizados y en diferentes contextos socioculturales.

Dentro de los múltiples propósitos de los programas de educación sexual están el hacer accesibles los servicios, ayudar a incrementar conocimientos, generar actitudes para una sexualidad sana, postergar el inicio de la actividad sexual, promover prácticas sexuales protegidas, contribuir a una cultura que favorezca la sexualidad libre y sin riesgos, entre otros. Procurando que los programas aboguen por nuevas normas sociales que promuevan la equidad y protejan la salud de los/las jóvenes.

Los/las adolescentes necesitan programas que den cuenta de la necesidad que tienen de ser escuchados, de contar con servicios de salud que protejan su intimidad e identidad, que estén dispuestos a abordar cualquier tema, que ganen su confianza, vayan a donde ellos van y hablen su mismo lenguaje. Programas en los cuales se eliminen los obstáculos burocráticos, la ineficiencia

Y la falta de atención empática y anónima.

MARCO TEÓRICO

Una de las características fundamentales del ser humano es el hecho de vivir en sociedad. Para satisfacer sus necesidades biológicas, psicológicas y sociales las personas requieren participar y actuar dentro de diferentes grupos sociales. De estos grupos resalta por su importancia la familia, considerada como el núcleo primario y fundamental para promover la satisfacción de las necesidades humanas básicas, y sobre todo de los hijos quienes por su carácter dependiente ahí encuentran respuesta a sus carencias. En ella reciben la educación necesaria para transformarse en adultos independientes.

En épocas anteriores, los hijos vivían en familia con un rol claramente determinado por su sexo: el varón sería el sustituto del padre y la mujer ayudaría en las tareas domésticas. Cuando dejaban de ser niños, se les consideraba adultos y desempeñaban el papel que tenían asignado.

Con la llegada de la industrialización, la familia sufrió transformaciones al pasar a vivir a los centros urbanos. El padre se integra como trabajador a la fábrica y la madre es la encargada de cuidar el hogar y a los hijos. Por su parte los hijos no tienen una función social definida, sino que, llegado el momento, requieren integrarse a la vida productiva de la sociedad, pero el acceso al papel de adulto(a) no se consigue mediante un rito de iniciación, sino que será un proceso lento y casi siempre difícil.

La aparición de la pubertad indica al/la joven que ya no es niño(a), pero la sociedad tampoco lo reconoce como adulto. No ha abandonado por completo la infancia y tampoco puede enfrentar de lleno las demandas de adulto.

La adolescencia en las sociedades urbanas es un periodo que se caracteriza por su larga duración, su indeterminación, por la fuerte carga de conflicto y por la asincronía entre la madurez sexual y la psicosocial. Biológicamente el/la adolescente es prácticamente un(a) adulto(a), tiene la capacidad para reproducirse y puede pensar en términos de adulto, sin embargo, socialmente no es niño(a) pero tampoco tiene un lugar en el mundo de los adultos, y pasará un largo tiempo antes de que se le permita insertarse en la vida productiva y ser autosuficiente. La resolución de la adolescencia se da cuando el/la joven ha logrado definir una manera de pensar, sentir y actuar más o menos estable que le permite autonomía personal y adaptación social.

La adolescencia es el periodo crucial del ciclo vital en el que los individuos toman una nueva dirección en su desarrollo, alcanzan su madurez sexual, se apoyan en los recursos psicológicos y sociales que obtuvieron en su crecimiento previo y asumen para sí las funciones que les permiten elaborar su identidad y plantearse un proyecto de vida propio.

Durante esta etapa los/las jóvenes experimentan cambios en diferentes planos.

En primer lugar alcanzan la madurez física y la capacidad reproductiva, así mismo, su desarrollo intelectual les permite elaborar juicios críticos y pensamientos abstractos, por otro lado aumenta su responsabilidad social puesto que ya no tienen la continua vigilancia de los padres en su actuación social.

Precisan también acomodar su sexualidad, “aún infantil”, con la sexualidad de los adultos. Finalmente, tendrán qué buscar su independencia económica y autonomía personal.

Durante la adolescencia los/las jóvenes se identifican más claramente con su sexo y consolidan su identidad de género al observar los roles que desempeñan los adultos como hombre o mujer. Esta identificación incluye comprender y aceptar la propia existencia como hombre o mujer así como los roles, valores, deberes y responsabilidades propios de ser hombre o mujer.

Nuevas relaciones sociales se establecen entre los/las jóvenes y entre los adultos y los/las jóvenes, tanto dentro como fuera de la familia. Así mismo, surge la capacidad de pensamiento abstracto, la atracción sexual, la respuesta sexual, los sentimientos eróticos y amorosos propios de los adultos, se define la preferencia sexual y se inicia la búsqueda de pareja.

Consolidar la sexualidad para su vida como adulto, es una tarea clave en el desarrollo de los/las adolescentes. Para lograrlo requieren de la integración de factores físicos, psicológicos, sociales, culturales, educativos y morales.

En las especies animales la sexualidad está al servicio exclusivo de la reproducción, solamente en los humanos la sexualidad, además de la función reproductora, permite dar y recibir amor y placer, así como cumplir una función social en términos de los roles de género asignados para hombres y mujeres. La sexualidad se expresa de forma diferente conforme transcurre el desarrollo de el/la niño(a).

Podemos concluir que la adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la edad adulta, comprendida entre los 10 y 19 años, durante la cual se presenta la madurez sexual. Comúnmente se hace referencia a la adolescencia como el periodo de ajuste psicosocial del joven en su paso de niño a adulto y se aplica el término pubertad para definir los cambios correspondientes al crecimiento y maduración sexual. Sin embargo, estos límites no están definidos y ambas situaciones se corresponden.

ASPECTOS BIOLÓGICOS DE LA SEXUALIDAD ADOLESCENTE

Desde el punto de vista biológico el ser humano es un ser sexuado. La existencia de los órganos genitales no sólo determina la asignación de sexo, sino que provocan un comportamiento sexual.

El concepto de sexualidad ha traspasado los límites de la genitalidad y ha incluido las distintas conductas tanto individuales como sociales que las personas adoptan para resolver su vida sexual.

Considerando que los humanos poseemos órganos sexuales diferenciados para hombres y mujeres, la tendencia es aceptar la existencia de sexualidad desde el nacimiento. Sin embargo, las opiniones difieren sobre todo a nivel psicosocial.

Muy distinto es el panorama cuando se habla de madurez sexual, ya que biológicamente está demostrado que tal madurez es consecuencia de la influencia del eje hipotálamo-hipófisis-gónadas lo cual trae aparejado cambios corporales y psicológicos.

Durante este periodo en las mujeres se manifiestan cambios característicos como crecimiento de los senos, aparición de vello púbico y la primera menstruación. En los hombres se hace evidente el cambio de voz, surge vello púbico y se producen las primeras emisiones de esperma. Estas manifestaciones, entre otras, anuncian el inicio de la madurez sexual cuya consecuencia natural es la capacidad reproductiva.

Los cambios biológicos durante la adolescencia adquieren un significado especial para la vida y la sexualidad de los/las jóvenes, puesto que representan la nueva realidad que han de vivir como adultos, tanto en un aspecto físico como psicológico y social.

El impulso sexual es intenso durante la adolescencia. En el varón, la urgencia por la satisfacción es apremiante y está vinculada a la emisión de semen. A lo largo del día el varón presenta erecciones erráticas y sensibilidad circunscrita al pene. Por la noche experimenta eyaculaciones ligadas o no a sueños eróticos. Las eyaculaciones espontáneas, con o sin erección, durante el día son menos frecuentes y generalmente están asociadas a situaciones de ansiedad.

En cuanto a la mujer, experimenta periodos de gran tensión circunscrita a los genitales, con el aumento en el grosor de los labios menores, el clítoris y secreciones vaginales.

Para el hombre la capacidad de sentir orgasmo depende en gran medida de la presencia de semen en las glándulas seminales, y la eyaculación es la única forma de satisfacer sus impulsos sexuales. En contraste, la mujer puede experimentar placer erótico a través de la fantasía y el afecto y es por tanto más fácil que pueda postergar la satisfacción sexual a través del coito, ocupando la fantasía un lugar importante en la vida de las jóvenes.

ASPECTOS PSICOLÓGICOS DE LA SEXUALIDAD ADOLESCENTE

Durante la adolescencia la capacidad física, sexual, imaginativa, intelectual y crítica funcionan con mayor intensidad que en cualquier otro momento de la vida. Es tiempo de cambios diversos e intensos.

Las alteraciones hormonales y emocionales pueden exagerarlo todo. El sentimiento infantil de un nuevo día pleno de diversión y alegría se transforma en emociones y sentimientos nuevos, muchas veces confusos y entremezclados.

Los/las jóvenes ya no piensan a partir de los objetos reales y de la realidad conocida, sino que ahora son capaces de crear objetos ideales, de imaginar situaciones que no existen, al menos dentro de su experiencia.

El/la joven intentan dominar la realidad con las teorías, sin embargo en muchas ocasiones confunde lo posible con lo real. La ubicación dentro de la realidad se dará más adelante a partir de la vida en el mundo de los adultos.

Encontramos entonces en el/la adolescente dos formas de pensamiento: uno mágico, que intenta controlar y cambiar al mundo a partir del pensamiento omnipotente (fantasías) y otro científico que controla el mundo de forma más real. El primero intenta modificar la realidad a partir de la fantasía, el segundo se conecta con la realidad a través de proposiciones (hipótesis) que son puestas a prueba en la realidad. Hacia el final de la adolescencia el/la joven comúnmente ha logrado establecerse en la realidad social.

Si bien es cierto que el/la adolescente puede pensar de manera abstracta, el contenido de sus pensamientos está matizado por su experiencia infantil. El periodo previo de dependencia que ha vivido sigue dominando su vida. No ha tenido la oportunidad de experimentar por sí mismo la consecuencia de sus actos. La familia ha estado al pendiente de guiar y dirigir su conducta.

PRINCIPALES FENÓMENOS SOCIALES RELACIONADOS CON

LA SEXUALIDAD

Las diferencias sociales entre hombres y mujeres, la masculinidad y femineidad, así como las conductas inherentes a ello, no son naturales, se derivan de la manera en cómo cada cultura legítima sobre un hecho biológico (la diferencia en los genitales externos), una valoración desigual para los hombres y mujeres, generando una relación de subordinación por parte de la mujer al hombre. Esta forma de entender la relación social entre hombres y mujeres se denomina género.

El enfoque de género cubre tres elementos: la asignación de género (hombre o mujer); la identidad de género (convicción de ser hombre o mujer) y el rol de género (el papel que se ha de jugar en la vida). Estos elementos determinan en gran medida la futura actuación de las personas en sociedad.

La asignación de género se refiere a la rotulación como hombre o mujer que realizan las personas que tienen contacto con el/la recién nacido(a), con base en la apariencia de los genitales externos. A partir de ello, la familia y la sociedad se encargarán de educarlo(a) en función de ese señalamiento. Al mismo tiempo, la educación recibida se expresará mediante el rol de género.

El término rol de género se emplea para hacer referencia al conjunto de expectativas de comportamiento consideradas como apropiado para las personas que poseen un sexo (órganos sexuales). El rol se constituye con el conjunto de normas, valores y prescripciones que dicta la sociedad, definiendo el comportamiento masculino y femenino.

Identidad de género es la convicción personal de ser hombre o mujer, l cual conlleva la demanda social de comportarse como tal para corresponder con la idea de masculinidad o femineidad que se maneja a nivel sociocultural.

La identidad de género estructura la vida de el/la niño(a) en forma de sentimientos, actitudes, manera de pensar y relacionarse, empleo Ineludiblemente el género esta condicionado por la clase social, la etnia, las vivencias urbanas y campesinas y por la serie de influencias propias de cada persona. Estos factores definen en gran medida la futura actuación de las personas dentro de su núcleo social. En la adolescencia el/la joven necesitan comprender cuál es su papel en la vida, para conducirse de acuerdo a las determinaciones preestablecidas. actividad sexual real muestra diferencias entre hombres y mujeres.

Ambos son capaces de experimentar deseo y excitación, sin embargo, a través de mitos, tabúes o el género algunas mujeres se cohiben a la vida sexual activa mientras no estén casadas o mantengan una relación afectiva, en tanto que los jóvenes la realizan con mayor libertad y tolerancia.

Para las mujeres, los códigos sexuales conservadores establecen que la actividad sexual se limite a personas “significativas”, “importantes” o

“afectuosas”, y fundamentalmente tiene como objetivo la reproducción. El sexo por placer está reservado para las “chicas malas” o “locas”.

Aunque en la actualidad ha ido perdiendo vigencia, aún se le pide a la joven llegar virgen al matrimonio. Si la joven viola este código, genera la reputación de ser “fácil” y se convierte en blanco de los jóvenes que solamente buscan “una aventura” o “el acostón”.

Para los varones, la situación se presenta diferente. Las conquistas y aventuras son sinónimo de masculinidad y prestigio. El que no haya tenido aventuras amorosas corre el riesgo de generar sospechas respecto de su hombría.

Esta doble moral sexual consolida la inequidad sexual, coloca a hombres y mujeres en papeles estereotipados por causas morales y culturales y separa el componente afectivo de la relación sexual. El ejercicio prejuiciado de la sexualidad genera riesgos para la salud por ignorancia y desigualdad.

Muchas jóvenes evitan el control natal porque consideran que ellas no participarán en relaciones sexuales indeseadas o inesperadas. Sin embargo, las estadísticas demuestran que aunque no lo hayan considerado se ven involucradas en relaciones sexuales inesperadas y enfrentan embarazos no deseados.

Aun conociendo los métodos de anticoncepción, algunas mujeres no los usan por diversas razones: Por ser mal visto que una mujer tenga iniciativa en esa actividad, por ser cuestionado que ejerza el sexo por placer, porque suponen que los varones tienen experiencia y deben decidir en el terreno de la sexualidad, porque a la mujer se le ha enseñado a obedecer, porque la mujer considera que la reproducción es su función natural, porque no son capaces de comunicarse asertivamente, por cuestiones morales o religiosas, por temor a las consecuencias, etc. Estas son sólo algunas de las múltiples causas que es necesario considerar.

Por su parte, a los varones se les ha enseñado que deben ejercer seducción y presión sobre la mujer, asimismo, a asumir la reproducción como un hecho femenino. Esto lleva a los varones a considerar los métodos de anticoncepción como “asunto de la mujer”.

Es también un hecho que los adolescentes temen ser demasiado directos si proponen alguna forma de protección. Sin embargo, cuando se piensa o habla de un posible coito se requiere hablar de protección.

En las parejas de adolescentes donde media el afecto los contactos sexuales tienden a ser más frecuentes y prolongados, aun cuando no llegue a formarse un matrimonio. Esta situación coloca a la pareja en situaciones de mayor riesgo de embarazo no deseado o de abortos provocados. Por tanto, es necesario que estén informados sobre anticoncepción para evitar situaciones que amenacen después su estabilidad personal.

La vieja moral sexual que apenas deja espacio para el placer y la satisfacción personal, ha sido puesta en entredicho por la juventud. Los valores relativos a la fidelidad, la virginidad y el sexo como fin exclusivo de la procreación han cambiado entre los jóvenes. En ocasiones se ha ido al extremo de plantear la absoluta libertad sexual, sin afecto y sin compromiso. Al paso del tiempo han surgido evidencias de la importancia que tienen los celos, la competencia y la seguridad en la relación. La pareja estable, continúa siendo fuente de armonía y satisfacción.

No obstante la amplia gama de posibilidades que cubre la sexualidad y el aparente reconocimiento de ello, en las sociedades industrializadas existe aún resistencia a desvincular la sexualidad de la reproducción. El sexo continúa siendo tema “tabú” impregnado de misterio y represión, de modo que no se enseña a los/las jóvenes a reconocer su cuerpo y emplearlo de manera responsable en el ejercicio de su sexualidad.

Placer es un estado de bienestar, resultado de haber satisfecho las necesidades, gustos o deseos de la persona. Lo que es naturalmente placentero se consigue sin prejuicios, temor o injusticia; sin producir dolor momentáneo o posterior hacia uno mismo o hacia los demás. La apropiación del cuerpo (conocerlo, quererlo, respetarlo, sentirlo como propio), es básico para una sexualidad sana y placentera.

Sin embargo, la estructura social, los medios masivos de comunicación y otras instituciones sociales, sumergen a los jóvenes en la confusión de “lo bueno”, “lo que debe de ser”, “lo adecuado”, etc. Mientras por un lado se exige a las mujeres abstinencia y virginidad, por el otro se impulsa a los varones a una libertad sexual. Esto se desarrolla en medio de un bombardeo de estímulos visuales emitidos por los diversos medios de comunicación masiva en los cuales “la belleza” y la “provocación” son estereotipos que se buscan en la mujer. En cuanto a los hombres, las características de un Apolo, el éxito económico y la dominación los llevarán a obtener a la “rubia que todos quieren”.

A pesar de la censura, la represión y la ignorancia no se ha podido contener la expresión sexual de los/las jóvenes, y continuamente se ven envueltos en relaciones que amenazan su estabilidad biopsicosocial.

Los/las adolescentes, entonces, tratan de resolver su conflicto entre el ser y el deber ser carentes no sólo de formación de valores sino también de información sexual. En esta situación, inician su vida sexual sin la menor protección anticonceptiva.

Anticoncepción en la adolescencia

Debido a las experiencias acumuladas del trabajo con los adolescentes encontramos justificable un repaso acerca de los recursos anticonceptivos.

En diversos estudios sobre el comportamiento sexual de los/las jóvenes se señala que los/las adolescentes inician prácticas sexuales sin ninguna protección anticonceptiva, exponiéndose, entre otras situaciones, a embarazos no deseados con todas sus consecuencias. De ahí la importancia de dar un repaso al personal operativo del tema de anticoncepción como recurso preventivo, aunque sea un tema que se ha tratado en otros momentos de su formación.

CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE MÉTODOS ANTICONCEPTIVOS

Durante el proceso de selección de algún recurso anticonceptivo para adolescentes, es importante recordar los siguientes lineamientos generales: el prestador de servicios debe tener los conocimientos técnicos necesarios; requiere proporcionar la consejería necesaria con un lenguaje sencillo, claro y veraz; es fundamental lograr empatía con los/las jóvenes, e identificar sus necesidades, sobre todo en el proceso de información, finalmente requiere de habilidad para lograr un compromiso de seguimiento y control.

Es importante identificar no sólo las necesidades orgánicas de los adolescentes, sino también las de tipo emocional, económico, educativo y sus valores.

Toda consulta de planificación familiar de primera vez, debe incluir la apertura del expediente clínico. A través de un buen interrogatorio se posibilita evaluar las condiciones de salud previa al uso de los anticonceptivos. El contenido de la historia clínica requiere enfocarse hacia el empleo de algún método anticonceptivo, para detectar elementos de riesgo que pudieran contraindicar su uso.

El personal operativo debe tener la habilidad para lograr una buena relación médico-paciente. Por ejemplo, la exploración física se realizará en un ambiente profesional y de manera ética, reconociendo y haciendo valer los derechos sexuales y reproductivos de los/las adolescentes. Previo a cualquier procedimiento, es necesario informar del por qué y para qué del mismo, así como obtener el consentimiento de el/la adolescente; en caso de que no se pueda realizar por cualquier motivo debe diferirse para otro mejor momento.

Hay que garantizar que el/la usuario(a) haya comprendido el uso correcto o empleo del recurso seleccionado (incluyendo los posibles efectos colaterales o qué hacer en caso de olvido), enfatizando la necesidad de continuidad en su uso. No olvidar hacer la invitación al/la joven para acudir a los servicios en caso necesario, y motivar y convencer siempre para el seguimiento y control.

En la selección de todo método anticonceptivo debemos garantizar el consentimiento informado de los/las adolescentes, en el caso de opciones permanentes recabar la firma o impresión dactilar.

Lo anterior, destaca la imperiosa necesidad de reforzar la educación sexual, no sólo proporcionando información acerca de la fisiología, sino que además es necesario identificar y satisfacer las necesidades individuales, las dudas, inquietudes, expectativas, etc. Es necesario revisar junto con los/las jóvenes las ventajas, desventajas, indicaciones y contraindicaciones, poniendo énfasis en la forma correcta de uso, como en el caso del condón; así como en la necesidad de acudir a consulta para la prescripción de aquellos productos hormonales que requieren control y seguimiento.

Es importante no dejar de mencionar a los/las adolescentes las características de los servicios especializados para su atención como son: dirección, horarios, costos, etc., para facilitar el acceso a los servicios que tengan estrategias educativo-preventivas que complementen el uso de los recursos anticonceptivos. Es igualmente importante invitar a los/las jóvenes a buscar información complementaria, de preferencia con gente profesional.

En el proceso educativo de la sexualidad se debe involucrar a los padres de familia, pareja y maestros, además de permitir que los jóvenes participen en el desarrollo de modelos educativos (carteles, teatro, etc.). Mediante esto, los adolescentes pueden contar con el conocimiento y apoyo necesarios para decidir por sí mismos, de manera responsable, sobre su comportamiento sexual.

En el proceso educativo se pueden presentar algunos jóvenes que tienen información sobre tecnología anticonceptiva no disponible en nuestro país, la cual fue proporcionada por algún agente promotor de salud o algún medio de comunicación. En estos casos es necesario aclarar acerca de la disponibilidad y costo del método mencionado. Los adolescentes pueden contar con el conocimiento y apoyo necesarios para decidir por sí mismos, de manera responsable, sobre su comportamiento sexual.

En el proceso educativo se pueden presentar algunos jóvenes que tienen información sobre tecnología anticonceptiva no disponible en nuestro país, la cual fue proporcionada por algún agente promotor de salud o algún medio de comunicación. En estos casos es necesario aclarar acerca de la disponibilidad y costo del método mencionado.

Existen diferentes formas de apoyar e informar a un adolescente para impulsarlo a que tome la iniciativa para su educación sexual y guiarse de forma correcta para llevar una vida plena.

Algunas técnicas son mediante la expresión artística e interactiva con el adolescente con el fin de llegar de forma concreta, sincera y fácil a él.

Algunas técnicas se muestran a continuación:

• Dibujo libre: Tiene como objetivo dejar totalmente libre la creatividad y la imaginación. Para dar un sentido más propio y de más libertad tienen ‘la caja de dibujo libre’ con los materiales que necesitan: hojas, papeles varios para hacer collage, rotuladores.

• Las fotopalabras que nos permiten expresar a través de las fotografías nuestras ideas o formas de ver aspectos relacionados con la sexualidad.

• El collage nos permite expresar a través de fotografías, colores, palabras y otros materiales, la visión que tiene el grupo sobre un tema determinado de forma libre.

• La música tiene un gran poder de evocación de sentimientos, sensaciones y recuerdos, que llevan consigo una serie de mensajes relacionados con la idea del amor y de las relaciones de pareja.

• material audiovisual SEXORAMA para trabajar aspectos relacionados con los roles de género, la orientación del deseo y la presión de grupo.

-SEXORAMA es un material audiovisual que recoge cuatro escenas sobre las vivencias de los jóvenes en torno a la sexualidad, cuatro fragmentos para reflejar las inquietudes que experimentan en el día a día.

• Presioning: Se aborda el tema de la presión de grupo y algunas preguntas que los y las jóvenes se plantean: cantidad, calidad, como influye la presión del grupo, como afrontarla.

• Sexo, roles y pancartas: La vivencia de la sexualidad en la adolescencia, los roles, la imagen de la sexualidad en nuestro entorno.

• Heterhomobi: Vivencias de los chicos y chicas sobre la homosexualidad, la bisexualidad

y la heterosexualidad. Dudas, inquietudes, reflexiones…

• La primera vez: Diferentes parejas y como viven la primera relación sexual, sus inquietudes, expectativas, la virginidad, el preservativo, los lugares donde intimar, el placer como un irse conociendo paulatinamente, los temores, los juegos, las dudas...

Estas cuatro escenas están ligadas con un hilo conductor que ha sido, a su vez, motor de los planteamientos y de los contenidos que se narran. Las dudas, las anécdotas y los comentarios que hacen los jóvenes en los “Talleres sobre sexualidad” y los mensajes que les gustaría transmitir a otros jóvenes a través de la cámara van dando paso a estos fragmentos vitales, en los que hay tanta sexualidad que pensar y comentar.

POBLACIÓN

La población serán chicos de secundaria de 13 o 14 años de edad, dentro de una comunidad ubicada en la parte norte del distrito federal, la mayoría de un nivel socioeconómico medio-bajo.

DURACIÓN.

Una sesión de 4 hr.

OBJETIVO GENERAL

Se pretende construir a través de este programa, parte del reconocimiento y la importancia de que los jóvenes reflexionen sobre distintos elementos relacionados con su vida personal, familiar, escolar y social, tales como el respeto de sí mismos y de los demás; el compromiso con la salud individual y social; la superación de los estereotipos, femenino y masculino; la capacidad de expresar sentimientos y emociones; así como sobre la tolerancia como regla de convivencia, la libertad como autodeterminación y el amor como fuerza vital.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS.

• Dar a los chicos un espacio para la atención y prevención de problemas adolescentes dirigidos a la salud sexual y reproductiva.

• Sembrar la semilla en una comunidad donde todavía se manejan muchos tabús, y que los jóvenes encuentren la posibilidad de una vida erótico, sexual y reproductiva, libre, feliz y en un marco de respeto.

• Formar un ambiente de confianza con los estudiantes que participaran en el taller.

• Fomentar el uso del condón como una opción casi segura para evitar el embarazo en adolescentes, también evitando as consecuencias que se desglosan de este.

ESTRUCTURA CONCEPTUAL

FAMILIARIZACIÓN Y DETECCIÓN DE NECESIDADES Y RECURSOS.

BIBLIOGRAFÍA

1. Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil (1982). Adolescencia normal

en México (Monografía II). México: AMPI.

2. Organización Panamericana de la Salud (1995). La salud del

adolescente y del joven (Publicación científica 552). New York: OPS.

3. Estrada, I. L. (1997). El ciclo vital de la familia. México: Grijalbo.

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