Un Buen Morir

INTRODUCCIÓN

En éste ensayo se hará un análisis personal sobre la lectura del libro de Daniel Behar y su relación con la ética en la vida del ser humano, el cual tiene como título “Un buen morir”.

Éste libro trata de explicar algo muy natural pero tan difícil de aceptar por parte de nuestra cultura y por todos los pensamientos que tenemos arraigados desde hace muchísimos años los cuales al escuchar o tan sólo pensar en la palabra “muerte”, hace que nos llenemos de temor e incertidumbre. No hace más que explicar de la forma más clara e interesante el proceso de la muerte y cómo las las personas deberían de vivirlo.

El autor realiza un análisis sobre todo el desarrollo que la humanidad ha tenido a nivel médico y de qué manera poco a poco la muerte ha dejado de ser admitida como un evento natural necesario y se ha tornado en el fracaso de la medicina; entonces cuando la muerte llega es considerado como un signo de impotencia o ineptitud, por lo cual debe ser reservada.

“Todos sabemos que vamos a morir algún día pero nadie lo cree realmente. La muerte es evidente, inevitable y universal; en la dimensión de lo temporal, todo cuanto existe está condenado a morir y desaparecer. Aceptar la idea de una aniquilación total es algo difícil…”

DESARROLLO

En el primer capítulo el autor nos habla del nacimiento de una nueva ciencia, la tanatología, “la ciencia de la muerte”, que etimológicamente significa: “la ciencia encargada de dar sentido al proceso de muerte” (dar razón de la esencia del fenómeno).

En este capítulo se dedica a explicar que La doctora Elizabeth Kübler Ross, mediante muchos años de experiencia en trabajar con personas terminales, se dio cuenta de los fenómenos psicológicos que acompañaban a los enfermos en fase terminal durante el proceso de muerte, por lo que define a la tanatología moderna como “una instancia de atención a los moribundos”; por ello, es considerada la fundadora de esta nueva ciencia. Con su labor; dicha psiquiatra hace sentir a los agonizantes que son miembros útiles y valiosos para la sociedad, y para tal fin crea clínicas y hospices cuyo lema es “ayudar a los enfermos en fase terminal a vivir gratamente, sin dolor y respetando sus exigencias éticas”.

La nueva tanatología tiene como objetivo fomentar y desarrollar holísticamente las potencialidades del ser humano, en particular de los jóvenes, para enfrentar con éxito la difícil pero gratificante tarea de contrarrestar los efectos destructivos de la “cultura de la muerte”, mediante una existencia cargada de sentido, optimismo y creatividad, en la que el trabajo sea un placer y el humanismo una realidad.

Posteriormente el autor empieza a hablar de lo que sería contar con un modelo exclusivamente mexicano con la función de responder y atender a los requerimientos y necesidades de los enfermos crónicos y en fase terminal, así como de aquellas personas que han sufrido una pérdida significativa, a sus familiares y entorno, ayudándoles a reencontrar el sentido de su existencia y respetando su marco de valores y creencias, lo que hace que en este aspecto empiece a ligar el concepto de muerte, con la ética y los valores presentes en la vida del hombre.

Más adelante el autor, sin duda te reta y además te informa sobre cómo “preparar tu muerte”. Quizá para todos y para mí pensar en eso es algo incómodo y descabellado, pero como seres humanos tenemos que entender que definitivamente es un proceso por el que inevitablemente todos pasaremos.

Y es que el miedo a la muerte, en ocasiones, inhibe muchas cosas de nuestra vida, pues hay acciones que no realizamos por el peligro que implican, sin embargo hacer un testamento, planear nuestro funeral, ordenar papeles, no resulta tan agotador o desgarrador, es sólo que nos han hecho creer que eso no nos corresponde o simplemente que podemos dejarlo para otro día. Estar bien contigo mismo en el presente, te hará estar mejor hasta el último día.

A continuación empiezan una serie de capítulos los cuales en lo personal me parecieron muy interesantes, la información que venía en ellos me ofreció una nueva perspectiva totalmente diferente de ver la vida.

En ningún otro libro, había leído algo parecido, y es que en esos capítulos el autor explica a través de investigaciones comprobadas por diversos teóricos, cómo puede ser la vida después de la muerte. Narra de forma exacta todos los resultados arrojados por observaciones y entrevistas a muchísimas personas que tuvieron experiencias donde casi murieron o murieron por segundos (su corazón se detuvo) y volvieron a la vida.

Por ello el autor permite dar un vistazo, o como el mismo título del capítulo lo dice “espiar el más allá”.

Además me dio un conocimiento más amplio de lo que es la diferencia entre mi cuerpo físico y mi mente, eso también me pareció muy interesante, me dio una conciencia de la naturaleza tan limitada que tienen nuestros sentidos y cómo es que puede haber muchísimas cosas que por lo mismo, no puedo ver ni oler ni escuchar. Y eso fue completamente revelador para mí.

Con todo, también analiza todas las perspectivas que tienen diversas religiones sobre los aspectos espirituales y el proceso de morir y el renacimiento. Y muestra como la ciencia y la religión pueden complementarse, ya que la primera sin una visión espiritual es estéril y la segunda, auxiliada por la ciencia, mantiene los pies en la tierra.

El autor también se preocupa por englobar distintas formas de vivir y sentir con plenitud, la importancia de cerrar duelos, las diferentes ideas y teorías que existen, que ayudarán a reflexionar a la mayoría de las personas sobre las diferentes formas del buen morir.

También aborda el tema de la logoterapia, que es una psicoterapia dirigida a la búsqueda del sentido de la vida, creada por Victor Frankl. Describe como es que, de la unión de la logoterapia y la tanatología, deriva una ayuda poderosa para estructurar de manera positiva nuestras vidas, desarrollando a partir de la interpretación de la muerte una interpretación de la vida.

Si todas las experiencias en nuestra vida están ligadas entre sí, con mayor razón la experiencia de la muerte, que da sentido y profundidad a nuestra vida.

Para terminar el capítulo menciona como es que Elizabeth Kübler Ross y Victor Frankl destacan que el enfermo, primero

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