Una Pareja Transpersonal

Hacia una pareja transpersonal…

(o la importancia de tener un proyecto de pareja)

En mi anterior artículo hablaba sobre la diferencia entre “ser” familia, “ser” pareja y “ser” persona como esferas diferentes aunque complementarias de nuestro ser cotidiano. Hoy quiero ampliar la visión del “ser” pareja, utilizando como referencia el enfoque de la psicología transpersonal.

La psicología transpersonal (un enfoque contemporáneo e integrador de la psicología), plantea que hay tres ámbitos de acción en el proceso evolutivo de los seres humanos: el ámbito intra-personal, el ámbito inter-personal y el ámbito trans-personal.

El ámbito personal tiene que ver con nuestro crecimiento como individuos sanos, conscientes y plenos. Involucra todas las esferas de evolución física, intelectual y emocional de la persona. Como lo he dicho anteriormente es muy difícil, por no decir que imposible, la tarea de constituir una pareja a partir de individuos que no están bien consigo mismos. Y resalto que me refiero a “estar bien consigo mismo”, ni siquiera hablo de personas sanas psicológicamente. Hablo de personas que se sienten conformes con lo que son y con su propio proyecto de vida.

Entre tanto, el ámbito inter-personal se refiere a la forma como desarrollamos nuestra relación con el otro. Es la capacidad, entre otras cosas, de ser claros en los roles y compromisos con mi pareja, los acuerdos de contribución y equidad en la relación, los derechos, las obligaciones y en particular todos los acuerdos que hacemos para que nuestra convivencia sea armónica. Y resalto aquí la importancia de “hacer acuerdos de convivencia”, aceptados por ambos y que no están remitidos a supuestos culturales… “es que toda esposa debe… todo esposo debe…” No hay un deber ser que tiene que ser cumplido por la pareja, el punto es hacer acuerdos claros y compartidos en los diferentes ámbitos de nuestra relación: los aspectos económicos, el valor de la contribución de cada uno, las labores de la casa, la crianza de los hijos, etc.

El ámbito trans-personal, por su parte tiene que ver con la trascendencia hacia un objetivo que va más allá de la pareja, más allá de nosotros mismos. Es el espacio que regularmente llenan las prácticas religiosas de cualquier tipo y que establecen un fin superior a la pareja y a la familia. Nos constituimos en pareja para “servir a Dios” o para “trascendernos a nosotros mismos”. Como quiera que se le mire o como quiera que se aborde el tema, se trata de mirar-nos desde un propósito superior. Esa dimensión dentro de la pareja es fundamental para consolidar un proyecto que dirige todos sus esfuerzos y energía hacia alcanzar un bienestar que está más allá de los logros materiales, del proyecto de la familia y de la calidad de la relación

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