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Una Vida Con Proposito


Enviado por   •  14 de Mayo de 2014  •  29.479 Palabras (118 Páginas)  •  216 Visitas

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RESUMEN DEL LIBRO:

UNA VIDA CON PROPÓSITO

(De: Rick Warren)

Dios desea que descubras la vida que creó, para que vivas aquí en la tierra y por la eternidad, y Dios siempre lleva a cabo sus planes.

En nuestra vida debemos buscar y encontrar la razón de nuestra jornada espiritual. El verdadero desarrollo espiritual nunca surge de una búsqueda aislada ni individual. La madurez se alcanza a través de las relaciones y la vida en comunidad.

Conocer nuestro propósito en Dios nos da esperanza, fortaleza y gozo.

¿Para que estoy aquí en la tierra? Prov. 11:28, Jer. 17:7-8

Día 1: TODO COMIENZA CON DIOS. (Col. 1:16)

Todo comenzó en Dios y para los propósitos de Él.

Para encontrar mi propósito en la vida no debo enfocarme en mí (no se trata de mí), sino que debemos empezar en Dios, nacimos por su voluntad y para su propósito. La búsqueda en mí mismo, parte de mi necesidad egoísta de auto valorarme, pero la verdad es que fui creado por Dios y mi vida está en sus manos.

Dios es el punto de partida, sin Él mi vida no tendría ningún sentido. Sólo en Él encontramos nuestro origen, identidad, sentido, propósito, significado y destino. La vida consiste en permitir que Dios te use para sus propósitos. El tener éxito en la vida, o el alcanzar las metas no garantiza que hayamos cumplido el propósito, y este es: el llegar a ser aquello para lo que Dios nos creó. Esto nos dará un sentido para nuestra vida.

Para conocer la razón de nuestra vida debemos preguntarle a Dios, y en su palabra encontramos la revelación de los propósitos de Dios para nuestras vidas. (Efe. 1:11) Dios no es sólo el punto de partida de nuestra vida, sino la fuente de ella. Encontramos nuestro propósito e identidad en nuestra relación con Cristo.

Dios pensó, diseño y planificó nuestro propósito desde el principio, y todos somos parte del propósito universal de Dios. Porque la vida sin Dios carece de sentido.

Día 2: NO ERES UN ACCIDENTE (Isa. 44:2)

Yo soy tu creador, te cuidé aun antes de que nacieras.

Albert Einstein dijo: “Dios no juega a los dados”.

No eres un accidente de la casualidad, sino que Dios te planificó y te tejió, fuimos diseñados en la mente de Dios, y Él quiso crearnos. Así Dios nos hizo tal y como Él quería. También dispuso todos los talentos naturales que poseemos y la singularidad de nuestra personalidad. Dios no sólo planificó mi nacimiento, sino los días de mi vida y el de mi muerte. Nada en nuestra vida es arbitrario, todo tiene un propósito.

El propósito divino tiene en cuenta incluso el fallo humano, es decir el pecado. Dios nunca hace nada por casualidad, ni tampoco comete errores. Él tiene un propósito para cada cosa que crea, y su motivo es el amor.

Fuimos creados como un objeto muy especial del amor de Dios, Él nos hizo para poder amarnos, y podemos basar nuestra vida en esta verdad. En los motivos de Dios nuestra vida tiene una profunda razón de ser. Encontramos el sentido y el propósito sólo cuando tomamos a Dios como punto de partida en nuestras vidas.

Día 3: ¿QUÉ GUÍA TU VIDA? (Ecle. 4:4)

Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias.

Thomas Carlyle dijo: El hombre sin propósito es como un barco sin timón, un soplo, nada, nadie.

Todos tenemos algo que guía nuestras vidas, y este “algo” incluye tanto cosas buenas como malas, puede ser un problema, un temor o quizás tú fe. Lo cierto es que hay cientos de circunstancias, razones y sentimientos que guían nuestras vidas.

A muchos los guía la culpa, se pasan la vida huyendo de sus errores y ocultando su vergüenza. Quienes cargan culpas son controlados por sus recuerdos. Permiten que su futuro sea controlado por su pasado. Sin darse cuenta se castigan a sí mismos, saboteando sus propios logros. Cuando nos guía la culpa somos fugitivos errantes sin propósito alguno. Si bien es cierto que somos el resultado de nuestro pasado, no tenemos que ser prisioneros del mismo. El propósito de Dios no está sujeto ni a tu pasado, ni a tus errores, ni a tus pecados. Dios es experto en dar borrón y cuenta nueva sobre nuestro saldo.

A muchos los guía la ira y el resentimiento, se aferran a heridas que nunca lograron superar. Viven entre la prisión del resentimiento y el estallido de la ira, en vez de perdonar y liberarse, perpetuando el dolor y el daño, alimentando la amargura, haciéndose daño sólo a sí mismos, buscando su propia destrucción y muerte.

A muchos los guía el temor, no importa de donde provenga el temor, esto nos hace perder las oportunidades de la vida, queremos mantenernos en lo seguro y jamás aventurarnos a emprender cosas nuevas. El temor es una cárcel que construimos nosotros mismos, y que nos impide cumplir con el propósito de dios para nosotros. Podemos encontrar la solución a ello en la fe y el amor.

A muchos los guía el materialismo, el adquirir siempre más es la meta principal de sus vidas. Viven con el concepto equivocado de que tener más es ser feliz y estar seguros. Pero la verdad es que ello sólo da una felicidad temporal, nos aburrimos pronto de lo que tenemos y siempre queremos más y más. Confundimos lo que valemos como personas, con lo que valemos por lo que tenemos, pero la realidad es que todo lo que poseemos, lo podemos perder por circunstancias fuera de nuestro control. Dentro del propósito de Dios la verdadera seguridad se fundamenta en nuestra relación con Cristo.

A muchos los guía la necesidad de ser aceptados, buscan sólo complacer a los demás, están atados al “que dirán”, buscando seguir las pautas del mundo en el cual se pierden. Buscando agradar a todos encuentran su propio fracaso y pierden los propósitos de Dios para sus vidas.

Todo lo que guíe nuestras vidas fuera de Dios termina en un callejón sin salida. Nada es más importante que conocer los propósitos de Dios para nuestras vidas, y nada puede compensar el no conocerlos. Sin un propósito la vida es una marcha sin sentido, un movimiento sin dirección, y sucesos sin motivos. La vida sin propósito es trivial, insignificante e inútil.

Hay beneficios en una vida con propósitos. Conocer tu propósito da sentido a tu vida. Fuimos creados para tener significado. Cuando la vida tiene sentido puedes soportar cualquier cosa, cuando no lo tiene resulta insoportable. La falta de propósito es querer llegar a ser algo, pero no saber que es. La vida sin sentido no tiene significado ni esperanza, de allí sabemos que la tragedia más terrible no es morir, sino vivir sin

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