Una Vida Con Proposito

Propósito #5

Día 36

En este capítulo entendí que mi ministerio y mi misión son distintos, mi ministerio es mi servicio a los creyentes y mi misión a los no creyentes.

Que debemos continuar la misión de Cristo en esta tierra como su cuerpo espiritual: la iglesia ya que somos sus mensajeros, somos los enviados a hablar de Él, es por eso que no es algo optativo, es un deber nuestro como sus hijos y si no lo hacemos somos desobedientes.

Dice que si nos olvidamos de los no creyentes que nos rodean y somos los únicos creyentes que esa persona conoce morirá por su pecado pero Dios nos pedirá cuentas a nosotros por no haberle hablado del Dios nuestro y que tendremos que rendirle cuentas a Él.

También nos enseña a que trabajamos con Dios y para Dios, que debemos representarlo en esta tierra.

No debemos olvidar como nos sentíamos cuando estábamos sin Cristo, debemos contarle a la gente que nos rodea el cambio maravilloso que Dios ha hecho en nuestras vidas y no ser egoístas al no compartir ese regalo de salvación que ahora nosotros tenemos.

Si no tenemos a Dios en nuestras vidas pero tenemos dinero, lujos, títulos y otras cosas materiales en resumen no tenemos nada porque estamos condenados a la separación eterna de El ya que solamente El nos puede salvar de tal cosa.

No importa a quien sea que le llevamos el mensaje de salvación, con una sola persona que llevemos a los pies de Cristo nuestra vida ya tendrá un significado diferente por la eternidad.

Debemos preguntarle a Dios a quien ha puesto El en nuestro camino para hablarle de las buenas nuevas.

Hay que entender que la misión de Satanás es distraernos y que no cumplamos lo que debemos, esto sucederá cuando comencemos a tomar en serio nuestra misión.

Dios nos pide que abandones nuestros planes para poder servirle a Él, orar no de forma egoísta sino diciéndole que nos ayude a hacer lo que el bendice.

Comprometerse a cumplir nuestra misión sin importar el costo, esta frase en lo personal fue de mucho impacto para mi, ya que yo misma muchas veces m limito por el temor del que dirán o que tal vez no me creo capaz de hacerlo pero Dios me pide que me entregue de corazón a Él y que de todo de mi para poder alcanzar más y más personas por medio del evangelio y el testimonio.

PREGUNTA: ¿Qué TEMORES ME DETIENEN PARA CUMPLIR LA MISION DE DIOS Y PODER TERMINARLA? ¿QUE ME DETIENE PARA HABLARLE A OTROS DE LAS BUENAS NUEVAS?

R/ Creo que mi mayor temor es la incredulidad de las personas, el rechazo a lo que digo y/o una respuesta brusca que tal vez yo no sepa controlar, aunque conozco la salida de estos temores hay momentos en los que me cuesta admitirlos frente a los demás.

Lo que me detiene para hablarle a los demás es que no tenga las palabras correctas para la persona correcta, ser imprudente o tal vez parecer demasiado religiosa como me ha sucedido un par de veces.

Propósito #5

Día 37

Este capítulo me enseña que debo compartir mi experiencia de vida con quienes me rodean para poder traerlos a la familia de Cristo, hablarles de cómo comencé una relación con Dios, cuáles han sido las lecciones más importantes que me ha enseñado, las cosas para las cuales Dios me ha moldeado y lo principal el mensaje de salvación que yo ya adquirí, compartirlo con los demás.

Mi testimonio es parte esencial para cumplir mi misión ya que es único, nadie comparte las mismas experiencias que yo, puede haber ciertas similitudes y estas son muy importantes al momento de querer alcanzar una vida para Dios.

En este capítulo, el escritor nos pide que nos hagamos unas preguntas que son ¿Qué me ha enseñado Dios acerca del fracaso? A lo cual yo respondo que, A los que le aman todas las cosas les ayudan a bien, es decir que no importa si intentas una y otra vez y sigues fallando, tal vez es algo que está en tu corazón pero no en los planes de Dios por lo tanto El tiene algo mejor, tus expectativas no son tal altas como las de Dios.

Otra pregunta es, ¿Qué me h enseñado Dios respecto a la carencia de dinero?

Para muchos la carencia de dinero es un verdadero problema y para mí en un momento también lo fue, pero he aprendido que el dinero no puede ser mi dios, que no hay impedimentos al momento de hablar de Dios, para hablar no necesitamos dinero solamente necesitamos las ganas y los ánimos para decirle a todos las maravillas que Dios ha hecho en nuestras vidas.

¿Qué me ha enseñado Dios en cuanto el dolor, el pesar y la depresión? En lo personal he aprendido que puedo destruir cualquiera de estos términos con el simple hecho de Hablar con Dios, que no hay medicina más eficaz que el desahogarme con El y que de esta manera el curara cualquier herida de mi pasado.

¿Qué me ha enseñado Dios con respecto a la enfermedad?

He aprendido que muchas veces las enfermedades o discapacidades pueden ser una herramienta demasiado útil para Dios, para poder servirle de la mejor manera ya que las personas por naturaleza actuamos más sensibles cuando hay dolor o alguna preocupación.

¿Qué me ha enseñado Dios con respecto a la desilusión?

En mi vida me ha enseñado que no siempre lo que yo quiero es lo que El quiere para mi, que muchas veces pongo mi mirada en algo en especifico y no le consulto a Dios si es o no es lo que él quiere para mi, y es allí donde viene la desilusión pero he aprendido a consultarle TODO, porque de esta manera me evito cualquier decepción y sé que EL tiene cosas mil veces mejores para mí que las que yo misma había planeado.

¿Qué he aprendido de mi familia, mi iglesia, mis relaciones, mi grupo pequeño y mis críticos?

De mi familia he aprendido que Dios nunca se equivoca, que me puso en la familia correcta, con los padres correctos aunque a veces no estemos de acuerdo en algunas cosas, he aprendido que tengo justo la familia perfecta para mí.

De mi iglesia he aprendido que es como un hospital, que van personas que lo necesitan, que se han dado cuenta por cualquier medio que necesitan de Dios por lo tanto no hay perfección, uno de mis errores más grandes hace un par de años fue criticar la iglesia por la hipocresía que veía en algunas personas pero poco a poco fui aprendiendo que somos imperfectos y que si estamos en ese lugar es porque fuimos lo suficientemente

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