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LA GRACIA Y LA CONDUCTA CRISTIANA


Enviado por   •  5 de Mayo de 2018  •  Reseñas  •  532 Palabras (3 Páginas)  •  269 Visitas

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LA GRACIA Y LA CONDUCTA CRISTIANA

Col. 2:6-7

 

Objetivo: Apreciar la gracia de Dios para nuestra vida.

 

Introducción: De acuerdo con la Biblia, por lo menos dos grandes peligros se presentan frente al cristiano. El primero es que tome la senda irresponsable del descuido y mundanalidad, el segundo que se torne legalista, duro e inflexible en sus concepciones o pareceres. Ambos desvíos son muy dolorosos y por ello la vida cristiana debe ser encaminada por la gracia de Dios que vivifica el sentido de que “así como hemos recibido al Señor Jesús, debemos andan en El”

 

I. EL PRINCIPIO DE CONDUCTA EN LA VIDA CRISTIANA (Ef. 2:10).

  1. La gracia es aplicable a todas las áreas de la vida cristiana, esta no contiene mandamientos de la ley, sino principios éticos, cumplidos y enseñados por Cristo para demostrar la fuerza del amor de Dios por medio de Él (Jn. 13:34; 14:15; 15:10).  
  2. Cristo es el fin de la ley: El la cumplió en perfección, los que estamos en El, mostramos obediencia como fruto de nuestra relación con Dios y la obra del Espíritu Santo en nosotros (Ro. 10:4; 14:17; Fil. 1:9–11).  
  3. Las obras de justicia que realicemos son el resultado de la acción transformadora de la gracia de Dios (Fil. 4:8–9).

 

II. EL PROGRESO EN EL DESARROLLO DE LAS OBRAS (Jn. 6:29).

  1. La gracia no solamente nos capacita para entender el propósito de Dios pero también nos habilita en cada paso de obediencia que damos. “Porque creemos podemos hacer, este es un proceso de gracia”  
  2. La palabra “mandamientos” su implicación de obediencia a ellos, tal como Jesucristo la usó, es sumamente importante. Dijo El: “Si me amáis guardad mis mandamientos” (Jn. 14:15); “El que tiene mis mandamientos y los guarda, éste es el que me ama” (Jn. 14:21; 15:10; 1 Jn. 2:3; 3:22).
  1. “Mis” mandamientos no son la ley de Moisés, sino la ley del amor, la ley de la libertad (Hch. 15:10).
  2. Imponer sobre nosotros los preceptos de la ley es tentar a Dios, implicando que podemos ser justificados mediante ellos y que podemos realizarlos sin su gracia, invalidar así la obra de Cristo (Ga. 3:2,3).  
  1. Cristo dio mandamiento en (Mt. 28:18-20; Hch. 1:2-3). Siguiendo estas cláusulas la vida cristiana comienza a crecer en nosotros y a desarrollarse como verdadero discipulado      

(1 Ti. 1:5).

 

III. ¿CÓMO REALIZA SU ACTIVIDAD EN NOSOTROS?, NOTEMOS LO SIGUIENTE:

  1. Salvos por gracia (Ef. 2:8). 
  2. Firmes por gracia (Ro. 5:2). 
  3. Ayudados por gracia (Hch. 4:16). 
  4. Fortalecidos por gracia (2 Co. 12:9). 
  5. Enseñados por la gracia (Tit 2:11–12). 
  6. Esperanzados por gracia (1 P. 1:13). 

 

Conclusión: Disfrutamos bajo la gracia la victoria de Dios. La gracia vivifica, habilita, prepara y fortalece para toda la vida cristiana que es el cumplimiento de la perfecta ley de la libertad. No nos queda duda alguna que la fuerza del amor es muy superior a la ley porque forma el carácter cristiano, con las hermosas manifestaciones del Espíritu Santo (Ga. 5:16; Ef. 4:1; 4:30; 5:2; 1 Ts. 5:19).

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