Acerca de Dios misericordioso

Dios nos ha mostrado su misericordia enviándonos a su unigénito hijo, quien se entregó y fue crucificado, coronado con espinas; y eso mismo es lo que se centra en nuestro logo, la corona de espinas, símbolo del sufrimiento, que podemos tomar como modelo, por tantos obstáculos que un cristiano pasa hoy en día; hoy somos coronados de diferentes maneras, hoy esas mismas espinas atraviesan nuestra piel, recordándonos que se sufre, pero que es posible encontrar la gloria en el Señor, es por eso que nuestra fe debe consistir en una lucha por el evangelio, debiendo ser incansable y fervorosa.

Los detalles amarillos que sobresalen de la corona de espinas que se observa en el logo, representa la corona que verdaderamente corresponde a Cristo, el del rey, y como tal, sus palabras deben ser dignos de obedecer y aplicarlos para una vida Cristiana coherente, para ser imitado por los demás.

Las manos que sujetan la esfera son las de Dios, representa la tierra, y en ella apreciamos el logo del año jubilar de la Misericordia, que le da el detalle y significado exacto, representando al hijo Jesús "...que carga sobre sus hombros, al hombre extraviado y lo saca de la noche del pecado y de la muerte a la gracia y a la vida".

La huella, con los resplandecientes colores patrios, representan los rastros dejando por los jóvenes, siguiendo el ejemplo de Cristo misericordioso, con la disponibilidad a los trabajos arduos de la evangelización, con la alegría, caridad y sencillez que caracteriza a nuestros hermanos compatriotas.

Idea central. Resumen:

"Dejamos el comodismo, nos ponemos la misma corona de Cristo, el de las espinas, y nos sujetamos en el, e imitamos la misericordia de Jesús en la cruz, nos encomendamos por su intercesión en las manos del Padre, para dejar la huella de nuestro trabajo arduo para ser luz y reflejo de esperanza para el mundo entero".

Hoy los jóvenes guardan silencio para escuchar aquella misma voz que oyó San Alfonso en el Hospital de los incurables: "-Alfonso, deja al mundo y entrégate a mi", está voz insistió por dos veces, hoy por hoy, esa voz no se cansa de dirigirse y llamar al joven, para que pueda obrar, y así ser MISERICORDIOSOS COMO EL PADRE.

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