Acta Sinodal 3 Seminario Mayor Diocesano “Sagrado Corazón de Jesús”

Acta Sinodal 3

Seminario Mayor Diocesano “Sagrado Corazón de Jesús”

Desde los comienzos la Iglesia se ha preocupado por el proceso catequético como eje transmisor de la fe para los nuevos creyentes y como forma de enseñar la fe y doctrina (cf. Mt 28 19,20).

En cuanto a que este momento tan importante deje de ser un momento puntual e debe dinamizar puesto que esto forma parte de la vida misma de la Iglesia, vinculándola desde el primer momento con la comunidad sus necedades, saberes costumbres saberes pero sobre todo la religiosidad popular valor importante en nuestro pueblo; otro aspecto fundamental es la fundamentación en la palabra de Dios más que en un bloque de conocimiento, cambiando el enfoque hacia un método integrador atractivo y participativo para todos niños, jóvenes y adultos, pero sobre todo lo mas importante va a ser la inclusión y participación de los actores de la familia dentro de la vida de la iglesia parroquial.

Un encuentro con la palabra de Dios se produce cuando e comprende y entiende la importancia de la misma como fuente de la revelación esto producto de la madurez en la fe adquirida gracias a la buena catequesis preacramental, a su vez de lo frutos espirituales de su estudio individual y comunitario; aprovechando los recursos tecnológicos, teniendo una propuesta atractiva pero efectiva donde siempre se dé la inclusión y participación.

Con referencia al catequista no se debe olvidar en principio que el serlo es una vocación, a la que se responde en principio con la maduración de la fe misma personal y la preocupación en el crecimiento del mismo, que se logra gracias a la vivencia y participación sacramental, la formación continua y sistemática personal y grupal a nivel teológico para la consolidación de la fe recibida, pero sobre todo el testimonio y vivencia pascual en la vida de cada uno.

La catequesis de adulto no se puede ver como un proceso separado o aparte pero que si debe estar adaptado según las necesidades y características propias de cada persona procurando siempre que se haga de una forma pedagógica y que se logre el verdadero fin de la transmisión de la fe pero sobre todo la vivencia cristocentrica personal y comunitaria, conociendo las realidades y necesidades particulares de cada parroquia; donde no se coloquen traba o limitantes, pues no podemos cerrar la puertas a nadie.

Siempre lo más importante será el reconociento y adaptación de los planes integrales catequéticos en todas las realidades diocesanas, pero se debe sucintar el interés en el secretariado de catequesis donde se manifieste la preocupación e integración lo que se verá reflejado iniciando una mejor organización.

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