Andar en el espiritu

República Bolivariana de Venezuela.

Ministerio del Poder Popular para La Educación.

Comunidad Cristiana “Aposento Alto para las Naciones”

Academia de  Lideres.

2do Bloque.

Andar en el Espiritu.

Alumna:

Gabriela Valdivieso.

Líder:  

Roxana de Canino.

Caracas, septiembre de 2017.

Se puede decir que “Andar en el Espíritu” es obedecer las indicaciones iniciales  que nos da el Espíritu (Gá 5.22).    Desde que recibimos el Espíritu Santo,  Él comienza a morar dentro de la persona (Jn 14.17)  y le indica que es lo que le agrada a Dios,  además guía al creyente, pero este debe hacer  morir  las obras de la carne  (Ro 8.13),  sus deseos,  y dejar atrás el antiguo  YO  para dar paso a una nueva criatura (2 Co 5.17),  ceder a las exigencias del Espíritu,  para que Él los ayude en la lucha,  constante,  entre los deseos carnales y los del Espíritu.                                                                              

El Espíritu Santo  muestra su poder en las debilidades de cada uno,  nos ayuda  (Ro 8.26); nos fortalece,   nos da poder (Hch 1.8),  enriquece nuestra relación con Dios (una relación permanente y continua),  nos santifica (Jn 16.8),  aviva nuestro ser (Jn 7.37-39),  abre las puertas (Is 61.1),  nos redarguye del pecado.  Es necesario entender lo que el espíritu hace en nosotros y obedecer las indicaciones que da.

Para andar en el espíritu se debe estar dispuesto a: pensar en las cosas espirituales (2 Co 10.5),  meditar en la biblia y  orar;  cuidar,  mantener,   amar la presencia y la unción de Dios;  desear y  vivir en santidad,  tener temor de Dios.  Abandonar la obra de la carne, despojarme del antiguo YO,   de mi antiguo carácter,  y darle paso a una nueva imagen.

“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu…”  (Gá 5.17) vivimos en una lucha constante en donde la carne nos quiere llevar a pecar,  quiere debilitarnos en las tentaciones, pero el espíritu está dispuesto   a las cosas de Dios (Mt 26.41);  Dios nos expresa que quien manifieste las obras de la carne no heredara el reino de los cielos  (Gá 5.19-21). “Más los frutos del Espíritu son: Amor (Ro 12.10; Mt 22.37-39),  gozo  (Dt 28.47), paz (Jn 14.27),  paciencia   (Lc  21.19),   bondad (Ro 15.14),  fe  (Mt 17.20),   fortaleza  (Jos 1.9); contra tales no hay ley”  (Gá 5.22-23).

El creyente puede estar en Cristo pero no estar en el Espíritu;  se está en Cristo cuando se le acepta como único Señor y Salvador,  pero se está en el Espíritu cuando se oye y se obedece,  cuando verdaderamente  se Muere a nuestras decisiones y dejar que Dios viva en Cada uno de Ellos.

Entregarse, perder Delante de Él, para que Él gane en los problemas,  las  luchas, la carne, la tentación,  y gane en el “Nosotros Mismos”.

“Dios nos ama, y lo sabemos porque ÉL nos mira siempre; no quiere perderse ni un segundo de Nosotros, pero cuando Nosotros  dejamos que Dios tome las riendas de nuestra vida, nos convertimos en más Nosotros, porque ÉL no busca servidores perfectos… ÉL perfecciona lo que usa”

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