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Celebracion Liturgica De La Eucaristia


Enviado por   •  27 de Junio de 2015  •  2.140 Palabras (9 Páginas)  •  379 Visitas

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IV LA CELEBRACIÓN LITÚRGICA DE LA EUCARISTÍA

La misa de todos los siglos

1345 Desde el siglo II, según el testimonio de S. Justino mártir, tenemos las grandes líneas

del desarrollo de la celebración eucarística. Estas han permanecido invariables hasta

nuestros días a través de la diversidad de tradiciones rituales litúrgicas. He aquí lo que el

santo escribe, hacia el año 155, para explicar al emperador pagano Antonino Pío (138-161)

lo que hacen los cristianos:

El día que se llama día del sol tiene lugar la reunión en un mismo sitio de todos los que habitan en la ciudad o en el campo.

Se leen las memorias de los Apóstoles y los escritos de los profetas, tanto tiempo como es posible.

Cuando el lector ha terminado, el que preside toma la palabra para incitar y exhortar a la imitación de tan bellas cosas.

Luego nos levantamos todos juntos y oramos por nosotros... y por todos los demás donde quiera que estén a fin de que seamos hallados justos en nuestra vida y nuestras acciones y seamos fieles a los mandamientos para alcanzar así la salvación eterna.

Cuando termina esta oración nos besamos unos a otros.

Luego se lleva al que preside a los hermanos pan y una copa de agua y de vino mezclados.

El presidente los toma y eleva alabanza y gloria al Padre del universo, por el nombre del Hijo y del Espíritu Santo y da gracias (en griego: eucharistian) largamente porque hayamos sido juzgados dignos de estos dones.

Cuando terminan las oraciones y las acciones de gracias todo el pueblo presente pronuncia una aclamación diciendo: Amén.

Cuando el que preside ha hecho la acción de gracias y el pueblo le ha respondido, los que entre nosotros sellaman diáconos distribuyen a todos los que están presentes pan, vino y agua "eucaristizados" y los llevan a los ausentes (S. Justino, apol. 1, 65; 67)

1346 La liturgia de la Eucaristía se desarrolla conforme a una estructura fundamental que se

ha conservado a través de los siglos hasta nosotros. Comprende dos grandes momentos que

forman una unidad básica:

— La reunión, la liturgia de la Palabra, con las lecturas, la homilía y la oración universal;

— la liturgia eucarística, con la presentación del pan y del vino, la acción de gracias consecratoria y la comunión.

Liturgia de la Palabra y Liturgia eucarística constituyen juntas "un solo acto de culto" (SC

56); en efecto, la mesa preparada para nosotros en la Eucaristía es a la vez la de la Palabra de Dios y la del Cuerpo del Señor (Cf. DV 21).

1347 He aquí el mismo dinamismo del banquete pascual de Jesús resucitado con sus discípulos: en el camino les explicaba las Escrituras, luego, sentándose a la mesa con ellos,

"tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio" (Cf. Lc 24,13- 35).

El desarrollo de la celebración

1348 Todos se reúnen. Los cristianos acuden a un mismo lugar para la asamblea eucarística. A su cabeza está Cristo mismo que es el actor principal de la Eucaristía. Él es sumo sacerdote de la Nueva Alianza. El mismo es quien preside invisiblemente toda celebración eucarística. Como representante suyo, el obispo o el presbítero (actuando "in persona Christi capitis") preside la asamblea, toma la palabra después de las lecturas, recibe las ofrendas y dice la plegaria eucarística. Todos tienen parte activa en la celebración, cada uno a su manera: los lectores, los que presentan las ofrendas, los que dan la comunión, y el pueblo entero cuyo "Amén" manifiesta su participación.

1349 La liturgia de la Palabra comprende "los escritos de los profetas", es decir, el Antiguo

Testamento, y "las memorias de los apóstoles", es decir sus cartas y los Evangelios; después

la homilía que exhorta a acoger esta palabra como lo que es verdaderamente, Palabra de

Dios (Cf. 1 Ts 2,13), y a ponerla en práctica; vienen luego las intercesiones por todos los

hombres, según la palabra del Apóstol: "Ante todo, recomiendo que se hagan plegarias,

oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos

los constituidos en autoridad" (1 Tm 2,1-2).

1350 La presentación de las ofrendas (el ofertorio): entonces se lleva al altar, a veces en

procesión, el pan y el vino que serán ofrecidos por el sacerdote en nombre de Cristo en el

sacrificio eucarístico en el que se convertirán en su Cuerpo y en su Sangre. Es la acción

misma de Cristo en la última Cena, "tomando pan y una copa". "Sólo la Iglesia presenta

esta oblación, pura, al Creador, ofreciéndole con acción de gracias lo que proviene de su

creación" (S. Ireneo, haer. 4, 18, 4; Cf. Ml 1,11). La presentación de las ofrendas en el altar

hace suyo el gesto de Melquisedec y pone los dones del Creador en las manos de Cristo. Él

es quien, en su sacrificio, lleva a la perfección todos los intentos humanos de ofrecer sacrificios.

1351 Desde el principio, junto con el pan y el vino para la Eucaristía, los cristianos

presentan también sus dones para compartirlos con los que tienen necesidad. Esta

costumbre de la colecta (Cf. 1 Co 16,1), siempre actual, se inspira en el ejemplo de Cristo

que se hizo pobre para enriquecernos (Cf. 2 Co 8,9): Los que son ricos y lo desean, cada uno según lo que se ha impuesto; lo que es recogido es entregado al quepreside, y él atiende a los huérfanos y viudas,

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