Como Aprobechar El Tiempo

Administración del tiempo

I. ¿POR QUÉ NECESITAMOS ADMINISTRAR EL TIEMPO?

Vivimos muy ocupadas. A pesar de todas las cosas diseñadas para facilitar nuestras vidas; micro ondas, cocinas que cocinan y refrigeran, máquinas de lavar que lavan y secan, nuestras vidas están más ocupadas que nunca. La mayoría de nosotras corremos con más cosas para hacer en nuestra lista, que el tiempo que disponemos para completarlas a todas.

Muchas líderes de los Ministerios de la Mujer tienen una familia de la cual ocuparse, a menudo trabajan tiempo completo o parcial, y están involucradas con responsabilidades de la iglesia. Incluidas en estas responsabilidades están los Ministerios de la Mujer.

¿Cómo cumplir con todo? Con la fuerza de Dios.

Dios no desea que vivamos trabajando de más y sobrecargadas. El prometió que nos daría descanso. Dios espera que hagamos solamente lo que él nos llama a hacer y que dejemos de lado lo demás.

Con Dios como nuestro administrador del tiempo, nuestras vidas pueden ser diferentes. Sí, todavía serán ocupadas. Sí, todavía tendremos días cuando nos preguntaremos si podremos hacer todo lo que necesitamos. Y habrán días cuando las cosas quedarán si hacerse. Pero permitiendo que Dios esté al control de nuestros calendarios y compromisos, experimentaremos la libertad de confiar en él y de que se lleve a cabo a través de nosotras lo que él desea.

Las investigaciones han mostrado que la gente que trabaja en forma organizada y calma, puede lograr más que aquellos que están constantemente corriendo con su agenda en el intento de efectuar demasiado. La gente apurada es menos creativa, menos efectiva, y por último menos saludable; ¡física, mental y espiritualmente!

Una correcta administración del tiempo es valiosa para todas. La puede ayudar a lograr más en la misma o menor cantidad de tiempo que si estuviera apurándose. Puede ayudarla a ser más efectiva y a reducir la cantidad de estrés en su vida.

Contando con Dios como parte del equipo en su administración del tiempo, podrá lograr los asuntos más importantes de su agenda.

II. ¿CÓMO APRENDER A MANEJAR NUESTRO TIEMPO? (RP-1)

Primero, ore. La clave más importante para la administración del tiempo es orar.

“¿Añadir otro punto a mi lista que ya está demasiado llena?” podría estar preguntando. Un libro en particular, que trata sobre la oración y administración del tiempo, lo resume en su título, Demasiado ocupado como para no orar. La oración es esencial para ordenar nuestras vidas y permitirle a Dios que nos dirija en nuestros horarios y compromisos.

Presente su horario a Dios.

Entréguele a Dios su horario, sus responsabilidades, sus compromisos. Pídale que la ayude a conocer su voluntad, a establecer sus prioridades, a decir que no a las cosas que; aunque sean buenas, no son parte de su plan para usted.

Recuerde que a todos se nos dan 24 horas cada día. Dios desea que las utilicemos en forma efectiva.

Establezca prioridades y metas.

Haga una lista de todos sus roles. Mujer, esposa, mamá, hija, empleada, amiga, miembro de iglesia, líder de los Ministerios de la Mujer. A continuación, ordene estos roles de acuerdo a sus prioridades. Pídale a Dios que la guíe. ¿Cuáles son las cosas más importantes que Dios la ha llamado a hacer? Muchas veces nuestros horarios no reflejan lo que hemos decidido que son las prioridades en nuestras vidas. Al contrario, nuestros días están demasiado a menudo llenos con lo “urgente” mientras aquellos roles y responsabilidades que son las más importantes, quedan de lado. Eso no es lo que deseamos, eso no es lo que Dios desea.

Determine sus metas. ¿Cuál es su propósito? Sería bueno considerar sus metas para cada uno de sus roles. ¿Qué desea lograr como mujer? Si está casada, ser un apoyo para su esposo. Animándolo en sus roles diarios. Ayudándolo a desarrollar su relación con sus hijos. ¿Cuál es su blanco como líder de los Ministerios de la Mujer? ¿Qué desea lograr a través de su ministerio?

Siga el mismo procedimiento con cada uno de sus roles. Con cada programa, evento, o recurso que está planificando, determine cuál es el propósito del proyecto. ¿Qué desea lograr a través de esto? ¿Cuál es la misión del proyecto? Observar cada proyecto a través de las metas que esperamos lograr, nos ayudará a permanecer enfocadas, y a no distraernos con detalles innecesarios.

Elimine actividades innecesarias e inapropiadas.

Pregúntese, “¿Forma parte esto, de lo que Dios me ha llamado a hacer? ¿Concuerda esto con las prioridades de mi vida?”

Una trampa en la que caen muchos cristianos, especialmente mujeres, es tratar de ser todo para todos. Hacer todo lo que se nos pide. Pero Dios nos ha llamado para cosas específicas. Esto significará decir que no a algunas cosas buenas. Significará dejar una responsabilidad cada vez que acepta algo nuevo.

Conozca sus prioridades. Vívalas. Deje de lado todas las cosas que Dios no la ha llamado a hacer.

Recuerde, que esto no significa que pasaremos todo nuestro tiempo trabajando sin jugar. Dios nos llama a jugar. Con nuestras familias. Con nuestros amigos. Él desea que nos cuidemos. A menudo llamaba a sus discípulos a ir aparte de la multitud, siguiendo el ejemplo que él mismo estableció. Jesús dedicó tiempo a renovarse y recrearse. A pesar de todo lo que había para hacer, y del poco tiempo que tenía para hacerlo, Jesús no vivía corriendo, no tenía estrés. Se tomó tiempo para estar con sus amigos, y dedicó tiempo para descansar con Dios.

Delegue tanto como sea posible.

Muchas personas no delegan por una variedad de razones:

 Piensan que pueden hacer mejor el trabajo ellos mismos.

 No planifican con anticipación, entonces no queda tiempo para delegar.

 Tienen miedo de que el trabajo no se haga bien. O por lo menos que no esté como corresponde.

Pero delegar es importante. Cuando delegamos, no solamente aliviamos

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