ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Confiesa tu pecado


Enviado por   •  16 de Febrero de 2025  •  Apuntes  •  10.851 Palabras (44 Páginas)  •  14 Visitas

Página 1 de 44

CONFIESA TU PECADO

Fernando Cabrera

Me sorprende la manera en como Dios nos va hablando, como nos va confirmando su Palabra, de repente el Señor quiere hablarnos de una cosa y las predicaciones van coincidiendo, aunque nunca nos ponemos de acuerdo. Y después en sí, el Señor va tomando una manera tan especial de hablarnos. Y yo le doy gracias a Dios por la palabra que el Señor trae para nuestras vidas en esta hora.

Hace un momento que estaba yo orando al Señor miraba yo en mi corazón mi condición como persona, como ser humano, como siervo, como amigo, como congregante y muchas veces nosotros no alcanzamos a cumplir con las expectativas que Dios tiene para cada uno de nosotros, las expectativas que nosotros debemos cumplir para con Dios. No las alcanzamos pero muchas veces por nosotros mismos.

Yo miraba en ese momento que estaba orando y yo decía: que todo lo que se fabrica debe cumplir el propósito de quien lo fabricó. Todo es hecho por un propósito y cumple un propósito. Y me miraba a mí mismo y dije: Dios me hizo con un propósito, no puedo hacer en mi vida lo que yo quiero, sino tengo que hacer lo que Dios me mandó a hacer. Tan sencillo y no debo estar preguntando a Dios si me puede permitir hacer lo que yo quiera, sino es lo que Él espera de mí.

Salmo 69:5 Dios, tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos.

En este Salmo, David está hablando a Dios y le dice: tú conoces mi insensatez, y mis pecados no te son ocultos. Todo lo que hay en mi corazón Dios, tú lo conoces perfectamente bien. Todos mis pensamientos Dios, tú los conoces perfectamente bien, no hay nada que yo pueda ocultar, no hay nada que yo pueda esconder Dios porque tú estás mirando lo profundo de mi corazón, y ciertamente Padre todo lo que yo deseo, anhelo y tengo en mi corazón, tú lo vas a ver primero, tú lo vas a saber.

Porque aun el Señor mira las intenciones, dice las Escritura, las intenciones de nuestro corazón. Mira no cuando ya está consumado el pecado en nuestro corazón, sino desde las intenciones Dios ya está mirando que ya tenemos el propósito de pecar, o que ya tenemos el propósito de hacer algún acto indebido. Desde que viene la semilla del pecado, desde ese momento antes de tomarla y hacerla pecado, el Señor ya conoce que hay una intención en nuestro corazón, en nuestro pensamiento.

Él es el que conoce todo lo que nosotros deseamos, pensamos, lo que creemos, lo que sentimos y nada le es oculto al Señor, todo lo conoce. Aquí queremos mostrar y Dios quiere mostrarnos a cada uno de nosotros que debemos andar delante de Él con un corazón limpio y un corazón recto, un corazón abierto a Él. Un corazón que no esconde nada, un corazón que es transparente delante de Dios.

Qué difícil es pedir perdón, qué difícil es venir delante de Dios y decirle: Señor me he equivocado. Es muy, muy difícil, ¿sabes por qué? Porque pensamos muchas veces en nuestra mente que Dios no se ha dado cuenta. Desgraciadamente hay un error muy grande y quiero disipar ese error. El error más grande en el ser humano, el error más grande en el cristiano es pensar que Dios no sabe las cosas. Que si ya cometimos un pecado podemos esconderlo y traerlo arrastrando durante mucho tiempo, algún día tal vez se nos olvide. Algún día tal vez a Dios se le olvide. O algún día a lo mejor ya hasta ni me acuerdo de él.

Pero quiero que sepas una cosa, que si no es en este mundo, va a ser en el reino venidero cuando estemos delante de Dios y diga el Señor: ¿oye, te acuerdas de este pecado? Señor yo ya ni me acordaba. Pues, ¿sabes qué? Hace tanto tiempo tú cometiste tal error o tal pecado y jamás viniste y lo confesaste delante de mí. El error más grande es que nosotros pensemos que Dios no se ha dado cuenta.

¿Sabes qué tenemos que hacer hoy en día? Que todo pensamiento, todo sentimiento o toda culpa, todo pecado que hay en nuestro corazón; debemos venir delante de Dios en el instante y decirle: Señor tú conoces mi corazón. Así como David lo dijo, Dios tú conoces mi insensatez, sabes que soy un hombre insensato, sabes que soy una mujer insensato Señor. ¿Sabes? Mis pecados no te son ocultos Dios, soy un insensato esa es la realidad. Soy un pervertido, soy un pecador, soy un avaro, soy un ladrón, esta es mi condición Señor.

Pero yo no la puedo ocultar porque tú la conoces. Y yo prefiero que en este momento en tu misericordia me perdones, que no sea el día que yo llegue delante de ti, que delante de multitudes tú digas: Quiero ver cómo está tu pecado. Y que por causa de ese pecado que quise esconder durante mi vida, entonces no alcance el reino de Dios, no alcance la vida eterna.

Este es el buen momento para poner nuestro corazón en orden delante de Dios. Este es el momento de decirle a Dios. Señor aquí está mi corazón. No podemos seguir ocultando las cosas amado, no lo podemos seguir haciendo. A veces cometemos tal pecado, que preferimos muchas veces que no se entere el pastor, aunque se entere Dios. No que no se vayan a enterar los hermanos de la congregación, aunque Dios ya se enteró. Fíjate que cometí tal pecado pero shh, no le digas a nadie, y si me viste mira, en buena onda, no le digas a nadie ¿no? Pero que no se enteren los pastores, que no se enteren los líderes, que no se enteren los hermanos, aunque Dios ya se enteró.

Nos preocupa más el qué dirán, que lo que Dios mismo está pensando de nosotros. Que no se entere mi esposa aunque Dios ya se enteró. Pues ay, una canita al aire ahí escondidito, nadie se va a dar cuenta, pero Dios ya lo observó. O que no se entere el esposo ¿no? Es que la otra vez me dio dinero y dije que se me había perdido, y la verdad no, lo agarré para otra cosa, pero que ni se entere porque se me arma una grande. Pero que se entere Dios no importa. Hay más miedo y temor a la esposa, al esposo, a los líderes, al pastor, que a Dios mismo.

Que no se entere mi novia que le fui infiel, que no se entere mi novio que le fui infiel; aunque Dios se entere. No importa, prefiero no terminar la relación de noviazgo, aunque mi relación con Dios esté pésima. Que no se enteren mis amigos que soy cristiano porque después ya no me van a invitar. Que no se enteren mis amigos de tal o cual cosa, aunque Dios ya se enteró. Y así lo podemos ver con el jefe, con todo lo que nosotros hacemos durante el día, con las personas que nos relacionamos; tenemos más preocupaciones en el qué dirán, que en conservar la salvación.

Hoy Dios quiere hablar a nuestro corazón, quiere que seamos claros con Él, realmente quitemos todo pecado.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (58 Kb)
Leer 43 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com