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Conviene que uno muera por todos.


Enviado por   •  18 de Marzo de 2016  •  Síntesis  •  1.127 Palabras (5 Páginas)  •  289 Visitas

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CENA PASCUAL, SAMUEL 2015

MEDITACIÓN EN GRUPOS (15 MINUTOS EN TOTAL)

PARTE 1: (2 minutos)

Este día Jesús nos recuerda sus palabras: “Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte”, San Juan 22:15.

Este fuerte anhelo de Jesús de celebrar esta cena con nosotros, es porque Él quería dejar una razón de vivir, una esperanza, se quedó El mismo en esa cena eterna, de la cual tenemos la dicha de disfrutar siempre que queramos, sin ningún costo, porque ese costo ya fue pagado por Cristo Jesús, ese costo tiene su nombre y se llama: INMENSO AMOR POR TI.

Parte 2: (3 minutos)

Oración introductoria

Señor Jesús, hoy en esta tarde queremos acompañarte con esta oración en este período de cuaresma. Abre nuestra inteligencia y nuestro corazón a la luz de tu gracia y de tu amor.

Danos un corazón sencillo y humilde como el tuyo para no encerrarnos en la soberbia y en el egoísmo. Dios mío, nosotros te reconocemos como el Único que da valor y sentido a nuestra vida.

Te pedimos por cada uno de los que estamos acá reunidos, también por nuestros familiares y amigos para que nos regales una fe viva, operante y luminosa, que aumente el anhelo de conocerte Cristo Jesús a través de la oración, de la cruz de cada día y en la Eucaristía, que todos los días de la semana y en especial los domingos nos recuerdes el fuerte deseo de tus palabras que dijiste en la última cena: “Cuánto he querido celebrar con ustedes esta cena de Pascua antes de mi muerte”, San Juan 22:15.

Señor Jesús, tú no estás muerto, eres un Jesús vivo, que se quedó con nosotros en este vino y pan, es que SOLO AL CONSUMIRTE EN CUERPO Y SANGRE A TRAVES DE ESTE VINO Y PAN TUS HIJOS RECOBRAMOS VIDA, SOLO AL CONSUMIRTE RECOBRAMOS FUERZAS Y ENCONTRAMOS DESCANSO.

Amén.

Parte 3: Leer el evangelio de la biblia (3 minutos)

Del santo Evangelio según san Juan 11 45-56 Muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos. Desde este día, decidieron darle muerte. Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo:  «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?» Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.

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