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Credo De Las Asambleas De Dios


Enviado por   •  13 de Mayo de 2013  •  2.268 Palabras (10 Páginas)  •  6.339 Visitas

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COMPARACION DE LOS CREDOS DE LAS ASAMBLEAS CON LAS DOCTRINAS PRESBITERIANA Y BAUTISTA

Credos

Asambleas de Dios

Presbiterianos

Bautistas

La

Biblia La inspiración de las Escrituras: Creemos que la Biblia es la palabra de Dios, nuestra única regla infalible de fe y conducta, por haber sido inspirada por el Espíritu Santo. Creen en La autoridad de las Santas Escrituras, por la que ellas deben ser creídas y obedecidas, no depende del testimonio de ningún hombre o iglesia, sino exclusivamente del testimonio de Dios (quien en sí mismo es la verdad), el autor de ellas; y deben ser creídas, porque son la Palabra de Dios La biblia es una obra inspirada por Dios, con autoridad suprema, para enseñar , redargüir y revelar la vida eterna

Dios : Creemos que hay un solo Dios verdadero, que se ha revelado como el Creador de todas las cosas, y que existe eternamente. En la unidad esencial de Dios hay distinción de personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta doctrina de un solo Dios que subsiste eternamente en tres personas es llamada la Trinidad.

Creemos que hay un solo Dios Creemos en un solo Dios, eternamente existente en tres personas: EL PADRE, EL HIJO, Y EL ESPIRITU SANTO, que comparten la misma gloria, tienen los mismos atributos, y son dignos de adoración, confianza y obediencia.

El hombre Creemos que el hombre fue creado por Dios en estado de inocencia, pero a consecuencia de la desobediencia adquirió una naturaleza pecaminosa y quedó sujeto a la condenación eterna. Su única fuente de redención y esperanza de vida eterna está en el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario y su resurrección de entre los muertos. El hombre peco, Por este pecado cayeron de su rectitud original y perdieron la comunión con Dios, y por tanto quedaron muertos en el pecado, y totalmente corrompidos en todas las facultades y partes del alma y del cuerpo. Creemos que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios, en inocencia y santidad, que pecó, y por consiguiente incurrió no solo en la muerte física, sino también en la muerte espiritual, la cual es separación de Dios; creemos que por ese hecho todos los seres humanos nacen con la naturaleza pecaminosa, y son pecadores en pensamiento, palabra y hecho, siendo del todo impotentes para salvarse por sus propios esfuerzos, y por lo tanto merecen la condenación eterna.

La salvación Creemos que la salvación se obtiene cuando el hombre se arrepiente de sus pecados y acepta por la fe el perdón de Dios ofrecido a través de Jesucristo. Además, el Espíritu Santo le da seguridad interna de que ha sido hecho hijo de Dios. A partir de este momento el hombre salvo debe vivir una nueva vida, recta y santa. La seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede ser, en diversas maneras, zarandeada, disminuida o interrumpida; por la negligencia en preservarla; por caer en algún pecado especial, que hiera la conciencia y contriste el Espíritu; por alguna tentación repentina o vehemente; por retirarlos Dios la luz de su rostro y permitiendo, aun a los que le temen, que caminen en tinieblas, y que no tengan luz; sin embargo, nunca quedan totalmente destituidos de aquella simiente de Dios, y de la vida de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber. De todo lo cual, por la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida en su debido tiempo;) y por todo lo cual, mientras tanto, los verdaderos creyentes son sostenidos para que no caigan en la desesperación total Creemos que gracias al sacrificio de nuestro Señor Jesucristo en la cruz, todos los que se arrepienten de sus pecados y lo reciben por la fe como su Salvador, nacen de nuevo mediante el poder del Espíritu Santo, y que de esta manera se hacen hijos de Dios, herederos de Dios y coherederos con Cristo, gozando desde luego de la vida eterna, y por lo cual, ya no hay condenación para ellos

La santificación 5. La santificación del creyente: Creemos que la santificación es un estado de gracia al cual entra el creyente al aceptar a Cristo, e implica separarse de la mundanalidad y consagrarse a Dios, procurando vivir en un estado de pureza moral mediante la ayuda diaria del Espíritu Santo. I. Aquellos que son llamados eficazmente y regenerados, teniendo creados un nuevo corazón y un nuevo espíritu en ellos, son además santificados real y personalmente por medio de la virtud de la muerte y la resurrección de Cristo, por su Palabra y Espíritu que mora en ellos; el dominio del pecado sobre el cuerpo entero es destruido, y las diversas concupiscencia de él son debilitadas y mortificadas más y más, y los llamados son más y más fortalecidos y vivificados en todas las gracias salvadoras, para la práctica de la verdadera santidad, sin la cual ningún hombre verá al Señor La santificación es aquel procedimiento mediante el cual se nos hace partícipes de la santidad de Dios; es una separación para un servicio especial a Dios; principia en la regeneración, es progresiva en su desarrollo, y llega al estado de perfección en la purificación de los cuerpos en la segunda venida de Cristo.

El bautismo en el Espíritu

Santo

El bautismo en el Espíritu Santo: Creemos que el bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia espiritual diferente a la salvación y posterior al nuevo nacimiento en Cristo. La manifestación de que se ha recibido es hablar en otras lenguas, no por propio impulso del hombre, sino bajo la dirección del Espíritu Santo. Es dado para capacitar al creyente en el cumplimiento de la gran comisión.

Espíritu Santo vino para glorificar a Cristo y para aplicar la obra salvadora de Cristo a nuestro

corazón. Nos convence de pecado y nos lleva al Salvador. Al morar en nuestro corazón, nos da

nueva vida, nos habilita y nos imparte dones para el servicio. Nos instruye y nos guía a toda la

verdad, y nos sella para el día de la redención

Las lenguas no son la señal del bautismo del Espíritu. Por ningún lado en la Biblia hay un mandamiento a ser bautizado por el Espíritu.

La Sanidad

La sanidad divina: Creemos en la sanidad divina, y ésta se recibe por fe con base en el sacrificio expiatorio de Cristo.

No

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