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Comparacion Doctrinal Del Adventismo Y Las Asambleas De Dios


Enviado por   •  22 de Agosto de 2013  •  4.674 Palabras (19 Páginas)  •  586 Visitas

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Comparación Doctrinal de las A.D. con el Adventismo

A cerca de los adventistas podemos decir que son buenos cristianos que aman sinceramente a Dios y confían en Cristo. Tratan de aliviar el sufrimiento humano y ayudar a los necesitados. Los adventistas del séptimo día son ortodoxos con respecto a sus doctrinas sobre Dios, la Biblia, el hombre y el pecado. Sus fundadores con Guillermo Miller, Hiram Edison, José Bates, y Elena Harmon de White.

A continuación se muestra una tabla en el lado izquierdo, con el contenido de la Síntesis de la Declaración de Fe de las Asambleas de Dios en la cual establece los 16 puntos doctrinales en los cuales creemos, y en el lado derecho se presenta la comparación con respecto de los Adventistas y sus 28 puntos doctrinales.

(http://www.asambleasdedios.mx/html/nosotros.html)

(http://adventistas.es/creeemos/nuestras-creencias/)

1. La inspiración de las Escrituras: Creemos que la Biblia es la palabra de Dios, nuestra única regla infalible de fe y conducta, por haber sido inspirada por el Espíritu Santo.

1. Las Santas Escrituras

Las Santas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son la Palabra de Dios escrita, dada por inspiración divina por intermedio de santos hombres de Dios que hablaron y escribieron al ser movidos por el Espíritu Santo. En esta Palabra, Dios ha transmitido al ser humano el conocimiento necesario para la Salvación. Las Santas Escrituras son la infalible revelación de la voluntad divina. Son la norma para el carácter, la prueba de la experiencia, la revelación autorizada de doctrinas, y el registro confiable de la actuación de Dios en la historia.

2. El Dios único y verdadero: Creemos que hay un solo Dios verdadero, que se ha revelado como el Creador de todas las cosas, y que existe eternamente. En la unidad esencial de Dios hay distinción de personas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Esta doctrina de un solo Dios que subsiste eternamente en tres personas es llamada la Trinidad.

2. La Trinidad

Hay un solo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo, una unidad de tres Personas coeternas. Dios es inmortal, omnipotente, omnisciente, por encima de todo (trascendente), y siempre presente. Es infinito y está más allá de la comprensión humana, aunque es conocido por su revelación de sí mismo. Es eternamente digno de alabanza, adoración y servicio por toda la creación.

3. El hombre, su caída, redención y esperanza: Creemos que el hombre fue creado por Dios en estado de inocencia, pero a consecuencia de la desobediencia adquirió una naturaleza pecaminosa y quedó sujeto a la condenación eterna. Su única fuente de redención y esperanza de vida eterna está en el sacrificio de Jesucristo en la cruz del Calvario y su resurrección de entre los muertos. 7. La Naturaleza del Hombre

El hombre y la mujer fueron formados a imagen de Dios con individualidad, con el poder y la libertad de pensar y actuar. Aunque fueron creados como seres libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y espíritu, dependientes de Dios para la vida, el aliento y todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, negaron su dependencia de Él y cayeron de su elevada posición bajo Dios. La imagen de Dios en ellos fue desfigurada, pasando a estar sujetos a la muerte. Sus descendientes comparten esa naturaleza caída y sus consecuencias. Nacen con las debilidades y tendencias al mal. Pero Dios en Cristo reconcilió consigo al mundo y a través de su Santo Espíritu restaura en los mortales penitentes la imagen

de su Hacedor. Creados para la gloria de Dios, son llamados a amarle y amarse los unos a los otros, y cuidar del medio ambiente.

4. La salvación del hombre: Creemos que la salvación se obtiene cuando el hombre se arrepiente de sus pecados y acepta por la fe el perdón de Dios ofrecido a través de Jesucristo. Además, el Espíritu Santo le da seguridad interna de que ha sido hecho hijo de Dios. A partir de este momento el hombre salvo debe vivir una nueva vida, recta y santa. 10. La Experiencia de la Salvación

En infinito amor y misericordia, Dios permitió que Cristo, quien no conoció pecado, se convirtiese en pecado por nosotros, para que en Él fuésemos hechos justicia de Dios. Guiados por el Espíritu Santo sentimos nuestra necesidad, reconocemos nuestra pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones y ejercemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como Sustituto y Ejemplo. Esta fe que recibe la salvación, viene a través del poder de la Palabra y es el don de la gracia de Dios. Por medio de Cristo somos justificados, adoptados como hijos e hijas de Dios y libertados del dominio del pecado. Por medio del Espíritu, nacemos de nuevo y somos justificados.; el Espíritu renueva nuestra mente, escribe la ley de amor de Dios en nuestro corazón y se nos da el poder de vivir una vida santa. Permaneciendo en Él, llegamos a ser participantes de la naturaleza divina y tenemos la seguridad de la salvación, ahora y en el Juicio.

5. La santificación del creyente: Creemos que la santificación es un estado de gracia al cual entra el creyente al aceptar a Cristo, e implica separarse de la mundanalidad y consagrarse a Dios, procurando vivir en un estado de pureza moral mediante la ayuda diaria del Espíritu Santo. 22. Conducta Cristiana

Somos llamados para ser un pueblo piadoso, que piensa, siente y actúa de acuerdo con los principios del Cielo. Para que el Espíritu recree en nosotros el carácter de nuestro Señor, nos involucramos sólo en aquellas cosas que producirán en nuestra vida pureza, salud y alegría semejantes a las de Cristo. Esto quiere decir que nuestra diversión y entretenimiento deberían cumplir la más alta norma del gusto y belleza cristianos. A la vez que reconocemos las diferencias culturales, nuestro vestido tiene que ser sencillo, modesto y pulcro, adecuándose aquellos cuya auténtica belleza no consiste en adorno externo sino en el incorruptible adorno de un espíritu tranquilo y afable. También significa que, dado que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlo de forma inteligente. Con ejercicio y descanso adecuados, debemos adoptar la dieta más saludable posible y abstenernos de alimentos inmundos identificados en las Escrituras. Dado que el uso de las bebidas alcohólicas, el tabaco, y el uso irresponsable de drogas y narcóticos son dañinos para nuestra salud, debemos de abstenernos

de ellos. En su lugar, debemos participar en cualquier cosa que eleve nuestros pensamientos y cuerpos a la disciplina de Cristo, quien desea nuestra salud completa, gozo y bienestar.

6. El bautismo en el

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