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Cristianismo

porterrc22 de Abril de 2014

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CRISTIANISMO

La gesta iniciada por el judío Jesús 2

Extensión del cristianismo 3

Creencias 5

Estructura 8

La gesta iniciada por el judío Jesús

Las investigaciones de los historiadores, cual sea el origen o credo de estos, prácticamente no tienen dudas en que Jesús fue un personaje histórico, judío el cual descendía de Abrahán, Judá y David. Vivió con su padre terrenal, José, quién lo adoptó desde que María lo había concebido aun siendo virgen por obra del Espíritu Santo, y cuyo milagro fue anunciado por el arcángel Gabriel. Nació Jesús lejos de toda pompa, en un pesebre de un establo en Belén, cuando sus padres se hallaban huyendo del decreto del rey judío Herodes, quien, habiendo recibido las noticias de que el nuevo Mesías estaba a punto de nacer, ordenó exterminar a todos los niños de entonces. Pero la gracia de Dios hizo que Jesús se salve y así creció en Medio oriente como cualquier otro judío, asistiendo al Templo local y aprendiendo carpintería de su padre adoptivo. Entre los doce y treinta años, no se conoce de su vida. Luego de esto los evangelios señalan que fue Jesús a bautizarse con su primo Juan al río Jordán. En aquella ocasión la tradición cristiana indica que el Espíritu Santo descendió.

Con el tiempo reunió un grupo de discípulos, los cuales le ayudaron a predicar, práctico muchos milagros y dio consejos a tantos desdichados. Pero, ¿Cuál era la misión de Jesús y por qué fue distinto a los demás judíos de su época y los profetas que le precedieron? Pues bien, para los cristianos, él fue más porque era el hijo de Dios y su misión la dejamos en las palabras de Juan: “porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para que juzgara al mundo, sino para que el mundo se salve por medio de él”. Con el tiempo, tanto en su bautizo como en la reunión que probablemente se llevó a cabo en el Monte Hermón, Jesús dio prueba ante numerosos testigos de que tenía la aprobación de Dios (trasfiguración de Jesús).

El tiempo pasó y su mensaje causó alarma entre los reyes herodianos de Judea, y como era de esperarse, con el trascurrir del tiempo le recriminaron el llamarse Hijo de Dios, rey, y de atentar contra la autoridad del César. Así entonces, con 33 años, Jesús fue traicionado por Judas, uno de sus discípulos y finalmente es entregado a Poncio Pilato.

Para los judíos que eran dirigentes políticos de Judea, era terriblemente desalentador que un hombre que decía ser el Hijo de Dios, el Mesías, fuese todo lo contrario a lo que esperaban. Los judíos de aquella época querían un caudillo que los libere del yugo romano y destruya a sus enemigos, pero Jesús decía: “pon la otra mejilla”; querían un líder que les hablase de tácticas de guerra, de modos de hacer política, pero Jesús decía “ama a tu prójimo como a ti mismo”; los judíos querían rebelarse contra la autoridad del César, pero Jesús decía: “dadle al César lo que es del César, y dadle a Dios lo que es de Dios”; los judíos querían juzgar a los delincuentes e inmorales con total severidad; pero Jesús decía: “el que esté libre de pecado, que arroje la primera piedra”. Como vemos, el mensaje de este Mesías era revelador y muy poco ortodoxo a lo que las autoridades judías esperaban. Por eso no resulta tan desacertado que no lo hayan reconocido como el hijo de Dios y que más bien lo entregasen a Poncio Pilato para ser juzgado por sedición contra Roma. Finalmente, éste último, presionado por los judíos que no reconocieron a Jesús, cedió ante sus insistencias y ordenó su crucifixión.

Jesús, quien había resucitado a Lázaro y otros personajes, ya les había hablado a sus discípulos de la resurrección. Tres días después de su muerte, y cuando las autoridades de Pilato habían aumentado la seguridad en la tumba de Jesús; unas mujeres encontraron la roca que cubría su lugar de descanso, arrimada a un costado y allí no encontraron el cuerpo. Dentro, un ángel les advirtió que Jesús había cumplido su promesa y resucitado, y que era menester repartir el mensaje a sus discípulos. Según los cristianos, antes de elevarse finalmente a los cielos, Jesús se apareció al menos ante 500 testigos oculares que confirmaron la resurrección con sus propios ojos.

Extensión del cristianismo

Luego de la muerte de Jesús, sus apóstoles, sobre todo Pablo y Pedro se encargaron de expandir el cristianismo hacia el oeste. Con el pasar de las décadas del siglo I d.n.e., las zonas de Egipto, Grecia e Italia estaban infestadas de cristianos, a los cuales la idea de una resurrección, de un Dios misericordioso y su hijo que había muerto por sus pecados, les daba una vida mejor en materia espiritual, teniendo en cuenta las guerras, los regímenes crueles, las hambrunas y la maldad generalizada del mundo en aquellas épocas. Los cristianos pronto se hicieron muy famosos y su popularidad llegó hasta la misma Roma, donde muchos emperadores gustaban de arrojarlos a los circos para que “jueguen” con los leones. También eran sometidos a burlas, rechazo social y toda clase de discriminaciones, pues los seguidores de esta fe no querían adorar al César o a los dioses paganos, participar de sus ritos ni tampoco de sus celebridades. A pesar de las muertes, el aumento de los cristianos no disminuyó y llegó a lugares lejanos como el actual Portugal, norte de África y hasta Inglaterra, aunque aún en pequeñas comunidades.

Sin embargo el mundo de la cristiandad cambiaría de repente cuando en el año 313 d.n.e. el emperador romano Constantino decidió convertirse al cristianismo (ya varios nobles romanos se habían adherido a la fe, demostrando que su avance había roto las diferencias sociales). Al parecer Constantino previamente a la Batalla del puente Milvio había tenido un sueño en el cual, de poner el monograma cristiano en los escudos de su ejército, entonces tendría asegurada la victoria. Así sucedió, y tras derrotar a Majencio, los cristianos pudieron respirar tranquilos porque se estableció la tolerancia religiosa. Con Constantino también se iniciaron los concilios ecuménicos, en los cuales se dieron las pautas para el cristianismo de estado que más tarde sería institucionalizado. Concilios ha habido varios en la historia y no vamos a detallar uno por uno, pero diremos sólo, que en cada uno de ellos se trataron temas como la Trinidad, la naturaleza divina de Cristo, la subordinación de éste al padre, entre otros puntos. Algunas iglesias orientales no concordaron en los mismos términos que el popular patriarcado de Roma (el cual se creía con mayor jerarquía que el de los demás) y así se fueron formando la Iglesia copta en Egipto y Abisinia, las Iglesias jacobitas de Siria y Armenia, entre otras. Pero Constantino había fundado la otra capital del imperio, la famosa Constantinopla, en la cual, el patriarca cristiano de dicha ciudad, pronto entró en seria competencia con el de Roma, el cual alegaba ocupar la silla de Pedro, considerado el primer Papa, y por tanto éste Papado, debía tener mayor jerarquía que los demás patriarcados. Sea como sea, para el año 1054, las diferencias entre uno y otro patriarcado fueron imposibles de solucionar. Ni Roma ni Bizancio aceptaban subordinarse a la otra, y así se fueron formando las Iglesias ortodoxas orientales como la griega, la polaca, la rusa, rumana, serbia, entre otras a lo largo de la historia.

La Iglesia Católica de Roma pasó a controlar el mundo occidental cristiano, aunque con el pasar de los siglos, por cierto, surgieron muchos enemigos como los valdenses, los albigenses, hasta llegar a la crisis más importante: la Reforma Protestante, la cual, si bien no intentó atentar contra la hegemonía papal, sí intentó cambiar parte del dogma católico. Obviamente esto significó persecuciones, muertes, matanzas y divisiones en más de un siglo de Guerras Religiosas. De la Reforma Protestante, al menos en Inglaterra surgiría la Iglesia Anglicana, aunque Escocia e Irlanda afirman tener sus propias iglesias nacionales, y en otras partes de Europa, las Iglesias Protestantes, Luteranas, Calvinistas, Episcopales (de donde además se tienen en cuenta las divisiones metodistas, bautistas, pentecostales, entre otras.), que en ocasiones cada potencia se encargaría de llevar a sus colonias. Esto quiere decir que para el fin de la Edad Media, los cristianos ya se hallaban totalmente divididos; aunque hay que reconocer, los católicos pasaron a ser el grupo mayoritario gracias al país más fiel para el Papado: España. En efecto, debido a las invasiones castellanas a gran parte de América (y otros lugares del mundo como Filipinas, islas del Pacífico, colonias en África y demás), esta Corona se encargaría de extender totalmente el culto cristiano católico, por lo cual esta iglesia sigue siendo la que más adeptos a nivel mundial tiene. Durante la Edad Moderna, debido al inicio del colonialismo y de los grandes viajes, la búsqueda de recursos y de territorios, significó también una gran evangelización de diferentes pueblos del mundo, y así misioneros llegaron a lugares como India, China, Japón u Oceanía. En los últimos tiempos nuevos movimientos cristianos como el Judaísmo Mesiánico, los Testigos de Jehová y los mormones, por sólo citar algunos, han surgido formando nuevos grupos occidentales cristianos. De todos modos, y a pesar de las diferencias obvias entre las diversas sectas, el cristianismo sigue siendo la religión con más creyentes en todo el mundo, tal vez por su consistente mensaje esperanzador, tan necesario en la historia de la humanidad.

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