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Cómo Vencer El Mal


Enviado por   •  29 de Marzo de 2013  •  28.447 Palabras (114 Páginas)  •  330 Visitas

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COMO VENCER EL MAL

PREFACIO

No he tratado con anterioridad en ninguno de mis escritos este importante tema. Este es un nuevo

territorio. Sin embargo, el siguiente material consiste de una larga exposición práctica, de la última parte del

capítulo 12 del libro de Romanos, lo cual no es nuevo en nuestro trabajo de consejería. El tipo de instrucción

bíblica dada en este libro, ha sido usado todos estos años para ayudar a muchas personas, quienes se encontraban

a sí mismas en un combate, mano a mano, contra el mal. Es mi esperanza que este libro sea muy divulgado y que

encuentre mucho uso entre los cristianos en general. Particular mente, que sea usado como una “lectura recomendada”

para los desconsolados, quienes están luchando con los problemas que este libro trata. Creo que los consejeros

en todas partes, encontrarán que el libro es una importante adición a su ministerio de consejería. Por esta

razón lo he conservado pequeño y resumido. Debido a que muchos cristianos son derrotados, precisamente

en el punto de sus respuestas a los ataques que hacen sobre ellos personas maliciosas y debido también a que no

hay un manual escrito en estilo simple y fiel a las Escrituras, al cual ellos puedan dirigirse para ser guiados y

fortalecidos, es mi esperanza que en alguna medida, con la publicación de este libro, ellos encuentren lo que

necesitan. El libro trata no solo con lo que el creyente debe hacer para derrotar el mal; sino también (como lo dice

el pasaje en el cual está basado), con el como hacerlo.

Jay E. Adams, 1977 Decano del Instituto de Estudios Pastorales. Fundación Cristiana de Consejería y Educación.

INTRODUCCION

“¡No pueden hacerme esto a mí! Ahora mismo lo arreglaré, yo sé como tratar a este tipo de gente. Mire

usted, en primer lugar...” No es raro que tales palabras provengan de los labios de un creyente, y no solo de

aquellos que son inmaduros o débiles. Todo creyente sabe que también él, en muchas ocasiones, se ha equivocado.

Pero, aún entre los creyentes maduros ¿Cuántos saben qué hacer con la actitud que está oculta detrás de estas

palabras? ¿Cuántos saben cuál debería ser la actitud cristiana y cómo manifestarla?

Cuando alguien me agrede ¿Debería vengarme de cualquier manera? ¿Debo permanecer totalmente

pasivo? ¿Es acaso esto lo que significa poner la otra mejilla? ¿Cómo debo manejar mis sentimientos cuando me

ofenden o me hacen enojar? ¿Qué hacer con mi reacción inmediata? Quizás algunas veces, antes de que pueda

pensar en lo que estoy haciendo, ya he reaccionado con sarcasmo y otras veces ya regresé a pelear (al menos con

palabras). Parezco ser una criatura de hábitos, los cuales son difíciles de romper. Tengo buenas intenciones de

hacer lo contrario, pero fallo en mi práctica de criticar a los demás. Frecuentemente, en mi batalla contra el mal,

soy más derrotado que victorioso. ¿No hay alguna manera que yo pueda aprender para al menos, permanecer

firme? o ¿Estoy sentenciado por el resto de mi vida terrenal al fracaso? Trato de controlar mi lengua pero no es

fácil, y aunque no digo cosas malas, sé qué las estoy pensando y sé que esto no es lo correcto. Pero, precisamente,

uno de mis problemas más grandes es cómo saber cual cosa es lo correcto. ¿Cómo puedo saber qué hacer y al

saberlo, cómo puedo ser capaz de hacerlo? En resumidas cuentas, este es mi problema. ¿Está usted confundido

también o perplejo por esta clase de preguntas?

Es posible, por supuesto, que usted haya descubierto las respuestas de Dios a estas preguntas y que, usted

está siguiéndolas exitosamente en sus actividades diarias. Usted ha aprendido cómo responder a su suegra cuando

critica su forma de cocinar, o cuando dice a alguna amistad, que usted no estaba lo suficientemente preparada

para casarse con su hijo. Quizás usted, hace tiempo, tiene problemas para manejar su actitud hacia su jefe; porque

éste falla en reconocerle sus esfuerzos extras, y en cambio, encuentra fallas en usted y le culpa de cosas que otros

han hecho. Además, usted no ha dicho mucho respecto a esto (no podría arriesgarse a perder su empleo). Pero,

ciertamente que pensó toda clase de cosas duras en contra de él. Con el tiempo, al parecer en forma impensada,

usted se descubre a sí misma orando (sí, dije orando); para que Dios remueva a esa persona de su empleo y de la

tierra si fuera posible. Más de una vez, usted le ha dicho (detrás de sus palabras) “maldito”. Usted supo que estos

pensamientos y palabras estaban equivocadas y lo lamentó. Tal vez, en medio de esta lucha, usted ha descubierto

la respuesta de Dios, y a través del arrepentimiento y una piadosa aplicación de la Biblia a su situación de trabajo,

usted ha encontrado la manera de vencer estos pecados. El Espíritu Santo no solo le ha cambiado a través de

remover esas actitudes, pero El le ha ayudado a sustituirlas con pensamientos bíblicos y palabras que le han hecho

victorioso sobre la maldad. De hecho, su cambio de actitud le ha traído nuevas condiciones que le han conducido

a oportunidades de testificarle a su jefe.

Si

...

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