Documento De Medellin
ivonnelis29 de Noviembre de 2014
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DOCUMENTO DE MEDELLIN
|PVI PASTORAL POPULAR
1. SITUACION
|p1 En la gran masa de bautizados de América Latina, las condiciones de fe, creencias y prácticas cristianas son muy diversas, no sólo de un país a otro, sino entre regiones de un mismo país, y entre los diversos niveles sociales. Se encuentran grupos étnicos semipaganizados; masas campesinas que conservan una profunda religiosidad y masas de marginados con sentimientos religiosos, pero de muy baja práctica cristiana.
Hay un proceso de transformación cultural y religiosa. La evangelización del continente experimenta serias dificultades, que se ven agravadas por la explosión demográfica, las migraciones internas, los cambios socio-culturales, la escasez de personal apostólico y la deficiente adaptación de las estructuras eclesiales.
Hasta ahora se ha contado principalmente con una pastoral de conservación, basada en una sacramentalización con poco énfasis en una previa evangelización. Pastoral apta sin duda en una época en que las estructuras sociales coincidían con las estructuras religiosas, en que los medios de comunicación de valores <familia, escuela y otros> estaban impregnados de valores cristianos y donde la fe transmitía casi por la misma inercia de la tradición.
Hoy, sin embargo, las mismas transformaciones del continente exigen una revisión de esa pastoral, a fin de que se adapte a la diversidad y pluralidad culturales del pueblo latinoamericano.
|PVIII CATEQUESIS
|p10 Para los cristianos tiene una importancia particular la forma comunitaria de vida, como testimonio de amor y de unidad.
No puede, por tanto, la catequesis limitarse a las dimensiones individuales de la vida.
Las comunidades cristianas de base, abiertas al mundo e insertadas en él, tienen que ser el fruto de la evangelización, así como el signo que confirma con hechos el Mensaje de Salvación.
En esta catequesis comunitaria se debe tener en cuenta la familia, como primer ambiente natural donde se desarrolla el cristiano. Ella debe ser el objeto de la acción catequística, para que sea dignificada y sea capaz de cumplir su misión. Y al mismo tiempo la familia, "iglesia doméstica", se convierte en agente eficaz de la renovación catequística.
PIX LITURGIA
|p7 Para que la liturgia pueda realizar en plenitud estos aportes, necesita:
a> Una catequesis previa sobre el misterio cristiano y su expresión litúrgica <24>;
b> Adaptarse y encarnarse en el genio de las diversas culturas <25>;
c> Acoger, por tanto, positivamente la pluralidad en la unidad, evitando erigir la uniformidad como principio "a priori" <26>;
d> Mantenerse en una situación dinámica que acompañe cuanto hay de sano en el proceso de la evolución de la humanidad <27>;
e> Llevar a una experiencia vital de la unión entre la fe, la liturgia y la vida cotidiana, en virtud de la cual llegue el cristiano al testimonio de Cristo <28>.
No obstante, la liturgia, que interpela al hombre, no puede reducirse a la mera expresión de una realidad humana, frecuentemente unilateral o marcada por el pecado, sino que la juzga, conduciéndola a su pleno sentido cristiano <29>.
|PXV PASTORAL DE CONJUNTO
1. HECHOS
|p1 En nuestro continente, millones de hombres se encuentran marginados de la sociedad e impedidos de alcanzar la plena dimensión de su destino, sea por la vigencia de estrcturas inadecuadas e injustas, sea por otros factores, como el egoísmo o la insensibilidad. Por otra parte, en él se está imponiendo la conciencia de que es necesario poner en marcha o activar un proceso de integración en todos los niveles:
desde la integración de los marginados a los beneficios de la vida social, hasta la integración económica y cultural de nuestros países.
|p2 La Iglesia debe afrontar esta situación con estructuras pastorales aptas, es decir, obviamente marcadas con el signo de la organicidad y de la unidad. Ahora bien, cuando se examina la realidad desde este punto de vista, se constatan algunos hechos de signo positivo y otros de signo negativo.
|p3 Entre los primeros podemos mencionar:
a> La conciencia bastante difundida, aunque a veces imprecisa y vaga, de las ideas de "Pastoral de conjunto" y de "Planificación pastoral", como también diversas realizaciones efectivas en estas líneas;
b> La vitalización de las vicarías foráneas, la creación de zonas y la constitución de equipos sacerdotales, por exigencias de acción pastoral conjunta; c> La celebración de Sínodos y la constitución, ya comenzada en muchos lugares, de los Consejos presbiterial y pastoral propiciados por el Concilio;
d> El deseo de los laicos de participar en las estructuras pastorales de la Iglesia; e> La importancia adquirida por las Conferencias Episcopales y la misma existencia de la Conferencia General del Espiscopado Latinoamericano y del CELAM.
|p4 Entre los hechos de signo negativo figuran los siguientes:
a> Inadecuación de la estructura tradicional en muchas parroquias para proporcionar una vivencia comunitaria;
b> Sensación bastante generalizada de que las curias diocesanas son organismos burocráticos y administrativos;
c> Desazón en muchos sacerdotes, proveniente de no encontrar un lugar claro y satisfactorio en la estructura pastoral; esto ha sido a menudo un factor decisivo en algunas crisis sacerdotales, como también, por analogía de situaciones, en las crisis deun número considerable de religiosos y laicos;
d> Actitudes particularistas de personas o institucicones en situaciones que exigen coordinación;
e> Casos de aplicación desacertada de la Pastoral de conjunto o de la Planificación, sea por improvisación o incompetencia técnica, sea por excesiva valoración de los "planes", sea por una concepción demasiado rígida y autoritaria de su puesta en práctica.
2. PRINCIPIOS DOCTRINALES
|p5 Toda revisión de las estructuras eclesiales en lo que tienen de reformable, debe hacerse, por cierto, para satisfacer las exigencias de situaciones históricas concretas, pero también con los ojos puestos en la naturaleza de la Iglesia. La revisión que debe llevarse a cabo hoy en nuestra situación continental, ha de estar inspirada y orientada por dos ideas directrices muy subrayadas en el Concilio: la de comunión y la de catolicidad <1>.
|p6 En efecto, la Iglesia es ante todo un misterio de comunión católica, pues en el seno de su comunidad visible, por el llamamiento de la Palabra de Dios y por la gracia de sus sacramentos, particularmente de la Eucaristía, todos los hombres pueden participar fraternalmente de la común dignidad de hijos de Dios <2>, y todos también, compartir la responsabilidad y el trabajo para realizar la común misión de dar testimonio del Dios que los salvó y los hizo hermanos en Cristo <3>.
|p7 Esta comunión que une a todos los bautizados, lejos de impedir, exige que dentro de la comunidad eclesial exista multiplicidad de funciones específicas, pues para que ella se constituya y pueda cumplir su misión, el mismo Dios suscita en su seno diversos ministerios y otros carismas que le asignan a cada cual un papel peculiar en la vida y en la acción de la Iglesia. Entre los ministerios, tienen lugar particular los que están vinculados con un carácter saceramental. Estos introducen en la Iglesia una dimensión estructural de derecho divino. Los diversos ministerios, no sólo deben estar al servicio de la unidad de comunión, sino que a su vez deben constituirse y actuar en forma solidaria. En especial, los ministerios que llevan anexa la función pastoral, episcopado y prebiterado deben ejercerse siempre en espíritu colegial, y así obispos y presbíteros, al tener que actuar siempre como miembros de un cuerpo <colegio espiscopal o presbiterio, respectivamente>, "ejemplar" de comunión: "forma facti gregis" <4>.
|p8 Es esencial que todas las comunidades eclesiales se mantengan abiertas a la dimensión de comunión católica, en tal forma que ninguna se cierra sobre sí misma.
Asegurar el cumplimiento de esta exigencia es tarea que incumbe particularmente a los ministros jerárquicos, y en forma especialísima a los obispos, quienes, colegialmente unidos con el Romano Pontífice, su Cabeza, son el principio de la catolicidad de las Iglesias. Para que dicha abertura sea efectiva y no puramente jurídica, tiene que haber comunicación real, ascendente y descendente, entre la base y la cumbre.
|p9 De todo lo dicho se desprende que la acción pastoral de la comunidad eclesial, destinada a llevar a todo el hombre y a todos los hombres a la plena comunión de vida con Dios en la comunidad visible de la Iglesia, debe ser necesariamente global, orgánica y articulada. De aquí, a su vez, se infiere que las estructuras eclesiales deben ser periódicamente revisadas y reajustadas en tal forma que pueda desarrollarse armoniosamente lo que se llama una Pastoral de conjunto; es decir, toda esa obra salvífica común exigida por la misión de la Iglesia en su aspecto global, "como fermento y alma de la sociedad que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios"
<5>.
3. ORIENTACIONES PASTORALES
RENOVACION DE ESTRUCTURAS PASTORALES
Comunidades cristianas de base
|p10 La vivencia de la comunión a que ha sido llamado, debe encontrarla el cristiano en su "comunidad de base": es decir,
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