Documento Eclesiastico Christus Dominus

CHRISTUS DOMINUS (1965)

SOBRE EL MINISTERIO PASTORAL DE LOS OBISPOS

Este decreto nos habla sobre el ministerio pastoral de los Obispos

PROEMIO (1-3)

Jesús hijo de Dios, vino a salvar al pueblo del pecado, santificar a los hombre y guiarlos al Padre y envío a sus Apóstoles ayudados por el Espíritu Santo para glorificar al padre y ayudar en la salvación de los hombres. El Papa a quien confío Cristo apacentar a sus ovejas desde Pedro, tiene la potestad divina, plena y universal del cuidado de las almas, también se cuenta con los Obispos, puestos por el Espíritu Santo, ocupando el lugar de los Apóstoles como pastores de las almas junto con el Sumo Pontífice, a quienes Cristo dio el mandato y el poder de enseñar a todas las gentes y de santificar a los hombres en la verdad y de apacentarlos.

El Concilio, considerando también las condiciones de la sociedad humana, que en nuestros tiempos está abocada a un orden nuevo, intentando determinar más concretamente el ministerio pastoral del os Obispos, establece lo siguiente:

I. LOS OBISPOS CON RELACIÓN A TODA LA IGLESIA

II. LOS OBISPOS CON RELACIÓN A LAS IGLESIAS PARTICULARES O DIÓCESIS

III. LOS OBISPOS DE LAS DISTINTAS DIÓCESIS EN COLABORACIÓN PARA EL BIEN COMÚN

CAPÍTULO I “LOS OBISPOS CON RELACIÓN A TODA LA IGLESIA”

I. Papel que desempeñan los obispos con relación a la Iglesia universal

Ejercicio de la potestad del Colegio de los Obispos (1)

Los Obispos, quedan constituidos miembros del Cuerpo Episcopal. Por tanto, determina el sagrado Concilio que todos los Obispos que sean miembros del Colegio Episcopal tienen derecho a asistir al Concilio Ecuménico".

Sínodo o Consejo de los Obispos (2)

Los Obispos prestan al Supremo Pastor de la Iglesia una ayuda más eficaz constituyendo un consejo que se designa con el nombre de sínodo episcopal y que todos los Obispos en comunión jerárquica son partícipes de la solicitud de toda la Iglesia.

Los Obispos, partícipes de la solicitud para todas las Iglesias (6 – 7)

Los Obispos, son legítimos sucesores de los Apóstoles y miembros del Colegio Episcopal, por lo tanto deben reconocerse siempre unidos entre sí y muestren que son solícitos por todas las Iglesias, porque por institución de Dios y exigencias del ministerio apostólico, cada uno debe ser fiador de la Iglesia juntamente con los demás Obispos. Les pide que pongan todo su empeño en que los fieles sostengan y promuevan con ardor las obras de evangelización y apostolado. Procuren, además, preparar dignos ministros sagrados e incluso auxiliares, tanto religiosos como seglares, para las misiones y los territorios que sufren escasez de clero, no perdiendo de vista los Obispos, que, en el uso de los bienes eclesiásticos, tienen que tener también en consideración las necesidades no sólo de su diócesis, sino de las otras Iglesias particulares, puesto que son parte de la única Iglesia de Cristo. Además los Obispos deben manifestar un amor fraterno y ayudar con un sincero y eficaz cuidado, sobre todo, a los Obispos que se ven perseguidos con calumnias y vejámenes por el Nombre de Cristo, encerrados en las cárceles o impedidos de desarrollar su ministerio, para que sus penas se alivien y suavicen con las oraciones y la ayuda de los demás hermanos.

II. Los Obispos y la Santa Sede (8.a y 8.b)

Nos indica que los Obispos son sucesores de los Apóstoles y por lo tanto se les confía toda la potestad ordinaria para su ejercicio pastoral, todos los Obispos diocesanos tienen la facultad de dispensar algún caso particular de una ley general de la Iglesia a los fieles, siempre que lo juzgue conveniente.

Dicasterios de la Curia Romana (9-10)

El Obispo sirve a de los dicasterios de la Curia Romana, realizan su labor en su nombre y bajo su autoridad, para bien de las Iglesias y servicio de los sagrados pastores. Los Padres conciliares que estos dicasterios, sean reorganizados según las necesidades de los tiempos y con una mejor adaptación a las regiones y a los ritos.

Estos dicasterios tienen que escuchar más a los seglares distinguidos por su piedad, su ciencia y experiencia, de forma que también ellos tengan su cometido conveniente en las cosas de la Iglesia.

CAPÍTULO II “LOS OBISPOS CON RELACIÓN A LAS IGLESIAS PARTICULARES O DIÓCESIS”

LOS OBISPOS CON RELACIÓN A LAS IGLESIAS PARTICULARES O DIÓCESIS

I. Los Obispos diocesanos

Noción de diócesis y oficio de los Obispos en ella (11)

En esta sección nos indica que la diócesis es una porción del Pueblo de Dios que se confía a un Obispo para que la apaciente con la cooperación del presbiterio, de forma que unida a su pastor y reunida por él en el Espíritu Santo por el Evangelio y la Eucaristía, constituye una Iglesia particular, en la que verdaderamente está y obra la Iglesia de Cristo, que es Una, Santa, Católica y Apostólica.

Cada uno de los Obispos a los que se ha confiado el cuidado de cada Iglesia particular, apacienten sus ovejas en el Nombre del Señor, desarrollando en ellas su oficio de enseñar, de santificar y de regir, deben dedicarse a su labor apostólica como testigos de Cristo delante de los hombres, interesándose totalmente a los que de alguna manera perdieron el camino de la verdad o desconocen el Evangelio y la misericordia salvadora de Cristo, para que todos caminen "en toda bondad, justicia y verdad" (Ef., 5,9).

Deber que tienen los Obispos de enseñar (12)

Anuncien a los hombres el Evangelio de Cristo, llamándolos a la fe con la fortaleza del Espíritu o confirmándolos en la fe viva.

Muéstrenles, asimismo, que las mismas cosas terrenas y las instituciones humanas, por la determinación de Dios Creador.

Enséñenles, por consiguiente, cuánto hay que apreciar la persona humana, con su libertad y la misma vida del cuerpo, según la doctrina de la Iglesia; la familia y su unidad y estabilidad, la procreación y educación de los hijos; la sociedad civil, con sus leyes y profesiones; el trabajo y el descanso, las artes

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