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EL CRISTIANISMO


Enviado por   •  7 de Octubre de 2013  •  2.156 Palabras (9 Páginas)  •  215 Visitas

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Historia del cristianismo – El Inicio de la Iglesia

La iglesia comenzó 40 días después de la resurrección de Jesucristo (35 d.C.). Jesús había prometido que Él edificaría Su iglesia (Mateo 16:18), y con la venida del Espíritu Santo en el día de Pentecostés (Hechos 2:1-4), la iglesia (la “asamblea de los apartados”) se inició oficialmente. Tres mil personas respondieron al sermón de Pedro ese día y decidieron seguir a Cristo.

Los primeros convertidos al cristianismo fueron judíos o prosélitos del judaísmo, y la iglesia estaba centrada en Jerusalén. Por esta razón, inicialmente el cristianismo fue visto como una secta judía, semejante a los fariseos, saduceos, o esenios. Sin embargo, lo que los apóstoles predicaban era radicalmente diferente de lo que otros grupos judíos estaban enseñando. Jesús era el Mesías judío (el Rey ungido) quien había venido para cumplir la Ley (Mateo 5:17) e instituir un Nuevo Pacto basado en Su muerte (Marcos 14:24). Este mensaje, con su carga de que ellos habían matado a su propio Mesías, enfureció a muchos líderes judíos, y algunos, como Saulo de Tarso, tomaron acciones para acabar con “el Camino” (Hechos 9:1-2)

Es muy adecuado decir que el cristianismo tiene sus raíces en el judaísmo. El Antiguo Testamento proporcionó el fundamento para el Nuevo, y es imposible comprender plenamente el cristianismo, sin un conocimiento básico del Antiguo Testamento (ver los libros de Mateo y Hebreos). El Antiguo Testamento explica la necesidad de un Mesías, contiene la historia del pueblo del Mesías, y predice la llegada del Mesías. En consecuencia, todo el Nuevo Testamento trata la llegada del Mesías y Su obra de salvarnos del pecado. En Su vida, Jesús cumplió más de 300 profecías específicas, probando que Él era Aquel de quien el Antiguo Testamento había profetizado.

Historia del Cristianismo – El Crecimiento de la Iglesia Primitiva

No mucho después de Pentecostés, las puertas de la iglesia fueron abiertas a los no-judíos. El apóstol Felipe predicó a los samaritanos (Hechos 8:5), y muchos de ellos creyeron en Cristo. El apóstol Pedro predicó a los gentiles de la casa de Cornelio (Hechos 10), y ellos también, recibieron el Espíritu Santo. El apóstol Pablo (el antes perseguidor de la iglesia) esparció el evangelio por todo el mundo greco-romano, llegando tan lejos como a la misma Roma (Hechos 28:16) y posiblemente todo el camino hasta España.

Por el año 70 d.C., Jerusalén fue destruido, pero los libros del Nuevo Testamento habían sido completados y estaban circulando entre las iglesias. Durante los siguientes 240 años, los cristianos fueron perseguidos por Roma, algunas veces al azar y otras veces por edictos gubernamentales.

En los siglos II y III, el liderazgo de la iglesia se volvió más y más jerárquico conforme crecían en número. Muchas herejías fueron expuestas y refutadas durante este tiempo, y fue acordado el canon del Nuevo Testamento. La persecución continuó intensificándose.

Historia del Cristianismo – El Surgimiento de la Iglesia Romana

Entonces, en el 312 d.C., el emperador romano Constantino, declaró haber tenido una experiencia de conversión. Cerca de 70 años después, durante el reinado de Teodosio, el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano. A los obispos les fueron asignados lugares de honor en el gobierno, y para el 400 d.C., los términos, romano y cristiano, fueron virtualmente sinónimos.

Entonces, después de Constantino, los cristianos ya no fueron perseguidos. Con el tiempo, fueron los paganos quienes estuvieron bajo persecución, a menos que se “convirtieran” al cristianismo. Tal conversión forzada, condujo a mucha gente a entrar a la iglesia sin un verdadero cambio de corazón. Los paganos trajeron con ellos a sus ídolos y las prácticas que ellos acostumbraban, y la iglesia cambió: a la sencillez de la adoración de la iglesia primitiva, fueron añadidos íconos, arquitectura elaborada, peregrinaciones y la veneración a los santos. Por este mismo tiempo, algunos cristianos se retiraron de Roma, eligiendo vivir en aislamiento como monjes, y el bautismo de infantes fue introducido como un medio para quitar el pecado original.

A través de los siguientes siglos, fueron organizados varios concilios eclesiásticos, en un intento por determinar la doctrina oficial de la iglesia, para censurar los abusos clericales y para hacer la paz entre facciones en guerra. Conforme el Imperio Romano se debilitaba, la iglesia se hizo más poderosa, y surgieron muchos desacuerdos entre las iglesias del occidente y las del oriente. La iglesia (latina) occidental, con su base en Roma, declaró tener la autoridad apostólica sobre todas las otras iglesias. Aún el obispo de Roma comenzó a llamarse a sí mismo el “Papa” (el Padre). Esto no fue bien recibido por la iglesia oriental (griega), con base en Constantinopla. Las diferencias teológicas, políticas, de procedimientos y lingüísticas, contribuyeron todas ellas al Gran Cisma de Oriente y Occidente en 1054, en el cual la iglesia Católica (Universal) Romana y la iglesia Oriental Ortodoxa se excomulgaron mutuamente y rompieron toda relación.

Historia del Cristianismo – La Edad Media

Durante la Edad Media en Europa, la Iglesia Católica Romana continuó manteniendo el poder, con los papas reclamando autoridad sobre todos los niveles de la vida y viviendo como reyes. La corrupción y la avaricia eran comunes en el liderazgo de la iglesia. De 1095 a 1204, los papas apoyaron una serie de sangrientas y costosas cruzadas en un esfuerzo por repeler los avances musulmanes y liberar a Jerusalén.

Historia del Cristianismo – La Reforma

A través de los años, muchos individuos habían tratado de llamar la atención a los abusos teológicos, políticos y de derechos humanos de la Iglesia Romana. Todos habían sido silenciados de una u otra manera. Pero en 1517, un monje alemán llamado Martín Lutero, se levantó contra la iglesia, y todos lo escucharon. Con Lutero vino la Reforma Protestante, y la Edad Media llegó a su fin.

Los reformadores, incluyendo a Lutero, Calvino y Swingli, diferían en muchos puntos segundarios de la teología, pero todos ellos eran consistentes en su énfasis de la suprema autoridad de la Biblia sobre las tradiciones de la iglesia y el hecho de que los pecadores son salvados por gracia, únicamente través de la fe, aparte de las obras (Efesios 2:8-9).

Aunque el catolicismo hizo su reaparición en Europa, y siguieron una serie de guerras entre católicos y protestantes, la Reforma había desmantelado exitosamente el poder de la Iglesia Católica Romana y ayudado

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