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El Bautismo


Enviado por   •  12 de Enero de 2013  •  Ensayos  •  3.878 Palabras (16 Páginas)  •  326 Visitas

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EL BAUTISMO

Juan 1:25-26 (Juan el Bautista)

25Y le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué, pues, bautizas, si tú no eres el Cristo, ni Elías, ni el profeta? 26Juan les respondió diciendo: Yo bautizo con agua; mas en medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis.

Juan estaba bautizando judíos. Los esenios (una estricta secta monástica de judíos) practicaban el bautismo para purificación, pero por lo general solo los que no eran judíos (gentiles) se bautizaban al convertirse al judaísmo. Cuando los fariseos preguntaron con qué autoridad bautizaba, estaban diciendo: «¿Por qué tratas al pueblo escogido de Dios como si fueran gentiles?» Juan contestó: «Yo bautizo con agua». Simplemente ayudaba a la gente a cumplir con un acto simbólico de arrepentimiento. Pero muy pronto vendría uno que en verdad perdonaría pecados, algo que solo el Hijo de Dios, el Mesías, podría hacer.

Mateo 3:6 (Como señal de arrepentimiento).

6y eran bautizados por él en el Jordán, confesando sus pecados.

Cuando usted se lava las manos, los resultados enseguida se notan. Pero el arrepentimiento tiene lugar en lo interior con una limpieza que no es vista en forma inmediata. De manera que Juan se valió de acto simbólico que la gente podía ver: el bautismo. El bautismo lo usaban los judíos para iniciar a los convertidos al judaísmo. De modo que la audiencia de Juan conocía bien el rito. El bautismo era señal de arrepentimiento y perdón. Arrepentirse es «cambiar de actitud», e incluye un cambio de conducta. Es dar vuelta del pecado hacia Dios. ¿Usted se ha arrepentido del pecado en su vida? ¿Pueden ver otros la diferencia en usted? Una vida cambiada con una conducta nueva y diferente hace del arrepentimiento algo real y visible.

3.6 El río Jordán tiene unos 110 km de largo, en lo que sería la parte más importante, esto es, entre el Mar de Galilea y el Mar Muerto. Jerusalén se halla unos 30 km al oeste del río. Era el límite de Israel en la parte este y muchos acontecimientos significativos en la historia de la nación tuvieron lugar allí. En el río Jordán los israelitas renovaron su pacto con Dios (Josué 1, 2). En ese mismo lugar Juan el Bautista los invitó a hacer lo mismo, esta vez a través del bautismo.

Mateo 3:11 (Lo que simboliza)

11Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.

Juan bautizaba a las personas como señal de que habían pedido a Dios el perdón de sus pecados y se habían decidido a vivir como Él quería que lo hicieran. El bautismo es una señal exterior. Pero la señal incuestionable del arrepentimiento es la vida cambiada para bien. No es el agua del bautismo lo que cambia vidas, sino la actitud del corazón. Juan dijo que Jesús bautizaría con el Espíritu Santo y fuego. Esto predecía el Pentecostés (Hechos 2), cuando Jesús enviaría al Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego a dotar de poder a sus seguidores para que predicaran el evangelio. También simboliza la obra del Espíritu Santo trayendo juicio de Dios sobre aquellos que rehúsan arrepentirse. Todos serán bautizados un día: ahora por el Espíritu Santo o más tarde por el fuego del juicio.

Marcos 1:4.

4Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo de arrepentimiento para perdón de pecados.

¿Por qué será que el Evangelio de Marcos comienza con la historia de Juan el Bautista y no menciona el nacimiento de Jesús? En aquellos tiempos, a los oficiales romanos de importancia siempre les precedía un anunciador o heraldo. Cuando el heraldo llegaba a un pueblo, la gente sabía que algún personaje prominente estaba al llegar. Ya que Marcos escribió sobre todo para cristianos romanos, comenzó su libro con Juan el Bautista, cuya misión era anunciar la venida de Jesús, el hombre más importante que jamás haya vivido. A los cristianos romanos no les hubiera interesado tanto el nacimiento de Jesús como el heraldo que le preparó el camino.

1.4 Juan decide vivir en el desierto: (1) para mantenerse alejado de las distracciones y poder oír mejor las instrucciones divinas; (2) para lograr la total atención del pueblo; (3) para simbolizar un violento rompimiento con la hipocresía de los líderes religiosos más interesados en sus lujosos hogares y posiciones de autoridad que en la obra de Dios; (4) para dar cumplimiento a las profecías del Antiguo Testamento que decían que Juan sería una «voz que clama en el desierto; preparad camino a Jehová» (Isaías 40.3).

1.4 En el ministerio de Juan, el bautismo era una señal visible de que una persona decidía cambiar, dejar su forma de vida de pecado y egoísmo y volverse a Dios. Juan adoptó una conocida costumbre y le dio un nuevo sentido. Los judíos a menudo bautizaban gentiles, los que se convertían al judaísmo. Pero bautizar a un judío como señal de arrepentimiento fue una radical desviación de la costumbre judía. La iglesia primitiva le dio al bautismo un significado mayor, al asociarlo con la muerte y resurrección de Jesús (véanse, por ejemplo, Romanos 6.3, 4; 1 Pedro 3.21).

Romanos 6:1-4

1¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?

2En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? 3¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte? 4Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.

En la iglesia de la época de Pablo, la inmersión era la forma usual de bautismo. Los nuevos cristianos se «sepultaban» por completo en el agua. Comprendían que esta forma de bautismo simbolizaba la muerte y sepultura de la vieja manera de vivir, seguida por una resurrección a la vida con Cristo. Si pensamos que nuestra antigua vida pecaminosa está muerta y sepultada, tenemos un motivo poderoso para resistir al pecado. Podemos decidir conscientemente tratarla como si estuviera muerta. Luego podemos continuar disfrutando nuestra nueva vida con Cristo. (Si desea más información acerca de este concepto, véanse Gálatas 3.27 y Colosenses 2.12 y 3.1–4.)

Colosenses 2:11-12

11En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo;

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