El Respeto
felixvelis21 de Abril de 2014
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TEMA: “EL RESPETO”.
MATERIA: “ÉTICA”.
FECHA : 18 de Noviembre de 2002
INTRODUCCIÓN:
Quiero comenzar recordando una gran frase de un gran hombre “Entre los hombre así como entre, las naciones, El respeto al derecho ajeno es la paz”, estas palabras fueron dichas por Benito Juárez hace ya tiempo, pero no podría existir mas verdad dentro de ellas. Cabe también mencionar que el respeto va de la mano con otro valor “la Tolerancia” ya que ninguno podría subsistir sin el otro.
En el trabajo que se presenta a continuación se trata de dar a conocer algunas aplicaciones del valor “RESPETO” en la vida cotidiana de las personas así como artículos acerca del mismo.
Se tomaron en cuenta diferentes puntos de vista así como también diversos temas para darle una mayor amplitud y mostrar la diversidad de situaciones en donde se puede utilizar.
Al realizar el trabajo, nos dimos cuenta que el respeto lo aplicamos de manera cotidiana y en todo momento, se puede decir que es uno de los valores más importantes ya que sin el creo que todos entraríamos en conflicto.
DEFINICIÓN:
RESPETO Significa valorar a los demás, acatar su autoridad y considerar su dignidad. El respeto se acoge siempre a la verdad; no tolera bajo ninguna circunstancia la mentira, y repugna la calumnia y el engaño.
El respeto exige un trato amable y cortes; el respeto es la esencia de las relaciones humanas, de la vida en comunidad, del trabajo en equipo, de la vida conyugal, de cualquier relación interpersonal. El respeto es garantía de transparencia.
El respeto crea un ambiente de seguridad y cordialidad; permite la aceptación de las limitaciones ajenas y el reconocimiento de las virtudes de los demás. Evita las ofensas y las ironías; no deja que la violencia se convierta en el medio para imponer criterios. El respeto conoce la autonomía de cada ser humano y acepta complacido el derecho a ser diferente.
El respeto a las personas es una aceptación y valoración positiva del otro por ser persona. Lleva consigo una aceptación incondicional de la persona tal y como es. Es decir, una aceptación sincera de sus cualidades, actitudes y opiniones; una comprensión de sus defectos. En el plano humano, el respeto a las personas implica no considerarse superior a nadie.
Todos sentimos que tenemos el derecho a ser respetados por los demás en nuestro modo de ser, de actuar y de expresarnos. Esto exige de nosotros el deber de respetar igualmente a todas las personas.
El respeto a las cosas es una actividad de valoración de todos los seres animados o inanimados, naturales o elaborados por el hombre, como medios necesarios para la vida y la realización personal de los seres humanos, en diversos niveles. En efecto, el hombre necesita de las cosas para cubrir todas las necesidades vitales, desde las necesidades más primarias y básicas (comida, vestido, alojamiento) hasta las necesidades más elevadas (desarrollo intelectual, contemplación y creatividad artística, etc.).
En concreto el respeto a las cosas lleva consigo actitudes de:
Admiración y aprecio de la belleza de las cosas y de su utilidad.
Delicadeza en el uso y colaboración en el mantenimiento de las cosas que existen para el servicio y disfrute de todos.
IRRESPETUOSIDAD: (antivalor)
Es la carencia del respeto
La flexibilidad
El valor de la flexibilidad permite al hombre acomodarse fácilmente al dictamen , a las exigencias de las circunstancias, a los requerimientos de nuevas situaciones o a condiciones laborales, sociales o personales diferentes.
La flexibilidad debe ser permanente en el ser humano, por cuanto en las vida todo está marcado con el sello del cambio. Todo cambia , excepto esta verdad. Por tanto, la intransigencia se halla en clara y total contraía con el devenir de la existencia.
La persona flexible gana amigos en todas partes y sabe conservarlos; siempre está dispuesto a convivir con las realidades concretas, aunque su imaginación sea dueña de mil fantasías diferentes. Los contratiempos no se toman sino como nuevas experiencias.
Proyección y opción
El hombre tiene la facultad de elegir u programar su vida, planear su futuro y visualizar el mañana. El futuro hombre tiene en sus manos la capacidad de crear su propio destino y trabajar por el.
El hombre es totalmente libre de escoger la clase de vida que desea llevar. Su opción puede ser el triunfo o el fracaso; su opción puede ser lo grande o lo pequeño; su opción puede ser lo bueno o lo malo. Si embargo, su satisfacción, felicidad, realización personal solo serán ocasionadas por el éxito, por lo grande y lo optimo. El libertinaje, en cambio, jamás será causa de crecimiento humano, sino de autodestrucción.
Por su mismo origen, el hombre necesita mirar hacia lo alto, aspirar a lo infinito, fijar su vista en el cielo. El hombre necesita alimentar su espíritu de ideales, aspiraciones, deseos, anhelos y sueños. Vivir es caminar en por de un ideal; comienza a morir quien pierde la esperanza de llegar.
La grandeza de la existencia se puede medir por la calidad de las metas y objetivos personales. En la medida en que se tengan claros los ideales y trabaje por ellos. La existencia tendrá significación plena, sino simplemente será vegetativa. Es la importancia de los ideales lo que hace grande o pequeña la existencia, por que ella también define los caminos por seguir.
Y a las grandes metas se llega por caminos fáciles, generalmente, son senderos con espinas. La meta que ocasiona mayor placer cuando se alcanza, es precisamente aquella que exigió mayores esfuerzos y sacrificios.
Autodominio y voluntad
Tampoco pueden negarse los obstáculos y las adversidades, pero estos pierden toda su importancia cuando se comparan con el poder de la voluntad, capaz de sobreponerse a todo. Si es cierto que las adversidades pueden ocasionar desaliento y desanimo, también es verdad que el hombre tiene capacidad para dominarlas, superarlas y continuar adelante con sus objetivos, propósitos y metas.
La facultad de autodominio permite al hombre, ser dueño de sus deseos, de sus emociones, de sus actitudes, de su voluntad. Cuando el ser humano pierde el autodominio se convierte en un barco a la deriva, siempre distante a la orilla.
La voluntad es, entonces, una facultad que conviene ejercitar constantemente para acrecentar fuerza, para orientar su recitad y para hacerla inquebrantable. Ninguna meta es posible sin las dudas, las vacilaciones y los temores anidan en la mente o en el corazón; una voluntad inquebrantable del logro de las metas.
La capacidad para dominar el miedo y el desanimo, la capacidad para dominar la ira y la rabia, la capacidad para dominar la patía y la pereza, la capacidad para persistir en la búsqueda de metas, por difíciles que parezca, hacen del ser humano una fortaleza sin par. Pero la voluntad y el autodominio necesitan apoyarse en la sensibilidad humana para no sucumbir entre el laberinto del egoísmo.
PUNTO DE VISTA RELIGIOSO
El respeto a la dignidad humana
es el camino de la paz
El Respeto
En la iglesia arzobispal castrense se ha celebrado una Eucarístía por la paz, en memoria de las víctimas del terrorismo, presidida por el cardenal Rouco, con quien concelebraron monseñor Yanes, Presidente de la Conferencia Episcopal, y monseñor José Manuel Estepa, arzobispo castrense, así como numerosos capellanes castrenses. Asistieron los ministros de Interior y Defensa, señores Mayor Oreja y Serra, junto con miembros de la Asociación Víctimas del terrorismo y numerosos miembros de las Fuerzas Armadas con sus familias.
El arzobispo castrense se dirigió a los fieles y, con visible emoción, recordó a los que sin culpa sufrieron en su carne el terrorismo. Comentó el papel insustituible del Evangelio, que nos obliga a vivir y movernos en una lógica de particular fraternidad con los que han sufrido y sufren las consecuencias de tan crueles heridas. Deseamos -añadió- orar por las víctimas que perdieron la vida, y confortar con nuestro abrazo a tantas otras víctimas y familiares que aún padecen secuelas de unos actos inhumanos y sin sentido. Recordó que el ámbito de la celebración no era político, sino el de la plegaria de la Iglesia católica y el de la reflexión cristiana de sus miembros, el ámbito propio de la invocación a Dios que reconoce la incapacidad por parte del hombre de encontrar una solución verdaderamente radical a los problemas que le afectan. Los miembros de la Iglesia -dijo- ni podemos ni hemos querido nunca conscientemente pasar de largo ante tanto sufrimiento, pues el ejercicio prioritario de nuestra caridad pastoral estriba en la cercanía a los que más inocentemente han sufrido.
En la homilía, monseñor Elías Yanes pidió a Dios la gracia de la mutua reconciliación y de la paz. Los derechos humanos -recordó- no se fundamentan en pactos, ni en el consenso social, ni en el
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