Entierros

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La muerte se representa tradicionalmente por una tumba. Tiene que ver con lo religioso, en algunos lugares rurales la muerte atañe no solo a la familia, sino también al poblado (el ataúd se cargaba por miembros del pueblo, así como la excavación de la fosa). Actualmente se volvió más privado que no concierne más que a los allegados inmediatos, algunos amigos y compañeros de trabajo.

¿Cómo entierran a sus muertos? Hay un esfuerzo de presentificación, revestido con sus mejores ropas.

Recordar que en la religión católica hay una oración en el Credo que a la letra dice: “Creo en la resurrección de los muertos y en la vida del mundo futuro, Amén”, “del polvo vienes y al polvo serás”. Es por eso la importancia de enterrar a los muertos, al mismo tiempo que la tumba nos señala la presencia y la fuerza del mito.

Otros tipos de prácticas

En el pasado, las conductas tranquilizadoras estaban en el centro de la vida y la exigencia de inmortalidad constituía la garantía mayor, la certidumbre absoluta, ya fuera que se tradujese en la reencarnación posible, en el eterno retorno, en la fusión en el Uno-Todo, en la vida ancestral o en la contemplación de Dios (alma y cuerpo). No ocurre lo mismo hoy: “se acentúa la individualización y el hombre se siente mortal”, o bien trata de olvidar esa perspectiva, o bien persigue su obsesión de sobrevivir, en el más allá si es creyente, o aquí abajo y bajo formas múltiples, si no lo es: La actitud científica; criogenización: Técnica que consiste en la conservación de tejidos y células en nitrógeno líquido con el objetivo de que estas tengan las mismas características en un futuro. inmortalidad por piezas separadas, inmortalización por el recuerdo.

Desde el hombre primitivo se le ha atribuido al cráneo, símbolo eminente de la limpieza por oposición a la suciedad de la carne en descomposición; utilizado como copa para los brebajes sagrados, caja de resonancia para tambores litúrgicos, máscara en algunos rituales donde participan los antepasados, como trofeo que expresa dominio sobre el enemigo.

Desde el siglo xv en Baviera y en Australia, cada 15 años se abrían las tumbas del pequeño cementerio de Hallstatt, y entonces se quitaban y limpiaban los cráneos, y las otras piezas del esqueleto se acumulaban en una cripta. Los cráneos eran entonces decorados: Una cruz, un libro de plegarias, gusanos (vanidad de las cosas), una rosa para una joven, etc. Después se escribía en el cráneo el nombre de la persona, fecha de nacimiento y muerte, se les exponía por un tiempo en la iglesia.

Manducación: Comer, tomar un alimento. Canibalismo.

Doble enterramiento: Los zapotecas, cuando alguien fallecía lo inhumaban con sus pertenencias, pero no incineraban a sus muertos porque pensaban que esa práctica destruía el alma. Después de 4 años exhumaban el cuerpo, se celebraba una ceremonia solemne y se pintaban los huesos de rojo. Finalmente se realizaba el enterramiento definitivo y se acompañaba al difunto entre otras cosas, con piezas de cerámica, vasijas y urnas que adoptaban la forma de algunas divinidades.

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