Epistemologia De La DSI
paaatt1516 de Mayo de 2015
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1 - EPISTEMOLOGÍA DE LA DSI
1.1 Por qué la DSI
1.1.1 Naturaleza de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) Por DSI entendemos un conocimiento iluminado por la fe
Aunque actualmente nos aparezca como un campo orgánico del saber se ha ido formando con el tiempo en los 120 años que tiene de vida a través de las intervenciones del magisterio eclesiástico en materia social. Magisterio que debemos comprender en sentido amplio y no sólo pontificio, en su última parta, también las Comisiones pontificias y las Conferencias Episcopales han ido cerrando este cuerpo doctrinal que llamamos DSI
Es a finales del s. XIX con la promulgación de la carta encíclica “Rerum Novarum” (1891) cuando aparece dentro de la Teología moral social católica un nuevo modelo, una manera nueva de reflexionar, la llamada Doctrina Social de la Iglesia (DSI)
La intervención sobre las cuestiones sociales ha sido abundante en la Iglesia, su historia es una larga aproximación al mundo de los pobres, de los necesitados, ha existido siempre una amplia preocupación por el mundo social. El discurso amplio y profundo realizado en la Iglesia sobre la justicia se justifica por esta realidad; pero es ahora, en ese momento histórico cuando aparece una nueva realidad, una nueva forma de organizar el propio discurso.
Se inicia un cuerpo, un conjunto de leyes o enseñanzas sobre la realidad social, al dictado de los pontífices bajo una nueva forma que poco a poco llegará a ser popular, la carta encíclica. Son estos tres nuevos elementos los que marcan el inicio de la DSI.
Este camino progresivo se reconoce en la Laborem Exercens :
“la doctrina social de la Iglesia tiene su fuente en la Sagrada Escritura, comenzando por el libro del Génesis y, en particular, en el Evangelio y en los escritos apostólicos. Esa doctrina perteneció desde el principio a la enseñanza de la Iglesia misma, a su concepción del hombre y de la vida social y, especialmente, a la moral social elaborada según las necesidades de las
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distintas épocas. Este patrimonio tradicional ha sido después heredado y desarrollado por las enseñanzas de los Pontífices sobre la moderna «cuestión social», empezando por la Encíclica Rerum Novarum.” (LE 3)
Desde sus inicios, por tanto, la Iglesia ha tenido su Doctrina Social, circunscrita a tres elementos esenciales del ser y de la misión de la Iglesia:
La palabra de Dios, a la que está sujeta como a su fuente
La comprensión del hombre y de la sociedad que la Iglesia siempre ha
mantenido
La moral social como el lugar de su elaboración
Consecuente con ello la Sollicitudo Rei Socialis (SRS) de Juan Pablo II claramente la presenta no41 no como una ideología más, sino como un discurso doctrinal perteneciente al ámbito de la teología y concretamente a la teología moral. Por ello, no puede definirse desde los habituales parámetros de cualquier sistema ideológico y pragmático: relaciones económicas, políticas o sociales. Sino como una categoría propia:
“la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial”. (SRS 41)
Se presenta por el no 86 del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia como:
“Un taller siempre abierto en el que la verdad perenne penetra y permea la novedad contingente, trazando caminos de justicia y de paz”
Esta aproximación nos brinda la posibilidad de centrar su objetivo: Interpretar esta realidad examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación. Interpretar desde la antropología cristiana. Quiere orientar la conducta cristiana. Orientación que se desarrolla desde una doble acción: Anunciar y denunciar
Anuncio y denuncia que al ser realizado desde su naturaleza teológica se moverá en los tres niveles de enseñanza de la teología moral:
El nivel fundante de la motivaciones
El nivel directivo de las normas de la vida social
El nivel deliberativo de la conciencia
Importa subrayar la idea de cuerpo doctrinal, un auténtico corpus dentro de la más general doctrina católica. Por ello los documentos singulares del magisterio social deberían entenderse como las
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articulaciones sucesivas de una doctrina que aunque elaborada progresivamente, o mejor expresamente formalizada, por aplicarse de vez en vez al juicio de situaciones históricas determinadas, tiene por sí validez permanente. Nos encontramos ante una realidad sistemática, que no nace “ex novo” sino que tiene relación con una realidad anterior. Realidad que da un peso a la DSI y proporcionará un cauce para su evolución.
1.1.2 El nombre
No obstante hoy sea pacífica esta denominación la DSI como nombre ha venido delineándose paso a paso, a través de una aproximación progresiva.
León XIII en la RN habla de “Doctrina y enseñanza cristiana”. Pio XI en la QA (Quadragessimo Anno) 14 la piensa como “Nueva Filosofía Social” e inmediatamente en el número siguiente el 15 se refiere a lo nacido con la RN como “Doctrina Cristiana”. Por su parte Pio XII ya habla de “Doctrina/enseñanza de la Iglesia” en un mensaje al 77 Katholikentag de Alemania (2.9.56). Juan XXIII utiliza en la Mater et Magistra (MM) el término “Doctrinam socialem quam Catholica Ecclesia profitetur”. Conscientes de la dificultad semántica que el término “Doctrina” tiene en torno a los 60 y 70, que para los más críticos representaría una opción ideológica respectos a ideologías más práctica y operativa como el socialismo o el comunismo, Juan XXIII abandona utilizando la Gaudium et Spes (GS) la locución “doctrina de societate”. Superada la crisis “ideológica” de los 60 el nombre se recupera con decisión por Juan Pablo II que lo utiliza en Puebla en el 79, encontrando más crédito y difusión que el de mera enseñanza.
Aunque ambos quieran decir lo mismo se puede apreciar entre ellos Doctrina Social o Enseñanza Social algún matiz que subraya la misma Doctrina para la Educación católica en su documento sobre la enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la formación de los sacerdotes: En estas últimas décadas (EUD)1: Doctrina de hecho subraya más el aspecto teórico del problema y enseñanza aquel histórico y práctico, no obstante ambos quieren indicar la y misma realidad.
1 - Sagrada Congregación para la Doctrina Católica: EUD “En estas últimas décadas. Orientaciones para el estudio y la enseñanza de la doctrina social de la Iglesia en la formación sacerdotal” (30.12.1988)
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1.1.3 Justificación. Razones para el nacimiento de la DSI. Finalidad
Son diversas las razones que justifican su aparición. Fundamentalmente podemos pensar en dos. La crisis del tratado teológico sobre la justicia (De justitia et iure) y el nacimiento de un nuevo orden social que toma actualidad en el final del s. XIX después de las grandes transformaciones políticas que se inician con la Revolución Francesa.
La crisis del tratado teológico sobre la justicia
La reflexión sobre la justicia sometida al rígido esquema del séptimo mandamiento y dominada por el universo de lo conmutativo se ve en situación difícil para dar una respuesta ajustada a la novedad de los problemas sociales políticos y económicos nacidos en el siglo XIX.
Este esquema de justicia, comprendida como una realidad individual, conmutativa, es además aceptado vehementemente por el liberalismo imperante. Se necesita por tanto un cambio, una forma nueva que de respuesta a la industrialización emergente, a las nuevas formas sociales en donde la sociedad ya no viene comprendida de forma estática, como algo querido por Dios dónde el hombre no tiente nada que decir. En estos momentos las masas se están organizando, buscan defenderse de la crueldad del sistema económico, de la realidad liberal que es opresiva, esclavizante, se comienza a pensar en los propios derechos. Se quiere cambiar el sistema, revolucionarlo porque es injusto. O por otros, más moderados, se quieren buscar soluciones intermedias, una nueva organización social en la que el individuo esté protegido de cara al patrón y al propio Estado. Es urgente una nueva palabra y una nueva reflexión sobre lo justo, más si pensamos en el llamado “magisterio clásico”, el propuesto por las ciencias que empiezan a tener una voz autorizada e independiente, pensemos en la economía, alejada de la voz de los teólogos o del mismo magisterio, que no propone respuestas a la altura de las nuevas necesidades.
Se hace en consecuencia plausible una nueva reflexión teológica-moral. La Doctrina Social de la Iglesia.
Un nuevo orden social
Junto con la crisis aludida sobre la comprensión de la justicia existe otro factor importante que ayuda es esta novedad, es el nuevo rol del papado. Después de la crisis producida por el Vaticano I y la clausura papal en la ciudad vaticana tras la pérdida de los Estados Pontificios, es necesario potenciar la figura del Pontífice. A esto ayudará su intervención autorizada en materia de doctrina moral, dejando en un
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segundo lugar a los teólogos y moralistas. Comienza así la generalización de un género literario que alcanzará un gran prestigio, la carta encíclica firmada por el Pontífice. Se quiere ser voz, luz y guía presencia de la Iglesia en los problemas del mundo.
Podemos hacer nuestro este resumen: “Los elementos esenciales que describen y definen la naturaleza de la
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