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Es Mejor Dar Que Recibir


Enviado por   •  27 de Enero de 2015  •  1.010 Palabras (5 Páginas)  •  209 Visitas

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SIEMPRE ES PREFERIBLE DAR QUE RECIBIR

EL PAN DE

CRISTO

El siguiente es el relato verídico de un hombre

llamado Víctor.

Al cabo de

meses de encontrarse sin trabajo, se vio obligado a recurrir a la

mendicidad para sobrevivir, cosa que

detestaba profundamente.

Una fría tarde

de invierno se encontraba en las inmediaciones de un club privado cuando observó a un hombre y su esposa que

entraban al mismo.

Víctor le pedía al hombre unas monedas para poder

comprarse algo de comer.

Lo siento, amigo, pero no tengo

nada de cambio -replicó éste-.

La mujer, que oyó la

conversación, preguntó:

-¿Qué quería ese pobre hombre?

-Dinero para una

comida. Dijo que tenía hambre -respondió su marido-.

-Lorenzo, no podemos entrar a comer una comida suntuosa

que no necesitamos y ¡Dejar a un hombre hambriento

aquí afuera!

-¡Hoy en día hay un mendigo en cada esquina!

Seguro que quiere el dinero

para

beber.

-¡Yo tengo un poco de cambio! Le

daré algo.

Aunque Víctor estaba de espaldas a ellos, oyó todo

lo que dijeron.

Avergonzado, quería alejarse corriendo de allí,

pero en ese momento oyó la

amable voz de la mujer que le

decía:

-Aquí tiene unas monedas. Consígase

algo de comer. Aunque la situación está difícil, no pierda las

esperanzas. En alguna parte hay un empleo para usted.

Espero que pronto lo encuentre.

-¡Muchas gracias, señora! Me ha dado

usted ocasión de comenzar de nuevo y me ha ayudado

a cobrar ánimo. Jamás olvidaré su gentileza.

-Estará usted comiendo el pan de Cristo.

Compártalo -dijo ella con una cálida sonrisa dirigida más

bien a un hombre y no a un mendigo-.

Víctor sintió como si una descarga eléctrica le

recorriera el cuerpo.

Encontró un lugar barato donde comer, gastó la

mitad de lo que la señora le

había dado y resolvía guardar lo que le

sobraba para otro día. Comería el pan de

Cristo dos días. Una vez más, aquella descarga eléctrica corría por

su

interior. ¡El pan de Cristo! ¡El pan de Cristo!

-¡Un momento! -pensó-. No puedo

guardarme el pan de Cristo solamente para mí

mismo. Me parece estar escuchando el eco de un viejo himno que

había aprendido en mi colegio o escuela..

En ese momento pasó a su lado

un anciano.

-Quizás ese pobre anciano tenga

hambre -pensó-. Tengo que compartir el pan de

Cristo.

-Oiga -exclamó Víctor- ¿Le gustaría entrar y

comerse una buena comida?

El viejo se dio vuelta y lo miró

con descreimiento.

-¿Habla usted en serio, amigo? El hombre no daba

crédito a su buena fortuna

hasta que se sentó a una mesa cubierta con

un hule y le pusieron delante un plato de guiso

caliente.

Durante la cena, Víctor notó que el hombre

envolvía un pedazo de pan en su servilleta de papel.

-¿Está guardando un poco para mañana?

-le preguntó.

-No, no. Es que hay un chico que

conozco por donde suelo frecuentar. La ha pasado mal últimamente y estaba llorando cuando lo

dejé.

...

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