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Espejismo De Dios


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2013  •  1.780 Palabras (8 Páginas)  •  332 Visitas

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Cap. 1. Un profundo religioso no creyente[editar · editar fuente]

Dawkins comienza observando que algunos comentaristas han encontrado su entusiasmo por la ciencia hasta ser casi religiosos, pero se pregunta: «¿Es “religión” una buena palabra para esto?». La sobrecogedora complejidad de la naturaleza es lo que él llama «religión einsteiniana», refiriéndose al uso que Albert Einstein hacía de la palabra «Dios» como una metáfora para la naturaleza de los misterios del universo. Sin embargo, lamenta que muchos científicos usen la palabra «Dios» en su sentido panteísta y poético7 debido a la confusión que esto causa.

En su lugar, focaliza su crítica en la creencia de un «creador sobrenatural que es apropiado para ser adorado por nosotros»8 Mientras que Dawkins tiene respeto por la religión einsteiniana, no muestra respeto por la religión convencional. Mantiene que a la religión le ha sido dada una privilegiada e inmerecida inmunidad contra las críticas, citando a Douglas Adams para ilustrar esta opinión:

La religión [...] tiene ciertas ideas de lo que nosotros llamamos sagrado o santo o lo que sea. Esto significa que «aquí tienes una idea o una noción a la que no se te está permitido decir nada malo acerca de ella; tan sólo NO PUEDES. ¿Por qué no? ¡Porque no! Si alguien vota por un partido con el que no estás de acuerdo, eres libre para discutir todo lo que quieras. Todo el mundo ha tenido una discusión alguna vez, pero nadie se siente agraviado por ello. Pero en cambio si alguien te dice: «Yo no voy a pulsar un interruptor de la luz un día sábado», tienes que responder: «Yo respeto eso».9

Dawkins prosigue con una lista de ejemplos en los que la religión tiene un estatus privilegiado, como la facilidad para ganar el estado de objetor de conciencia; el uso de eufemismos para los conflictos religiosos; excepciones varias de la ley; y la polémica de las caricaturas de Mahoma

Cap. 2. La hipótesis de Dios[editar · editar fuente]

Dawkins comienza el capítulo 2 describiendo a Yahvéh, el dios del Antiguo Testamento como «posiblemente el personaje más desagradable de toda la ficción. Celoso y orgulloso de ello, un mezquino, injusto e implacable enloquecido fuera de control, un vengativo limpiador étnico sediento de sangre, un misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, repartidor de plagas, megalómano, sadomasoquista, caprichoso y malévolo matón».10

Continúa sugiriendo que la hipótesis de Dios («existe una inteligencia supernatural y superhumana quien deliberadamente diseña y crea el universo y todo lo que hay en él, incluyéndonos a nosotros»11 ) es «una hipótesis científica como cualquier otra»,12 una que debe ser tratada con el mismo escepticismo que cualquier otra hipótesis. Dawkins cree que el concepto de Stephen Jay Gould de non-overlapping magisteria (‘magisterios no superpuestos’, es decir, la idea de que una coexistencia entre ciencia y religión es posible puesto que se ocupan de áreas diferentes) no puede ser usado para defender a los teólogos de las críticas por parte de los científicos. El agnosticismo imparcial implicaría que no se puede decir nada acerca de la probabilidad de la existencia de Dios, una posición que Dawkins sugiere que es incorrecta.

Dawkins además argumenta, siguiendo a Bertrand Russell (1872-1970), que aunque «no se puede refutar la existencia de Dios»13 también es imposible refutar la existencia de la Tetera de Russell, los unicornios, el Monstruo Spaghetti Volador y el Ratoncito Pérez. Por lo tanto la incapacidad para refutar la existencia de Dios no nos suministra una razón positiva para creer. Más bien, Dawkins argumenta que el deber de la prueba está por encima de la defensa de la existencia de Dios.

Cap. 3. Argumentos a favor de la existencia de Dios[editar · editar fuente]

En el capítulo 3, Dawkins enfoca su atención hacia los principales argumentos filosóficos en favor de la existencia de Dios. Discute las «cinco vías» de santo Tomás de Aquino, argumentando que las tres primeras están todas basadas en regresiones infinitas y «es debido a que claramente no significa que Dios provea un exterminador natural a las regresiones».14 Sugiere que la cuarta vía de Tomás de Aquino, la vía de los grados de perfección, es «fatua» con el objetivo de la objeción de recargo de un «preeminente canalla sin igual».15 Reserva la quinta vía, Vía del orden cósmico, para una posterior discusión en el siguiente capítulo, lo que él considera su refutación definitiva.

También reduce el argumento ontológico de Anselmo de Canterbury a «lenguaje de patio de colegio»16 y esencialmente emplea los reparos estándar ya utilizados por Immanuel Kant (1724-1804). Además descarta el argumento de la belleza como «no explicado por sus defensores». Sobre el argumento de experiencia religiosa apunta que algunas de estas son ilusiones debidas a la fuerte complejidad de la mente humana como simulador. Sobre los argumentos de las Escrituras sugiere que «los Evangelios son ficción antigua» y son históricamente inexactos. Sobre el argumento de «admirados científicos religiosos», apunta que son una minoría. En lo relativo a la apuesta de Pascal (si uno es ateo pero Dios no existe no sucederá nada, pero si uno es ateo y Dios existe, uno irá al infierno), Dawkins cuestiona las suposiciones de que uno simplemente decide creer y Dios recompensa la fe más que la virtud o la búsqueda de la verdad, y se pregunta si Dios no respetaría a Bertrand Russell por su valiente escepticismo mucho más que lo que respetaría a Blaise Pascal por su cobarde evasiva17

Finalmente aborda los argumentos basados en inferencia bayesiana promovidos por gente como Stephen Unwin, y argumenta que estos son casos de «basura entra, basura sale»18

Cap. 4. Por qué es casi seguro que no hay Dios[editar · editar fuente]

Dawkins declara en el capítulo 4 que la evolución por selección natural se puede usar para demostrar que el argumento del diseño está equivocado. Sugiere que un hipotético diseñador cósmico, requeriría, incluso, una mayor explicación que el propio fenómeno que intenta explicar, y como cualquier teoría que explica la existencia del universo debe ser una "Grúa", algo equivalente a la selección natural, antes que un gancho colgado del cielo que meramente pospone el problema. Usa el argumento de la improbabilidad, para lo cual introduce el término «truco del Boeing 747 definitivo», para sugerir que «Dios casi con seguridad no existe»: «Sin embargo, si es estadísticamente improbable lo que intentas explicar mediante un diseñador, el diseñador en sí mismo es más improbable aún. Dios es el Boeing 747 definitivo».19

La referencia al Boeing 747 alude a una afirmación (conocida como «falacia de Hoyle») hecha por el astrofísico británico Fred Hoyle (1915-2001): «La probabilidad de que se originara vida en la Tierra no es mayor que la probabilidad de que un huracán pasando por un desguace consiga ensamblar un Boeing 747».20 Dawkins objeta que este argumento está hecho por «alguien que no entiende lo que es la selección natural». Afirma que los organismos vivos no se han desarrollado de un solo paso, sino a través de pasos acumulados a través de millones de años.

Un tema habitual en los libros de Dawkins es la selección natural, la cual es responsable de la evolución de la vida, y la aparente improbabilidad de la complejidad de la vida no implica que sea una prueba de que esté diseñada por un diseñador. Aquí fomenta este argumento presentando ejemplos de aparente diseño. Dawkins concluye el capítulo argumentando que este «truco» es un argumento muy serio contra la existencia de Dios, y que él está aún esperando escuchar a «un teólogo dando una respuesta convincente a pesar de las numerosas oportunidades e invitaciones para hacerlo».21 Dawkins informa que Daniel Dennett lo llamó «una refutación irrefutable» que data de hace dos siglos.22

Cap. 5. Las raíces de la religión

El capítulo 5 explora las raíces de la religión y por qué la religión es tan omnipresente a través de todas las culturas humanas. Dawkins aboga que la «teoría de que la religión es un subproducto accidental, un tiro errado de algo útil».23 y pregunta24 si la teoría de los memes, y la suceptibilidad humana hacia los memes religiosos en particular, funcionarían para explicar como la religión se extiende como un virus para la mente a través de las sociedades.

Cap. 6. Las raíces de la moralidad: ¿por qué somos buenos?

En el capítulo 6, Dawkins gira su atención hacia el asunto de la moralidad, argumentando que no necesitamos la religión para ser buenos. En vez de esto, mantiene que nuestra moralidad tiene una explicación darwiniana: genes altruistas han sido seleccionados a través del proceso de nuestra evolución y que poseemos empatía natural.

Cap. 7. El 'Buen' Libro y la moral cambiante Zeitgeist[

El siguiente capítulo continua con el tema de la moralidad, argumentando que hay una moral Zeitgeist que continuamente evoluciona en la sociedad, a menudo en oposición a la moral religiosa, la cual Dawkins siente que a menudo está pervertida y embrutecida. Usa ejemplos de moral religiosa de la Biblia para ilustrar lo que él ve como barbarismo.

Cap. 8. ¿Qué le pasa a la religión? ¿Por qué ser tan hostiles?

En el capítulo 8, Dawkins gira hacia la cuestión de por qué se siente tan hostil hacia la religión, argumentando con ejemplos en los que la religión se rebela contra la ciencia, fomenta el fanatismo, alienta la intolerancia contra los homosexuales, e influye a la sociedad de otros modos negativos. Dawkins afirma que los predicadores de partes del sur de los Estados Unidos usaron la Biblia para justificar la esclavitud clamando que los africanos eran descendientes del hijo pecador de Abraham. Durante las Cruzadas, los «paganos» y los «herejes» que no se convertían al cristianismo eran asesinados, y otros ejemplos similares.

Cap. 9. Infancia, abuso y cómo escapar de la religión[editar · editar fuente]

Una de esas maneras es el adoctrinamiento de los niños, un tema al que Dawkins dedica el capítulo 9. Él iguala el adoctrinamiento religioso de los niños por los padres y profesores en las escuelas religiosas con una forma de abuso mental. Dawkins quiere que la gente se avergüence cada vez que alguien hable de un «niño musulmán» o un «niño católico», preguntándose cómo a un niño se le puede considerar lo suficientemente desarrollado para tener una visión independiente del cosmos y del lugar de la humanidad en él. Por contraste, Dawkins apunta que ninguna persona razonable hablaría de un «niño marxista» o un «niño republicano».

Cap. 10. ¿Un vacío muy necesario?

El último capítulo se pregunta que sea cual sea la religión, a pesar de los problemas alegados anteriormente, llena «un hueco muy necesario», dando consuelo e inspiración a las personas necesitadas. Según Dawkins, estas necesidades se satisfacen mucho mejor mediante maneras no religiosas, como la filosofía y la ciencia. Argumenta que una visión del mundo atea sirve para reafirmar la vida en un modo que la religión, con sus «respuestas» insatisfactorias a los misterios de la vida nunca podrá serlo

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