Estudio Bíblico Nuestra Oración

NUESTRA ORACION

1 Juan 5:14-15

14 Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. 15 Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.

A lo largo de nuestra vida en Cristo tenemos presente la importancia de la oración en nuestra comunión con Dios, pero ¿alguna vez pensamos si nuestra oración es correcta? Esta pregunta es muy importante a la hora de analizarnos a nosotros mismo de cuanto hemos avanzado en el camino, ya que será un reflejo de nuestra madures tanto psicológica y espiritual.

Juan nos dice en este pasaje que Dios cumplirá todas nuestras peticiones, pero antes de eso pone unas condicionantes. Primero que tenemos confianza en el y segundo que pedimos según su voluntad, además dando por hecho que Dios nos escucha y que por eso cumplirá todas nuestras peticiones. Esto nos daría a pensar que Dios por el hecho de ser cristianos va a cumplir si o si nuestras oraciones que hagamos, pero solo alguien que hace una lectura ociosa podría ver esto sin prestarle atención a las condiciones anteriormente mencionadas. El apóstol nos deja en claro que una persona que sigue la voluntad de Dios puede obtener todo lo que pida en oración. Podemos ver esta idea reflejada también en el antiguo testamente.

Salmos 37:4.

4 Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón.

El salmista refleja en este pasaje el mismo pensamiento que tiene Juan siglos después, pero tiene un punto de diferencia en su expresión que le da un enfoque totalmente distinto a la idea. El escritor utiliza como palabra central la palabra “deléitate”, el diccionario relaciona esta palabra con placer, gozo y satisfacción. Aclarando este contexto podemos darnos cuenta que el salmista refleja que solo la persona que se goza en Jehová podrá disfrutar el hecho de que Dios cumpla todas sus peticiones del corazón. Entonces ¿Qué es gozarme en el señor? Esta es una pregunta con varias aristas ya que cada persona es un mundo en si ya que todos somos seres con personalidad y cosas como la alegría podemos expresarlas de diferentes maneras, pero en algo siempre podemos coincidir será en el hecho del motivo de esto y es allí donde cae la conclusión del salmo. Viendo esto entonces podemos dar otro punto de vista.

Santiago 4:3-4

3 Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites. 4 ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.

Santiago acá nos da el otro lado de la moneda, deja bien claro que si no recibimos respuesta de nuestras oraciones es porque pedimos mal, solo para satisfacer nuestros placeres. Todo esto nace del corazón y todo aquel que no tiene un corazón entrega a dios por completo siempre estará abocado a complacerse a sí mismo e incluso buscará usar a Dios para sus propósitos.

Entonces ¿Cómo puedo tener un corazón conforme a la voluntad de Dios?

1 Juan 5:4-5

4 Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. 5 ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Nacer de nuevo es la respuesta a esta pregunta, Juan nos marca el punto de unión entre la buena oración y cierto grado de madures mental y espiritual que hay en nosotros. El que vence al mundo no es otro más que el que rechaza todo lo que parece “bueno” de este mundo, todo aquello que le parece camino de bien al hombre pero que es un camino de perdición a causa de su naturaleza corrupta y producto de sus propios deseos que nacen de su corazón, un corazón que ama el pecado y satisfacerse a sí mismo en sus deseos egoístas.

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