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Evolución social


Enviado por   •  4 de Marzo de 2014  •  3.042 Palabras (13 Páginas)  •  183 Visitas

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mas, en el sentido de que la evolución social conduce a sistemas sociales mayores, más complejos y más fuertemente diferenciados" (Luhmann 1995:5).

"Los grandes logros científicos son programas de investigación que pueden ser evaluados en términos de transformaciones progresivas y regresivas de un problema (...) la unidad básica para la evaluación no debe ser una teoría aislada o una conjunción de teorías, sino un programa de investigación, con un 'centro firme' convencionalmente aceptado (y por tanto 'irrefutable por decisión provisional') y con una 'heurística positiva' que define los problemas, esboza la construcción un cinturón de hipóinvestigación auxiliares, prevé anomalías (...) de este modo la metodología de los programas de investigación puede explicar la gran autonomía de la ciencia teórica, lo que es imposible para las ingenuas e inconexas secuencias de conjeturas y refutaciones" (Lakatos 1983: 144)

A partir de las reflexiones que Durkheim lleva a cabo en La División del Trabajo Social, podemos entender que un intento por desarrollar un concepto de sociedad es una tarea abordable a partir de la indagación sobre sus formas de integración. Siguiendo sus planteamientos, referirse sociológicamente a la integración es intentar conocer cómo una sociedad se reproduce a sí misma, a través de qué elementos se mantiene como una unidad, mediante qué dinámicas se llevan a cabo tales procesos, cuáles son los principales problemas o desafíos que debe afrontar. Un concepto técnico de sociedad aparece justamente en la segunda mitad del siglo XIX, para señalar las características distintivas del espacio social en que la integración social debe producirse.

En la medida en que ya no puede venir totalmente garantizada ni por la tradición, que se desmorona rápidamente, ni por la religión, que pierde buena parte de su carácter vinculante (Dubet 1996:7), la producción de solidaridad social, en tanto creencias y valores compartidos por el conjunto social, se constituye en un desafío de carácter estructural para las sociedades modernas. Es a partir de ese período, cuando las consecuencias negativas de los procesos de industrialización ya se manifiestan con fuerza, que los recientes estados - nación surgidos en Europa comienzan a implementar políticas para hacer frente al desafío de producir alguna clase de integración social entre los miembros de esos estados, con miras a convertirlos en 'ciudadanos modernos'. La utilización de símbolos patrios (himnos y banderas nacionales), la invención de relatos con carácter de mito fundacional (historias y héroes patrios), el reclutamiento militar obligatorio y, muy fundamentalmente, la imposición de un idioma nacional a través de las escuelas primarias, serán las principales instancias con las que se intentará hacer frente al problema de la producción de solidaridad social.

Las medidas que esos estados intentarán implementar estarán, desde sus inicios, inscritas en una tensión que si bien puede haber cambiado de forma desde ese momento, resulta hoy sumamente actual. Por una parte, se pretenden enarbolar principios universales sustentados en el ideario que provee la revolución francesa, donde lo que se defiende son valores relativos a la dignidad de la especie humana en general. Por otra, se usan valores particularistas ligados a credos y etnias específicas, donde se reivindica el uso político de supuestas diferencias históricas y culturales entre grupos, con fines nacionalistas. Se trata en ambos casos, es necesario enfatizarlo, de proyectos políticos que intentarán producir formas nuevas de solidaridad social (1). Más allá de las consecuencias políticas y sociales de estas medidas, lo que nos interesa poner de manifiesto es la importancia y especificidad de la preocupación por la integración social desde los inicios de la modernidad.

En ese contexto podemos entender en qué sentido el problema de la integración, tal y como se lo planteó Durkheim, tiene además de una dimensión sociológica y otra conceptual, un fuerte componente moral. Su preocupación por la división del trabajo se dirige hacia sus consecuencias, que se manifiestan como un cambio en las formas de solidaridad social vigentes en la sociedad, a través de la constatación del ocaso de la antigua y la debilidad de las nuevas formas que están en desarrollo. Más exactamente, la pregunta que Durkheim se hace es: en qué medida la solidaridad que produce la división del trabajo contribuye a la integración general de la sociedad (Durkheim 1993: 73).

El problema que el sociólogo francés tiene entre manos presenta una dificultad que nos resulta conocida. Por un lado, se concibe la división del trabajo como una fuente de civilización que indica evolución social, pero a la vez se deben encarar las disfuncionalidades que trae consigo en el plano de la solidaridad social. En síninvestigación, se trata de hacer frente a una tensión entre diferenciación, en tanto concepto más general que el de división del trabajo (2) y la formación de nuevas formas de solidaridad social que permitan resolver los urgentes problemas de integración de la sociedad.

En La Estructura de la Acción Social, Talcott Parsons señalaba que la tradición de pensamiento ocupada del problema de la integración de la sociedad debe remontarse a T. Hobbes, cuyo mérito fue justamente haber planteado la pregunta de cómo es posible el orden social. Según Parsons, la solución hobbesiana es un tipo 'casi puro de explicación utilitarista del orden social', donde los hombres establecerían, mediante un contrato social, un compromiso para controlar sus pasiones y evitar así un estado de guerra permanente de todos contra todos. El garante de velar por el cumplimiento de ese compromiso sería una 'autoridad soberana', cuya función será cautelar el orden y la seguridad (Parsons T1 1968:137). La sociología, continúa Parsons, debe hacerse cargo de buscar nuevas respuestas a esa interrogante, en tanto la solución de Hobbes —y el conjunto del sistema utilitarista del que es exponente— ha mostrado sus insuficiencias.

Con ese objetivo, Parsons encuentra en la obra del propio Durkheim pistas para plantear en un nuevo sentido el problema. En su discusión de la obra del sociólogo francés Parsons señala, primero en La Estructura... y fundamentalmente en un ensayo de fines de la década del cincuenta (3), que para intentar resolver el problema de la integración social es necesario considerar no sólo su dimensión política o institucional, como lo proponía Hobbes, sino incorporar también elementos normativos. Para Parsons, la versión sociológica de la pregunta por la integración social refiere, más allá de sus

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