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FENÓMENOS PARA RELIGIOSOS EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA

Krolina Torres GamboaTrabajo22 de Abril de 2016

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Cultura teológica para tecnologías

  1. Realice un ensayo sobre los fenómenos “para religiosos” que se dan en su región. Ilustre sus afirmaciones con ejemplos de su comunidad.

1.1 FENÓMENOS PARA RELIGIOSOS EN LA SOCIEDAD COLOMBIANA

Es bien cierto que para hablar de religión, política o deportes hay que ser un buen conocedor del tema como diría un amigo periodista que conozco, sin embargo este tema es bien interesante tratarlo porque más que un ensayo, una tarea o un requisito para cumplir la materia es una opinión personal que tengo de la doble moral y las creencias populares y supersticiones del pueblo colombiano  que se maneja en todas las religiones.

A lo largo de la historia el hombre se ha refugiado en muchas fuentes como solución a sus interrogantes de amor, suerte y conocimientos de sus orígenes y asís mismo. Las supersticiones y agüeros vigentes en nuestro mundo se hacen presentes en nuestra vida, las enfermedades e incluso la muerte.

Yo, personalmente soy  muy creyente en Dios y sus ángeles, ya que a manera personal me han dado muchas bendiciones por lo que me siento muy agradecida con la vida y con Dios, sin embargo no soy una persona que asista a celebraciones religiosas los días domingos o en la Semana Mayor, y debo decir que tengo algunas piedras que considero que me dan suerte.

 Sin embargo considero  que es más importante orar que rezar, orar desde el corazón y pedir y dar gracias desde el corazón, crear una relación de amistad con Dios y con sus Ángeles en cualquier momento, situación o lugar, para mí no es necesario poner una vela en un altar por costumbre, si no porque en verdad para mi Dios y sus Ángeles son seres de luz que necesitan que nos acordemos de ellos.

Sin embargo muchos de los que no asistimos a la iglesia nos preguntamos qué pasa con la personas que van los domingos a misa o a sus celebraciones religiosas o porque acuden a piedras, baños o agüeros en fin de año o hacer rituales de prosperidad, es muy curioso ver la manera como “el profesor Salomón o cualquier otra persona que dice llamarse astrologo” hace este tipo de rituales invocando el nombre de Dios, es bien contradictorio considero yo que lo hacen más con el fin de tener algo físico a lo cual se puedan aferrar como objeto de su fe, tal vez lo hacen  para tener una mejor suerte en el amor, trabajo, salud.

Llámese la religión que sea, ¿porque razón van a la iglesia, o porque guardan una piedra en su bolso o billetera?, ¿porque buscan el significado de los sueños en un libro? ¿será porque es una costumbre familiar, será una obligación con la mamá y la abuela ir a misa los domingos o  una tradición, será ¿por que en verdad necesitamos ir a la iglesia para estar más cerca de Dios?, ¿o requerimos de un talismán para que nos pase nada en la calle y tengamos suerte y nos podamos ganar el Baloto?,  ¿será por arrepentimiento de todas las malas acciones que hemos cometido en la semana?, ¿será por querer ganarnos una parte del cielo cuando no estemos en esta tierra?, o definitivamente es ¿porque nos nace y nos hace falta tener esa parte material para sentir que tenemos suerte y que podemos tener fe en algo? Esta y muchas más preguntas podrían surgir si nos paramos un día domingo frente a la iglesia a mirar cuantas personas asisten a misa o cuantas le dicen  a uno cual es el baño para suerte y que tiene que hacer para conseguir trabajo más rápido.

Es un tema que levanta polvo, ¿porque razón? Nuestra sociedad está acostumbrada a manejar una doble moral en todo, lo digo porque en algún momento fui o asistí a la iglesia Mormona, no quiero juzgar porque no soy quien para hacerlo, pero en esa época veía gente de mi edad, estoy hablando de cuando tenía 19 años, que tenía el baño para que los hombres no se alejaran, el cristal que atrae al ser querido, o tan simple como ver las revistas mensuales para saber que le tenía augurado el horóscopo para el año.

Sin embargo este tipo de situaciones ha hecho que la iglesia pierda credibilidad frente a su razón de ser ha hecho que las personas acudan a otro tipo de creencias populares, como son las supersticiones, agüeros, sueños, piedras, talismanes, y un sinfín de cosas que nos hacen creer en algo, es la mentalidad colectiva del pueblo colombiano.

Les voy  a presentar una serie de aspectos que, a mi  juicio, deben ser tenidos en cuenta a la hora de entender las actitudes y valoraciones que mantienen las personas hacia la iglesia católica, sus creencias y lo que ellos llaman una ayudita extra, “por que hay quienes dicen Dios dijo ayúdate que yo te ayudare pero no dijo cómo”.

Por un lado, la situación de la propia Iglesia ya que por algunas acciones comitas hasta ahora por algunos sacerdotes esta ha perdido según las personas su juicio y razón de existir. En segundo lugar, el contexto global de en que se encuentra la sociedad en general ya que hay muchas opciones y “sectas” por las cuales se pueden inclinar según como se sientan más cómodos y aceptados. En tercer lugar, los rasgos fundamentales de las personas de hoy, especialmente, aunque no de forma exclusiva, en lo que se refiere a su «capacidad» para que aflore la dimensión religiosa en sus horizontes vitales.

Hay varias cosas que hacen que las personas acudan a este tipos de ayudas parareligiosas y son las siguientes:

El indiferentismo religioso reinante, así como la sustitución de la religiosidad institucionalizada por fenómenos pseudo-religiosos, como quiromancia, astrología, ocultismos,  religiones de reemplazo (políticas, ecologistas, de culto y cultivo del cuerpo, etc.), sin olvidar la floración de novelas de ficción para-religiosas cuyo éxito, Iglesia o a determinados organismos de la Iglesia.

La lectura de la dimensión religiosa como relacionada con algo viejo, tradicional, de gente mayor, en la inmensa mayoría de la prensa escrita, radiadaytelevisada.
 La ausencia de toda referencia religiosa mínimamente positiva en las revistas queleenlaspersonas.
La falla de la socialización familiar: la primera generación de jóvenes que no ha sido educada religiosamente en sus propias casas. La pérdida de socialización materna es determinante, y nada hace pensar que no continúe en las generaciones venideras.

La religión es un poderosísimo factor cultural. Constituye la «sustancia de la cultura» (P. Tillich). Por esta razón es de elemental sano juicio contar con ella para cualquier proyecto de humanización. Sin ella y contra ella no parece viable alcanzar una sociedad realmente humana. Pero la religión se desvela una realidad peligrosa: fácilmente manipulable y usable como en manos de los agitadores ideológicos o de las llamadas a proporcionar seguridad o defender identidades amenazadas como con las personas de dicen adivinar el futuro leer el tarod y de más cosas que permiten a la gente prever su futuro. Esta dimensión ambigua de lo religioso es la que exige mantener la vigilancia permanente y el espíritu crítico como condición de una creencia sana y humanizanté.

1.1.1 Estos son algunos fenómenos que se viven dentro de la comunidad:

a. En relación a la muerte:  En la familia primen mucho las supercherías por ser personas con crianza en un pueblo por lo cual se cree que cuando pasa una mosca, o cuando pasa una Mariposa café o negra se dice que es alguien que se va a enfermar.

b. La Semana Santa:   No solo es profundamente respetada y se celebra religiosamente todos los años haciéndose participes de todas las celebraciones Especialmente las del Viernes Santo.

c. Los agüeros:   La mata de sábila, si pica la palma de la mano, es porque va a llegar dinero, lo budas, los elefantes y las porcelanas chinas y el último cigarrillo de una cajetilla, al igual que las espigas regaladas y amarillas dadas a fin de año,

d. Amuletos y Talismanes: Las piedras preciosas, la esmeralda como piedra del amor y la pasión y el oro como símbolo de la abundancia.

e. Adivinaciones: el horóscopo, la carta astral y el tarod.

  1. Teniendo en cuenta el  Módulo de Cultura Teológica, unidad 3:   “La Cristología como eje articulador de la existencia humana”,  el Nuevo Testamento y su experiencia personal, desarrolle las siguientes actividades:
  1. Realice un cuadro sinóptico en el que aparezca cronológicamente la vida de Jesús, los lugares más representativos y lo más significativo de su mensaje.

VIDA DE JESUCRISTO

(entre el 8 y el 4 a.C. y el 29 d.C.), figura principal del cristianismo, que nació en Belén, Judea. Desde el siglo VI se considera que la era cristiana comienza el año de su nacimiento, pero en la actualidad se cifra un error de cuatro a ocho años. Para los cristianos, Jesús fue el Hijo de Dios encarnado y concebido por María, la mujer de José, un carpintero de Nazaret. El nombre de Jesús se deriva de la palabra hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah (‘Yahvé es salvación’); y el título de Cristo, de la palabra griega christos, a su vez una traducción del hebreo mashiaj (‘el ungido’), o Mesías. Los primeros cristianos emplearon Cristo por considerarle el libertador prometido de Israel; más adelante, la Iglesia lo incorporó a su nombre para designarle como redentor de toda la humanidad.

Las principales fuentes de información sobre su vida se encuentran en los Evangelios, escritos en la segunda mitad del siglo I para facilitar la difusión del cristianismo por todo el mundo antiguo. Las epístolas de san Pablo y el libro de los Hechos de los Apóstoles también aportan datos interesantes. La escasez de material adicional de otras fuentes y la naturaleza teológica de los relatos bíblicos provocaron que algunos exegetas bíblicos del siglo XIX dudaran de su existencia histórica. Otros, interpretando de diferente manera las fuentes disponibles, escribieron biografías naturalistas de Jesús. En la actualidad, los eruditos consideran auténtica su existencia, para lo que se basan en la obra de los escritores cristianos y en la de varios historiadores romanos y judíos.

NACIMIENTO E INFANCIA

COMIENZOS DE SU VIDA PUBLICA

SEGIDORES DE JESUS Y PUELOS

Los evangelios de san Mateo y san Lucas recogen datos sobre el nacimiento e infancia de Jesús, e incluyen su genealogía, que se remonta hasta Abraham y David (Mt. 1,1-17; Lc. 3,23-38). Se supone que la descripción de su genealogía se hizo para probar el mesianismo de Jesús. Según Mateo (1,18-25) y Lucas (1,1-2,20), Jesús fue concebido por su madre, que “aunque desposada con José, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo” (Mt. 1, 18). Nació en Belén, donde José y María habían acudido para cumplir con el edicto romano que obligaba a inscribirse en el censo. Mateo es el único que describe (2,13-23) el viaje a Egipto, cuando José y María se llevaron al niño lejos del alcance del rey Herodes el Grande. Sólo Lucas relata el cumplimiento de José y María con la ley judía que requiere la circuncisión y presentación en el templo de todos los recién nacidos de Jerusalén (2,21-24); el mismo evangelista también describe su siguiente viaje (2,41-51) con el joven Jesús al templo para la fiesta de la Pascua. Los Evangelios omiten la vida de Jesús desde que tuvo 12 años hasta que empezó su ministerio público, unos 18 años después.

Todos los Evangelios sinópticos (los tres primeros, llamados así porque, en general, presentan una visión similar de la vida de Cristo) relatan que el ministerio público de Jesús comienza tras el encarcelamiento de Juan Bautista y se prolonga casi un año. El Evangelio según san Juan describe su labor, que comienza con la elección de sus primeros discípulos (1,40-51) y se prolonga quizá unos tres años.

El relato del ministerio público y los acontecimientos que le precedieron es similar en los Evangelios sinópticos. Los tres describen el bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan Bautista y su retiro durante 40 días de ayuno y meditación al borde del desierto, que algunos exegetas consideran como un tiempo de preparación ritual, donde el demonio (o Satán) trató de tentarle. Mateo (4,3-9) y Lucas (4,3-12) añaden la descripción de las tentaciones.

Después del bautismo y el retiro en el desierto, Jesús volvió a Galilea y visitó su hogar en Nazaret (Lc. 4,16-30). Se trasladó a Cafarnaum y comenzó a predicar. Según los sinópticos, fue entonces cuando nombró a sus primeros discípulos, “Simón, que se llama Pedro, y su hermano Andrés” (Mt. 4,21) y “Santiago el de Zebedeo y Juan, su hermano” (Mt. 4,21). Más adelante, cuando el número de sus seguidores creció, escogió a doce discípulos para que le ayudaran.

En compañía de sus discípulos, Jesús estableció su base en Cafarnaum y viajó a los pueblos y aldeas cercanas para proclamar la llegada del Reino de Dios, como hicieron muchos profetas hebreos antes que él. Cuando los enfermos de cuerpo o espíritu se acercaron a él en busca de ayuda, los curó con la fuerza de la fe. Insistió en el amor infinito de Dios por los más débiles y desvalidos, y prometió el perdón y la vida eterna en el cielo a los pecadores siempre que su arrepentimiento fuera sincero. La esencia de estas enseñanzas se encuentra en el sermón de la montaña (Mt. 5,1-7), que contiene las bienaventuranzas (5,3-12) y la oración del Padrenuestro (6,9-13). El énfasis de Jesús en la sinceridad moral más que en la observancia estricta del ritual judío provocó la enemistad de los fariseos, que temían que sus enseñanzas pudieran incitar a los judíos a rechazar la autoridad de la Ley, o Torá. Otros judíos se mostraron recelosos ante las actividades de Jesús y sus seguidores porque podrían predisponer a las autoridades romanas contra una eventual restauración de la monarquía.
A pesar de esta creciente oposición, la fama de Jesús se extendió sobre todo entre los marginados y los oprimidos, y el entusiasmo de sus seguidores les llevó a tratar de “arrebatarle y hacerle rey” (Jn. 6,15), pero Jesús lo impidió cuando escapó con sus discípulos por el mar de Galilea (lago Tiberíades) a Cafarnaum (Jn. 6,15-21), donde pronunció un sermón en el que se proclamó “pan de la vida” (Jn. 6,35). Este sermón, que hace hincapié en la comunión espiritual con Dios, desconcertó a muchos de los que le escucharon, pensando que se trataba de “duras palabras” (Jn. 6,60), y desde entonces “muchos se retiraban y ya no le seguían” (Jn. 6,66).
Posteriormente, Jesús repartió su tiempo entre viajar a las ciudades dentro y fuera de la provincia de Galilea, enseñar a sus discípulos y retirarse en Betania (Mc. 11,11-12) y Efrem (Jn. 11,54), dos ciudades próximas a Jerusalén. Según los Evangelios sinópticos pasó la mayor parte del tiempo en Galilea, pero Juan centra el ministerio público de Jesús en la provincia de Judea y relata sus numerosas visitas a Jerusalén. Los sermones que pronunció y los milagros que realizó en esta época, en particular la resurrección de Lázaro en Betania (Jn. 11,1-44), hicieron que muchos creyeran en él (Jn. 11,45); pero el momento más importante de su vida pública ocurre en Cesarea de Filipo cuando Simón (después Pedro) comprobó que Jesús era Cristo (Mt. 16,16; Mc. 8,29; Lc. 9,20), a pesar de que Jesús nunca se lo había revelado (según los Evangelios sinópticos), ni a él ni a los demás discípulos. Esta revelación, además de la posterior predicción de su muerte y su resurrección, las condiciones que debían cumplir sus discípulos en su misión, y su transfiguración (momento en que se oyó una voz del cielo proclamándole hijo de Dios y confirmando así la revelación) constituyen la base principal de la misión histórica de la Iglesia cristiana (autorización explícita de Jesús recogida en Mt. 16,17-19).




 

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